Capítulo 29

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-¿Shaggy? ¿Estás ahí?- Akira y Demon habían llegado a uno de los baños de la "casa", algo lejos del centro del edificio. Se podía escuchar una respiración entrecortada y leves sollozos, indicando que el dueño de ese apodo se había encerrado en ese lugar.

-¿Shaggy? ¿Cómo el de Scooby Doo?

-Sí, pero dejemos eso de lado. Creo que está teniendo un ataque de ansiedad.- Susurró Akira con preocupación en el oído de su compañera.

-Entra tú. Yo espero aquí a los chicos para informarles.

-Bien, no hagáis mucho ruido, y no entréis hasta que él quiera.- Y con un agarrón de manos parecido al de cierto pelirrojo muy 'hombre', Demon se distanció un poco del sitio para esperar a sus compañeros, y Akira tocó la puerta suavemente, esperando alguna confirmación.
Pero el silencio reinó el ambiente, era obvio que Shigaraki quería estar solo, y no verles la cara nunca.

-Em, voy a entrar, ¿vale?- La chica abrió la puerta, encontrándose al peliazul sentado en el suelo, con las rodillas pegadas al pecho, oídos tapados y ojos cerrados con fuerza. Se le encogió el corazón al ver esa escena, y a su compañera le abatió una ola de culpabilidad.

-Hey, está bien, ¿sí? No te va a pasar nada, estás a salvo.- Akira se agachó enfrente del peliazul, sin invadir su espacio personal. Después de unos ejercicios de respiración y una charla calmada con contacto visual, Shigaraki parecía más tranquilo, cosa que alegró a las chicas.

-No te preocupes. Sé que todo se ha sentido de manera muy intensa, pero no es peligroso para tu vida. Siempre que te pase algo así puedes acudir a nosotros.- Demon estaba apoyada en la puerta, y detrás suya se asomaron tres chicas con miradas curiosas.

-¡Hola Shigaraki!

-¿Cómo vas?

-Lo sentimos.

Preguntas preocupadas y palabras de apoyo llegaban a los oídos de Shigaraki que, aunque su cara demostraba lo contrario, se sentía algo mejor.

-Callaos, que voces más irritantes por dios.- Habló el adulto, ganándose una risa por parte de sus acompañantes.

-Parece que has vuelto a ser tú, me alegro.- Diego apareció en escena, seguido de dos personas.

-Coño, por eso olía a carne chamuscada.- Comentó Akira con una sonrisa, haciendo que Dabi le devolviera el gesto con sarcasmo y Hawks diera una carcajada.

-Algún día vamos a sentarnos todos a hablar, tenemos muchas preguntas sobre tu quirk, Dabi.- Añadió Demon mientras hacía un ademán con la cabeza, dando entender a sus compañeros que era hora de irse.- Bueno, os dejamos privacidad.

Y así fue como aquellos tres se quedaron en el baño, hablando en su propio mundo, mientras los autores de esa situación se iban con una gran sonrisa en la cara.

Hawks y el Ying YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora