Capítulo 13

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El ruido de cristal rompiéndose contra la pared despertó a las chicas, algunas despertando sobresaltadas y otras volviéndose a quejar.

-Demon, amiga mía, hay más maneras de despertar a la gente. Ahora dame ese vaso antes de que se lo claves a alguien.- Akira se acercó a su amiga tambaleándose y con el corazón en la boca por el susto que le provocó esta.

-Claro amiga, le diré a 9 que recoja este estropicio.- Dijo sonriente y dando saltitos, yendo a por su pobre amigo.

-Perdonad, prometo que no le pasa nada.- Comentó Akira con una sonrisa apenada y siguiendo a su amiga para que no le echara el marrón a otra persona, mientras las otras chicas se miraban sonriendo. Cada vez sabían con más certeza que extraño grupo de hermanos les caía muy bien, y que les sería difícil aburrirse.

Cuando salieron de la habitación se encontraron con que todos estaban despiertos, algunos con caras amargadas y otros aún somnolientos. Después de mirarse unos a otros en silencio se dirigieron a la cocina, de donde salía un agradable olor.

-Por fin despertáis, un poco más y se caduca la comida.- Kurogiri, el único adulto responsable, se encontraba sentado delante de una mesa llena de comida, tomando una taza de café.

-Wow, esto sí que es un desayuno.- Dijo Akira enfatizando el "sí", mirando la comida con los ojos brillantes.

-Gracias. Tenéis más comida de la que esperaba.

-Si bueno, vamos a comer.- 9 cortó la conversación mientras frotaba sus manos con impaciencia.

Una vez estuvieron todos sentados cada uno empezó a comer de su plato, hablando y riendo con el de al lado o el de la otra punta de la mesa. Se había creado un ambiente agradable y familiar, algo raro viendo quienes estaban sentados.

-Eh, ¿dónde están Dabi y Hawks?

Hawks y el Ying YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora