CAPITULO 12

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Abrí los ojos de golpe al no sentir la mano de Axel en mi cuerpo, pestañe una par de veces para observar bien la habitación.

Ya era de noche, lo único que alumbraba la habitación era la luz de la luna, y entonces lo vi parado en el ventanal observandome con cautela.

— Eres tan hermosa aún durmiendo —. Me sonrió

Sonreí como boba levantándome de la cama, sentía como mis mejillas ardían de la vergüenza, sentí de nuevo ese vacío en mi pecho al recordar a Di Marco.

— Gracias —. Agradecí caminando a la puerta

— No, no te vayas —. Camino rápidamente a la puerta obstáculizando mi camino para no poder salir

— Tengo que irme a mi habitación Axel —. Trate de sonar lo más relajada posible

Pero no se que había entre nosotros dos, que cuando estaba cerca de él mis nervios aumentaban.

— ¿Por que? —. Su pregunta me saco de lugar

Me quede callada por un par de segundos, no sabía que decirle, porqué yo tampoco sabía la razón por la cuál me quería alejar de él.

— Porqué tengo que hablar con Di Marco, porqué tengo que aclarar las cosas —. Susurre bajando la mirada

— ¡Él es un maldito! ¿Y todavía quieres hablar con él? —. Golpeó con fuerza la puerta

— ¿Qué te pasa Axel? ¡Tranquilízate! —. Lo mire con miedo

— ¡Él te engaño, él es un maldito, él no supo valorarte! —. Grito

Sin pensarlo dos veces estampe mi mano contra su mejilla, su rostro giro levemente, con la punta de sus dedos rozo su mejilla rosada.

Lo mire confundida, trate de salir, pero su mano seguía aferrada a la puerta, dejándome sin escapatoria, pego sus dos manos a la puerta acorralandome en medio de él.

— A mi no me importa si quieres pegarme, no importa si quieres usarme como un pedazo de basura —. Su aliento choco con mi boca bruscamente

— A mi lo único que me importa es estar a tu lado —. Su rostro se acercaba peligrosamente al mío

— Tengo que arreglar las cosas con Di Marco, tengo que hablar con él y eso a ti no te competece Axel —. Baje la mirada nerviosa

— La pasión qué sé enciende dentro de mi cuando te siento tan cerca, sigue tan viva como la primera vez que te conocí —. Sus labios rozaron con los míos

— Solo dejame curarte, amarte, —.

— Déjame qué tu cuerpo y él mío se hagan uno mismo, que el deseo y el pecado se apoderen de nosotros —. Susurro cerca de mi boca

Cerré los ojos disfrutando de el momento, mi conciencia decía que no, que no lo debo querer, pero mi corazón dice que si debo.

Sus labios se estamparon con los míos, y entonces perdí conciencia de todo aquello a mi alrededor sentí como ese vacio se llenaba a cada beso y caricia de Axel.

EL PECADO DE AXEL (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora