Momentos felices

1K 78 4
                                    

Mar

No me salía tirarme con nadie más, él era la persona que más confiaba a pesar de todo, y me sentía segura tirándome con él.

Lo sentí, ese "te quiero" sí que lo sentí, me llegó muy profundo... Tan profundo que noté como se me emblandecía el corazón.

Notaba la adrenalina como subía y bajábamos esa colina en la tirolina, y sobre todo lo escuché a él, sentí su adrenalina e incluso como su corazón latía igual de fuerte como el mío.

Y por fin llegamos abajo, el monitor nos ayudó a bajar, después de eso intenté no acercarme mucho a Samuel en todo el día, y no es que no quisiese,

porque me moría por comérmelo a besos, abrazarlo, pasear por la selva cogida de su mano, oler su perfume...

Pero no podía, me había hecho mucho daño y no quería perdonarlo, mentira, mi corazón si quería, pero mi cerebro no, era imperdonable lo que me había hecho. Hablé con el resto y nos reímos mucho, aunque noté a Samuel un poco distante con todos, quería pensar que es porque nos queda una semana...

"Una semana..." Me repetí mentalmente.

Media hora en buggy llegamos a la otra punta de la Selva para ver a las jirafas, una monada, me reí mucho cuando Samuel se estaba haciendo una foto con una y le lamió toda la cara, menos mal que Mateo grabó ese momento.

—Pásamelo... —Le susurré a Mat, a lo cual él como respuesta me asintió

El día acabó de transcurrir bien, cuando empezaba a hacerse tarde, fuimos a coger nuestras cosas al hostal.

Volviendo vimos el atardecer que tenía Daintree, el cielo me daba tanta paz que me dormí en el hombro de Mateo, durante todo el trayecto.

Nunca había estado tan relajada y durmiendo tan bien desde ese día.

Llegamos al campamento cansadísimos, así que cenamos galletas príncipes con leche, y nos fuimos a dormir, nada más pisar la cama me dormí junto a ellas.

Cuando los rayos empezaron a ocupar la habitación, decidimos prepararle una sorpresa a Mateo por su cumpleaños.

Acordamos la noche anterior lo que haríamos.

Intentando hacer el menos ruido posible, llamamos a Jacob, Daniel, Max y Samuel para que nos ayudaran.

Hicimos su desayuno primero, y después el de todos, aunque le hicimos un bufete de magdalenas y cosas dulces, con lo que sobró de la fiesta Euphoria le preparamos su fiesta, pusimos más cosas y decoramos el bungalow, nos "arreglamos" un poco y esperamos su sorpresa.

Empezamos a escuchar nuestros nombres y como nos buscaba, hasta que llegó al sitio trampa.

Olivia lo esperaba con un plato de plástico con nata, y bum, cuando pasó se la comió entera, aunque ella también recibió.

Le cantamos el cumpleaños feliz mientras desayunábamos, estaba emocionado, no se lo esperaba.

Fue precioso, lloramos todos como unas magdalenas tras la reacción de Mat.

Y ahí descubrí lo que me hacía realmente feliz, ellos me hacían feliz, esos pequeños momentos, como preparar la fiesta, esos pequeños detalles eran los que realmente me complacían.

Los iba a echar tanto de menos...

Amor de verano en Noosa Shire [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora