CAPITULO 9

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Camine con rapidez por los pasillos de la empresa de Di Marco, hoy cumplimos nuestro segundo aniversario.

Y que mejor manera de darle una sorpresa qué llegando a su empresa, subí al ascensor y con manos nerviosas marque el último piso.

Algunos empleados me reconocieron al instante, solo me limitaba a sonreír, el regalo en mis manos era una fotografía de el y yo juntos.

Mi corazón palpitaba con fuerza, sentía que algo andaba mal, mis nervios me traicionaban y no sabía la razón.

                    FLASHBACK

— Del qué deberías cuidarte es de Di Marco, no de mi —. La voz de Axel

             FIN DEL FLASHBACK

Esas palabras retumbaban en mi cabeza, borre esos absurdos pensamientos al ver como las puertas del ascensor se abrían.

Respire profundamente poniendo un pie fuera de el, saque por completo mi cuerpo y comencé a caminar a su oficina.

Pero a cada paso que daba más me arrepentía en llegar, me pare justo frente a su enorme puerta.

Sonreí abriendo la puerta, pero esa sonrisa se borro de golpe al verlo, mis ojos se tornaron borrosos, el regalo cayo de mis manos.

Y es que estaba besandose con otra mujer, al verme se separo de golpe de ella.

— Te lo puedo explicar Antonella —. Se acerco a pasos lentos

— ¿Explicarme qué? ¿Qué hijo de puta? —. Grite con rabia

Ahora entendía todas las indirectas de Axel, ahora entendía porqué quería prevenirme de Di Marco.

Me pase las manos por mi rostro frustrada, mire a la chica, la cuál nos miraba con asombro.

De verdad era bonita, una rubia con muchas curvas, cualquier hombre caería rendida a sus pies, contando al imbéci de Di Marco.

— ¿Qué esta sucediendo aquí Di Marco? —. Pregunto la chica

Una lágrima bajaba por mi mejilla, la limpie rápidamente no quería que ellos me miraran derrotada.

— Vete Jessica —. Hablo Di Marco sin mirarla

— ¿Por qué? ¿Quién es ella? —. Me señaló

— Yo se suponía qué era el amor de su vida —. Escupí con rabia

— ¡QUÉ TE VAYAS! —. Grito sacando a la chica

— Déjame explicarte Antonella —. Trato de acercarse

— No tienes nada que explicarme, todo quedó más que claro —. Abrí la puerta saliendo rápidamente

— ¡Espera Antonella, lo que viste no es lo que tú crees! —. Me tomo con fuerza del antebrazo

— ¡No, claro que no! —. Hable con ironía

— No es lo que tú crees —. Sus ojos estaban llenos de angustia

— ¿A no? ¿Entonces que es? —. Trataba de sonar lo más natural posible

Pero mi voz era entre cortada, mis lágrimas no abandonaban mis ojos.

EL PECADO DE AXEL (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora