Despedida II

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Samuel

Me desperté un poco desorientado, el día que no quería que llegase, llegó.

El de la despedida

Fui a la cocina a prepararme un café, cuando volví para sentarme allí estaba ella.

—Perdona no sabía que estabas aquí...

—No te preocupes...

Desayunamos en silencio, miraba a la nada mientras pegaba sorbo del café, ella miraba el suelo, la notaba distraída... Suponía que porque hoy era nuestro último día aquí en el campamento.

Los dos meses más especiales, con más subidas y bajadas, que había vivido en toda mi vida, y que había conocido a la chica que me había cambiado mi manera de ver el mundo, acababan hoy...

Me levanté, le acaricié el pelo y me fui a hacer surf, cogí mi amiga la tabla y me sumergí en el mar... Me notaba raro, eso era porque probablemente no la iba a volver a ver.

Cuando mi mano volvió a sentir el tacto de su pelo, se me erizó completamente la piel, ese pelo que me gustaba tanto y olía a vainilla.

Miraba hacia atrás, exactamente dos meses atrás, un chico que no quería relaciones en su vida, el cual le gustaba estar solo, que solo quería a las chicas para una noche, y ahora con unos planes de futuro con la chica a la cual le había hecho daño.

"Caprichoso destino..." Pensé.

Cogí mi tabla y corrí hacia el mar, estuve un buen rato, me tiré de la tabla cuando empecé a estar cansado y me senté encima de ella, los rayos de sol me cubrían la cara, eso me sentaba bien.

Entre justo cuando Mateo despertaba al resto, se notaba que él tampoco había dormido bien, nos miramos y nos entendimos perfectamente.

Me duché y fui con los demás, para nuestro último desayuno juntos.

No estaba preparado para no volverla a ver, de pasar a verla cada día, a seguramente ni verla...

Prácticamente, el desayuno se pasó en silencio, nadie se atrevía a decir nada.

Después fuimos ayudarlos con las maletas, las cuales también Mateo y yo también teníamos que hacer, y allí fue cuando se me ocurrió una idea.

Ya lo tengo

Esa idea era la única esperanza que me quedaba para poder recuperar a Mar.

Corrí a la cocina a buscar papel y boli, después me senté en mi cama, puse mi maleta abierta,  me giré a mi armario y la vi, esa sudadera amarilla con capucha y cremallera "ya está" doblé la sudadera y me senté para escribir la nota.

Todavía olía a ella, a esa vez que tenía frío, la primera vez que la llamé "rubita"

"Rubita, tengo muchas que contarte, pero ahora no puedo, solo te pido que no olvides nada de estos dos meses, porque yo tampoco lo haré, quiero que sepas que nos volveremos a ver, y si el destino no nos quiere juntar lo haré yo, te encontraré y te diré todo lo que no he sido capaz de decirte cara a cara, seguramente me odiaras por lo que te dije, yo también me odio desde entonces... Nunca te olvides de quién eres.
Te quiero.
Samuel"

Doblé la nota, acabé de escribirla con lágrimas
en los ojos, y la metí dentro de la sudadera, sentí que esa era mi despedida, que yo ya me había despedido en ese momento de ella, un poco cobarde por mi parte, pero bueno.

Me asomé a ver si estaban las chicas en su habitación, no quería que nadie me viese, así que volví corriendo a por la sudadera, le abrí la maleta, cuidadosamente la dejé allí, cerré la maleta y fui de nuevo con los demás.

Mi hermano me notó raro y le susurré lo que hice, me miró con los ojos llorosos y me abrazó.

Estuvimos un rato más fuera, hasta que se hizo la hora de comer, aunque esta vez la hicimos todos, fue un poco caos tanta gente en la cocina, pero fue divertido, todo con ellos siempre era mejor.

Mientras comíamos recordamos todos los momentos felices que vivimos allí, fueron dos meses cortos, pero intensos, si tuviera que describir mis dos meses aquí en dos o tres palabras serían "increíbles, únicos e inolvidables."

Ella era la que los había hecho especiales.

Hicimos un abrazo grupal, descansamos toda la tarde, y el mundo se me cayó encima cuando la vi ir a buscar su maleta, tuvimos nuestro último contacto visual, y cuando giró la cabeza le dije "te quiero."

Fue mucho más duro de lo que hubiese imaginado nunca despedirme así de ella, me lo imagine besándonos, abrazándonos, llorando, acariciándola y asegurándole que nos volveríamos a ver, y que me esperase fuera, pero fue un poco diferente.

Por qué a lo mejor estábamos destinados a ser solo un Amor de verano en Noosa Shire.

¿O no?

Continuará en  "Algo más que un amor de verano"

Amor de verano en Noosa Shire [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora