CAPITULO 8

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Abrí los ojos de golpe al sentir los rayos del sol, me di la vuelta buscando a Di Marco, frunci el ceño confundida al ver que no estaba.

— Di Marco —. Hable esperando a que me respondiera

Pasaron largos segundos sin obtener respuesta, y entonces supe que otra vez estaba sola.

Tomé las sábanas cubriendo mi desnudez, entre al baño con la esperanza de encontrarlo.

Pero se desvaneció al darme cuenta de que no estaba, deje qué la sabana cayera al piso.

Entre a la ducha dejando que acariciara mi piel desnuda, cerré los ojos sintiéndola colarse por todo mi cuerpo.

(...)

Salí envuelta en una toalla, camine por toda la habitación hasta llegar al armario.

Lo abrí buscando qué ponerme, recargue mi barbilla entre mis dedos, examinando todo, encontré un bello vestido negro suelto.

Con un bello escote, y detalles por las esquinas, sonreí tomándolo con delicadeza, deje caer la toalla, dejando que el vestido acariciara mi piel.

Camine con lentitud al espejo, una sonrisa adorno mi rostro al ver lo hermoso que se veía en mi cuerpo.

Busque unos zapatos de tacón negros, los cuales encontré poniéndomelos.

Suspire pasando mis manos por toda mi cintura, camine a la puerta, sentía una enorme felicidad.

Quería darle una sorpresa a Di Marco, camine por el pasillo con cautela de no ver a Axel.

— No puedes huir siempre de mi Antonella —. Me detuve de golpe al escuchar su voz

— No estoy huyendo de ti, solo estoy sobreviendo a ti —. Hable sin mirarlo

— Del qué deberías sobrevivir es de Di Marco, no de mi —. Hablo seguro

Sus insinuaciones nuevamente, me gire lentamente hasta mirarlo, se recargaba del marco de su habitación.

Me veía con satisfacción, sabía que la curiosidad me mataba.

— Sino me dices lo que supuestamente sabés de Di Marco, entonces no vuelvas a hacer comentarios estúpidos —. Escupí con rabia

Esbozo una sonrisa coqueta, con la punta de sus dedos rozo su labio inferior sin dejar de mirarme.

— Esta bien Antonella —. Hizo un ademán con las manos

— Gracias —. Fingí una sonrisa

— Te queda hermoso el vestido —. Bajo su mirada lentamente por mi cuerpo

— Pero creo que se vería mejor en el piso —. Hablo con picardía

— Deja de decir estupideces Axel, eso nunca va a pasar entre nosotros —. Sonreí con seguridad

— No deberías estar tan segura Antonella —. Arqueó las cejas

— ¿Por que no? —. Pregunté

— Porqué cuando te folle y te haga mía, será muy difícil alejarte de mi —. Aseguro

— En tu sueños —. Me di la vuelta dejándolo con la palabra en la boca

Algo en él me transmitía seguridad, algo que me hacía dudar de Di Marco.

EL PECADO DE AXEL (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora