CAPÍTULO 1 JUEGO DE NIÑOS

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Era una mañana soleada, las gotas de lluvia aun lucían resplandecientes, estas se posaban sobre las hojas de flor de loto. Todo el camino hacia el rio estaba escarchado por gotitas de lluvia que todavía no se evaporaban, a pesar del inmenso sol.

Un muchacho delgado corría presuroso tras un hada del bosque, criaturas extrañas y muy difíciles de encontrar. El jovenzuelo Jackson, tenía cabellos dorados como el sol, sus hermosos ojos verdes no perdían de vista a esta hermosa criatura.

El hada se detuvo sobre una hermosa flor de loto, revoloteo alrededor y luego introdujo su cabeza dentro de los pétalos de esta, nuestro personaje se acercó sigilosamente y observo como el hada bebía del néctar de la flor con la cabeza sumergida en esta. Por más que deseo seguir pasando desapercibido el crujir de una rama lo delato, la peculiar criatura pego un brinco y lanzo hacia Jackson un fino polvillo, que termino dejándolo inmóvil. El muchacho pestaño en señal de querer moverse, sin embargo, solo pudo agitar levemente los dedos de sus manos.

-No quiero hacerte daño- menciono nuestro personaje, el hada revoloteo por su cabeza y pego un agudo gritito.

Jackson pestaño varias veces y se sorprendió al sentir un cosquilleo en su mano derecha, el hada se frotaba en una de sus manos, en señal de disculpa.

-Lo siento por asustarte- Jackson rozo con uno de sus dedos el delicado cuerpo de la criatura y le sonrió cálidamente.

Espero pacientemente a que el efecto del polvo de hada se extinga y saco un cofre de su costal raído, el que cargaba en uno de sus huesudos hombros. Abrió el artefacto, una música animada se escuchó e inundo con su canto el silencio del arroyo.

En el medio del cofre había un pedazo de panal de abeja, este todavía estaba embebido con un poco de miel. Lo dejo abierto y se quedó observando atentamente que el hada se acerque. Apenas moviéndose para no espantar a la mística criatura, esta se acercó lo suficiente, se vio reflejada en el espejo interior del cofre, esto le causo curiosidad y se quedó absorta apreciando su reflejo.

Jackson estaba listo para completar su misión, el hada solo debía...

Repentinamente, el hada se desintereso por su reflejo y cogió el pedazo de panal, lo lamio con gusto e intento retirarlo, sin embargo, sus piececitos se quedaron pegados en la sustancia blanquecina que tapizaba el fondo del cofre.

-Lo siento, pero mi amigo quiere conocer a una de ustedes- Jackson borró la sonrisa cálida de su rostro. Comenzó a cerrar el cofre, este tenía cuatro estacas de metal en cada cara interna, que mantendrían en su lugar a la asustadiza criatura.

-Deja salir mucho polvo de hada, mi amigo quedara encantado por su hermoso color-la aterrorizada hada dejo de ver la luz del sol. La oscuridad la rodeo, intento liberarse, pero cada movimiento rasgo su piel y sus alas, el interior solo se iluminaba por el polvillo tornasolado que lanzaba un hada cuando estaba asustada. La débil criatura se desvaneció luego de estar bastante tiempo encerrada en el estrecho lugar.

Jackson llego muy alegre a la cabaña que compartía con su madre.

-Mamá, lo conseguí, tenías razón las hadas aman el panal de abejas- no recibió respuesta alguna, observo a detalle el estado de su humilde vivienda. Todo estaba destrozado, escudillas estrelladas esparcidas por el suelo, sillas volteadas, los libros de su madre con hojas arrancadas, su ropa rota y pisoteada.

-¿Mami?- busco por toda la casa, solo encontró destrucción a cada paso dado.

Sin saber a dónde ir, espero por una noche, asustado decidió pedir ayuda, solo le quedo ir a visitar a su amigo el príncipe, él podría ayudarle a buscar a su madre. Cogió su costal con el cofre, su pelota de piel de cabra y su capa, fue caminando hacia el castillo.

OASIS MÁGICO (Chansoo, Kaibaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora