Después de la tormenta viene la calma

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Samuel

Acabamos de hacer la comida y fuimos sacando los platos fuera, Mar y yo nos miramos cuando vimos a mi hermano hablar muy cerca con Olivia.

—¿Oye y estos? —Me dijo medio susurrando Mar

—No tengo ni idea...

Comimos tranquilamente, misión número uno hecha, ya habíamos hablado con Olivia, faltaba Javi, aunque he de decir que por lo que observe también se estaba integrando más, ella le habrá dicho algo.

Pues de momento todo bien, mi hermano y Olivia cada vez estaban más cerca.

"Uno, dos, tres y pum" y se besaron. Pues sí que les había ido bien esa conversación, vaya...

Por dentro me sentí muy bien por ellos, mi hermano no se besaba con cualquiera, es decir, le tenía que gustar mucho o

sentir algo más que atracción física, para besarse con alguien —en este aspecto por desgracia no éramos iguales—.

Estaba claro que debía mantener una conversación con él, quién lo iba a decir que mi hermano, el responsable, el cumple normas, se había saltado la primera regla "No besarse con alguien del campamento", al igual que yo, claro estaba, me reí tras recordar cómo Mat puso esa regla unos días antes de que empezase el campamento.

Escucharla reír por lo mínimo era el placer más grande que me había dado la vida, tenía una risa muy contagiosa, empezó riéndose ella por un chiste de Daniel, y acabamos todos, incluso los nuevos tortolitos, riéndonos.

¿Dónde habías estado todo este tiempo rubita?

Pensé mientras le acariciaba el pelo y la miraba fijamente, se me acurrucó al instante. Como me gustaba el ambiente en el que estábamos, todos estábamos bien, nadie estropeaba la "relación" con nadie, así daba gusto.

Me seguía sintiendo mal por el infierno de día que le hice pasar a Mar, así que tenía una idea en mente, no sabía si le iba a gustar o no, pero quería sorprenderla.

La tarde se quedó bien, cuando empezaba a atardecer, cogí mi libreta y junto a la compañía de Mar fuimos a la playa. Tendí la toalla en la arena y me senté. Su mirada se posó en mi libreta y arqueo una ceja.

—¿Qué es eso? —Dijo curiosa mientras

se sentaba al lado mía.

—Escribo cosas aquí dentro...

—Algún día espero leerlas...

Le sonreí, me daba mucho miedo que viera cómo me he sincerado en esas hojas de papel, mis libretas, diarios anteriores no se los había enseñado a nadie, pero Mar no formaba parte de ese "nadie", así que le asentí.

—Tranquila que si...

Se levantó, me miró y antes de dirigirse hacia el agua me cogió la cara y me robó un beso.

Me quedé embobado mirándola, "te estás apoderando de mi, rubita" pensé.

Se me había quedado plasmada su imagen antes de ese beso así que comencé a pintarla... El dibujo no se me daba nada mal, así que acabé rápido, cinco minutos o menos estuve dibujándola.

Abajo escribí lo que sentía en ese momento:

"Jamás creí que yo diría que pudiera estar enamorado de alguien, porque me consideraba por encima de ese tipo de cosas. Ahora me doy cuenta de que ni siquiera yo estoy a salvo de mis propios sentimientos. Tengo que afrontar que me estoy enamorando de ti"

Gritó mi nombre desde el agua y me saludó con la mano, volvió enseguida, parecía un cachorrito con frío, me levanté y le puse la toalla enseguida.

—Vamos dentro rubita...

Amor de verano en Noosa Shire [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora