OASIS MÁGICO (Chansoo, Kaibaek)

ESPECIAL III: LA CHARLA

Un chico rubio se escondía entre los arbustos espesos, no era la primera vez que se cruzaba con gente del pueblo, sin embargo, en esta ocasión había algo particular en esos dos aldeanos a quienes espiaba a hurtadillas. Eran una pareja, quienes llegaron hasta el lugar riéndose y empujándose juguetonamente, por eso llamaron su atención.

Chang soo era curioso por naturaleza y eso era un problema para la gente del reino, por ejemplo, nadie en el castillo sabia en donde estaba en ese momento, el único que sospechaba algo era su Tío Jongdae. El hombre no lo cuestionaba casi nunca, al contrario, lo animaba a seguir explorando mas allá de los muros de palacio, así que podía tardar y regresar bien entrada la noche. Su padre seguramente estaría ocupado con el concejo y el molestoso de Kyungsoo seguro que lo buscaba por mar y tierra. Chang soo sonrió porque esta vez no seria tan fácil encontrarlo.

-Despacio...me dolerá- dijo la joven. Chang soo trago duro, los dos jóvenes a quienes observaba estaban susurrándose, por lo grave de sus voces, escuchaba con claridad. La mujer dejo salir un grito agudo y se apego a su amante con más ahínco, el hombre sostuvo su cadera y levanto su vestido, el chico no alcanzo a ver que pasaba exactamente, algo le decía que no estaba bien, no debería estar ahí, así que se alejó de puntillas.

El muchacho camino calmadamente lejos del lugar, el pueblo estaba tranquilo al ser todavía de día. Muchos libros apilados llamaron su atención, después de todo, ellos eran sus mejores amigos quienes lo acompañaban en la soledad del enorme palacio en donde vivía

-Mi mejor cliente, ¿Qué lo trae por aquí? - saludo el hombre dueño del lugar, desempolvando algunos ejemplares que ordenaba y dejando una estela de polvo que le produjo picazón en la nariz

-No lo sé, quisiera algo diferente esta vez- respondió el príncipe. En muchas ocasiones, olvidaba que la gente del pueblo era amistosa, así que no tenia que ser formal como en El Dorado.

El hombre flacucho observo a los lados y lo llamo con un gesto para susurrarle.

-Llegaron algunos textos prohibidos del oriente, joven amo, estoy seguro que apreciaras su valor, te los traeré, espera aquí

Chang soo se encogió de hombros a modo de estar de acuerdo, jugueteo con sus zapatos, hojeo algunos ejemplares aparentemente nuevos y fue cuando diviso a uno de los médicos reales. Se agacho para no ser visto por Kyungsoo, no entendía como el hombre estaba en el pueblo buscándolo. Maldijo bajito porque se suponía que esta vez tardarían mas tiempo en encontrarlo, apenas había visitado algunos puestos, quería quedarse a ver a las marionetas y ese espectáculo se daba cuando el sol comenzaba a ocultarse.

-Oh ¿Dónde estás joven amo? ¿Qué haces ahí agazapado como un ladronzuelo? Aquí, aquí mira esto y haz volar tu frágil mente- el chico se levantó rápidamente para que la emoción del hombre no llamara la atención de Kungsoo. Chang soo hojeo las páginas cubriéndose con el libro, no entendía muy bien de que iba, la mayoría eran ilustraciones extrañas de dos personas en posturas nada cómodas.

- ¿Qué es esto?

-Aprenderás cosas para que las haga con tu amante, aquí, mira esto, ¿Qué opinas? - Chang soo no entendía a que se refería el hombre, se sonrojo cuando se dio cuenta que esas personas juntaban sus partes íntimas- cerro el libro con fuerza y se alejó receloso

-¡No comprare eso ahjussi!

-Si hasta te sonrojaste, pensé que ya eras mayor para saber sobre esto

-¡Deme poesía!, eso será después- dijo valientemente abanicando sus calientes mejillas

-Oh, el joven amo resulto ser un romántico entonces, espera voy por ello

-Señor, tenga su libro...-el hombre se fue rápido. Chang soo suspiro y hojeo entre la pila de libros cercana. Ahí estaba su autora preferida Hore, se empino para alcanzar el poemario y para su mala fortuna termino botando todo, el estruendo fue tal que llamo la atención fuera del lugar. Kyungsoo sonrió de alivio cuando diviso a su protegido cerca de ese desastre. Un avergonzado Chang soo se encargaba de levantar los libros rápidamente.