Strange Soulmate [Lunter]

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La complejidad
de un matrimonio y la verdad tras el perdón
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Las suaves manos de un padre acariciando su cabeza, lágrimas silenciosas que una vez fueron acompañadas por sollozos y el ruido de la madera al compás de las pisadas; unas más fuertes y certeras, la otra más delicadas y apresuradas.

Finalmente su cuerpo sintió el contacto con las frías sábanas de su cama, nadie hablaba pero aún así fue acomodada y dos pares de labios distintos besaron dulce frente. Ella sonrió somnolienta y se acurrucó entre las sábanas fundiéndolas con su calor corporal.

Ambas figuras salieron de la habitación, la más baja se abrazo a si misma en busca de una señal reconfortante en ella misma más no la encontró, su pequeña había tenido el cumpleaños más desastroso de su corta vida y todo gracias a él.

—Camila...

Él intentó tocarla pero ella dio tres pasos hacia delante, no podía confiar en alguien como él.

—Sabias que hoy era su día, que quería ir a pescar contigo.

—Ya me disculpe, ¿Que mas quieres de mi?— pregunto elevando un poco la voz.

—¿Qué quiero de ti?— los ojos de ella eran como los de una fiera— Tienes una hija y no pasas tiempo con ella.

—Hago lo que puedo Camila, que no lo notes es tu maldito problema.

—¿Lo que puedes?

—Si, lo que puedo.

La mujer negó incrédula ante las palabras de su esposo, no podía creer su cinismo.

—¿Que?

—Luis, Ni siquiera eres capaz de leerle el final del maldito cuento—dijo finalmente— Luz te adora, eres su maldita inspiración y tú...

—¿Yo que Camila? Dilo, ¡te reto, Maldita sea!

"Tú no amas a luz como ella te ama a ti"

Esas fueron las palabras que salieron de su boca el día que su marido se fue, las mismas que ahora se hacen presente al ver cómo es ese hombre estaba abrazando a su hija mientras ella lloraba en su hombro.

Se abrazó a sí misma, observando la escena limitándose a preguntarse si valía la pena acercarse o sólo ser espectadora de los sentimientos de su hija por solo esta vez.

Y así lo dejaría estar.

Pero, ¿Que tan caótica puede ser la culpa que carcome a la víctima? Y... ¿Que tan fuerte es el victimario que te hace perder la cordura?

Cordura... tal vez eso le faltaba al hombre que tomaba whiskey cual té helado, tal vez le faltaba algo más que solo cordura pues las cenizas de aquel tabaco descansando sobre su pierna desnuda reflejaba su poca falta de sensibilidad hasta por sí mismo.

—La mayor de los Blight ya firmó el contrato de confidencialidad.

Humo se escapó de su boca infectando el sistema de su abogada con este la cual hizo lo posible para no hacer una mueca de desagrado.

—¿Hunter?

—No soy hunter...

El hombre se puso de pie acomodando su bata de baño, kikimora no se inmuta más bien parece retroceder al instante.

—Ven aquí...

—Ha bebido demasiado...—responde y el enarca una ceja.

—Ven aquí, Hunter.

—No soy Hunter...

Sumisa, débil y con ganas de huir ¿A donde va tu fuerza, cuando reconoces que no eres nadie sin el poder de los demás?

Ningún egoísta se pregunta esto sin embargo ella lo hace cuando aquel vaso de vidrio se estrella cerca de su cabeza, no lo vio venir, no pensaba que esto pasaría... al menos no de nuevo.

—¡TE HE DICHO QUE VENGAS!

Silencio, tensión y sumisión entumecen su ser, ya no puede huir.

[...]

Camila observaba en silencio, los amigos de Luz se habían ido y Luz jugaba con su padre cual niña pequeña. Su corazón dolía al verlos juntos y aquellas palabras tan dolorosas que una vez le dijo a su esposo seguían carcomiendo su ser.

El celular de Luz empezó a sonar, ella hecho una mirada tanto a su madre como su padre casi pidiendo aprobación, Camila le sonrió al igual que su padre y ella corrió rumbo a su habitación.

Tic tac

Tic tac

Tic tac

—Esta feliz de verte...

—Lo se, se nota que me extraño.

Silencio otra vez, incómodo silencio que empieza a nublar su tren del pensamiento.

—Fueron 10 años, Luis—reclama en un susurro.

—Mande cartas, las mismas que tú quemaste.

Culpa.

—No me vengas a culpar por tu falta de sentido paterno, Luis.

Resentimiento.

—Camila... hice lo que pude para comunicarme, pero cuando vi que estaban mejor sin mi...

Remordimiento.

—Esa no es un excusa, te fuiste hace 10 años... ¿como esperas que me sienta ahora? Luz ha pasado por etapas muy distintas, no estabas cuando llevo serpientes a la escuela o cuando lloraba por no ser comprendida ¿Donde estabas Luis?

Silencio tortuoso silencio, las manecillas del reloj daban su triste coreografía mientras Camila esperaba una respuesta expectante.

Una respuesta que tristemente llegó.

—Estoy muriendo— anunció

—¿Que? ¿Como?

—Tengo un tumor, Camila— ella expresó sorpresa con cada fibra de su ser— Al principio creyeron que era un tumor benigno en la parte central de mi cerebro... hace unos días me dijeron que ya no iba a poder ser reversible y que me queda poco tiempo.

—Luis...

—Elegí no tomar la quimioterapia, elegí morir sin luchar— el hombre finalmente se ríe—llámame cobarde si quieres pero quiero volver con mi familia antes de irme.

La mujer estaba a punto de expresar su preocupación cuando Justo su hija llegó con una radiante sonrisa.

¿Como le explicas a tu hija que el padre que acaba de volver esta tan cerca de morir?

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Semi corregido