CAPITULO 1

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— ¿Como qué llegara a vivir con nosotros tu primo? —. Pregunte molesta

— Si, si mi amor —. Afirmó Di Marco

— ¿Y por que no me lo habías dicho? —. Frunci el ceño confundida

— Porqué sabía que te ibas a molestar —. Trato de acercarse pero me aleje rápidamente de él

— Claro que me iba a molestar, y mucho más sino me decías —. Exclame molesta

— Discúlpame, pero solo serán unos días —. Me tomo levemente de los hombros

Mire el piso molesta, las manos de Di Marco me transmitian calor y seguridad.

— Esta bien, esta bien —. Lo mire

— A mi no me molesta que él viva unos días con nosotros —. Sonreí

— Gracias mi amor —. Se acerco rápidamente a mi rostro dejando un pequeño beso fugaz en mis labios, reí al sentir sus manos en mi cintura

— ¿Y a que horas llega? —. Pregunte mirándolo de nuevo a los ojos

— Voy a recogerlo al aeropuerto —. Desvío su mirada de mi hacía su reloj

— Qué por cierto esta por llegar —. Se alejo de mi

— ¿Quieres ir Antonella? —. Pregunto mirándome a los ojos

— No —. Negué repetidas veces con la cabeza

— Yo los espero, y así puedo arreglar la habitación de invitados —.

— Esta bien, entonces me voy —. Se acerco de nuevo y plantó un beso fugaz en mis labios

— No tardo —. Se alejo de mi 

Comenzó a caminar a la salida, abrió la puerta y salió por completo, sonreí con tristeza al ver la enorme casa sola.

Desde que nuestros padres aceptaron nuestra relación, nos fuimos a vivir a una casa apartada un poco de la ciudad.

Él no ha cambiado nada, aunque siento que muy en el fondo él quiere un hijo, y yo aún no estoy prepara para dárselo.

Mi madre y Roberto están de maravilla, además de que vez en cuando nos vienen a visitar.

Me pase las manos por mi rostro frustrada, camine subiendo las escaleras.

Pase por el pasillo hasta llegar al fondo de el, ahí estaba la habitación de invitados.

La abrí, inspeccióne con la mirada buscando algún defecto en ella.

Entre mirando la cama, era grande, un hermoso ventanal adornaba la habitación.

Camine hacía el, me pare justo frente a el observe los árboles y la calle casi desierta, suspire con cansancio al no escuchar nada en esta enorme casa.

(...)

Me levante del sillón al escuchar qué abrían la puerta, y entonces mi vista se conecto con la de él.

Un chico de casi la misma edad de Di Marco, unos ojos color avellana, un cuerpo de infarto, y había algo más en su mirada al verme.

— Antonella —. Desvíe mi mirada rápidamente al escuchar la voz de Di Marco

— Él es mi primo Axel —. Entro cerrando la puerta detrás de él

— Es un gusto conocerte —. Se acerco él chico

— El gusto es mío —. Sonreí

Estiró su mano esperando por la mía, sonreí tomándola gustosa, mi corazón latió con fuerza al sentir su mano en la mía.

Sentía como quemaba, se aferraba a ella con fuerza, sonreí nerviosa tratando de alejarla de él.

Nuestras manos se movían en el viento, subían y bajaban en forma de saludo.

— Antonella, como ya lo dijo Di Marco —. Respondí nerviosa

— Es un bello nombre —. Sonrió mostrándome todos sus dientes en forma macabra y seductora

— ¿Quieres que te guíe a tu habitación? —. Pregunte, su mirada se confundio soltando mi mano, respire al sentir mi mano libre

— Claro, claro —. Miro a Di Marco

— Ayudalo a subir sus maletas por favor Di Marco —. Me acerque a él dejando un pequeño beso fugaz en sus labios

— Si mi amor —. Sonrió

Me aleje de él, caminando hacía las escaleras, las fui subiendo poco a poco, sentía la presencia de los dos hombres detrás de mi.

Me detuve abriendo la puerta, sonreí mirándolo, la abrí haciéndome aún lado, esperando a que entrara.

— Es esta —. Hable al ver que no entraba

— Gracias —. Respondió entrando mirando todo a su alrededor, Di Marco entro por detrás dejando las maletas en el piso

— Bueno primo te dejamos para que te instales, si necesitas algo no dudes en buscarnos —. Se acerco a mi

— Yo trabajo casi la mayor parte del día, así que sino estoy yo te podrá ayudar Antonella —. Me tomo con fuerza de la cintura

— Si, gracias —. Hablo mirándonos a los dos

— De verdad te agradezco el hecho de que me ayudes, lo aprecio Di Marco —. Sonrió Axel

— Somos familia, siempre podrás contar conmigo —. Mire a Di Marco, me aleje de Di Marco dándome la vuelta caminando a la salida

— También te agradezco a ti Antonella —. Me detuve de golpe al escucharlo

— No es nada —. Me gire levemente

Sonreí, pude ver como sus ojos brillaron al verme, sentí de nuevo la mano de Di Marco en mi cintura, lo mire y comensamos a caminar de nuevo.

Me sentía extraña al tener al primo de Di Marco aquí, sentía un mal presentimiento.

EL PECADO DE AXEL (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora