S i e t e

336 24 8
                                    

• • ┈┈┈┈ ๑ ⋅ ⋯ 🤍 ⋯ ⋅ ๑ ┈┈┈┈ • •

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

• • ┈┈┈┈ ๑ ⋅ ⋯ 🤍 ⋯ ⋅ ๑ ┈┈┈┈ • •



Mientras vierto la leche al pocillo, John añade la canela y las tablillas del chocolate. Meneo constantemente con el molinillo hasta que el chocolate se disuelve por completo.

—Puedes pasarme unas tazas por favor.

—Se ve rico —dice.

—Gracias.

John se limita a observar como vacío el chocolate en la taza de "la mejor mamá del mundo".

—¿De qué te ríes?

—¿En serio?, tuviste que escoger la más grande.

—¿Qué tiene de malo?

—Nada, a excepción que tú no eres mamá.

—¡Oigan! —El grito de Tim me sobresalta y hace que por accidente me queme. —¿Qué película vamos a ver primero?

—Carajo, dejame ayudar.

John coge la servilleta de tela y la envuelve con suavidad alrededor de mi mano para evitar que el chorrito de chocolate descienda por mi brazo.

—Gracias, está caliente.

—Me imagino —. Posteriormente camino hasta el fregadero para lavarme.

—Será mejor que te prepares porque te voy a llenar de pura película navideña empezando con Home Alone, es una de mis favoritas.

—Está bien, suena divertido.

—Si, lo será. Y mejor ayúdame a traer las tazas porque sino Tim no nos va a dejar ninguna galleta.

Y dicho y hecho, Timothy se atiborró de galletas que en la noche ya le andaba, tuve que sacudir el sofá para poder sentarnos y luego tuve que pasarle la escoba a la sala porque si mamá llegaba y veía la casa sucia nos apagaría el televisor y nos pondría a ayudarle a limpiar. Lo que más quería en ese momento era sentarme en uno de los extremos del sillón, echarme la cobija encima y tomarme el chocolatito caliente.

Al principio John mostró un vago interés en el filme pero a medida que avanzaba la película no podía negarme que le había sacado una que otra sonrisa.

Me gustaba que lo hiciera, generalmente lo veía chistar y en contadas ocasiones sonreír, claro lo hacía a diario pero por las estupideces que él y Tim cometían, metiéndose en líos y eso. Aunque reconozco que me gusta más esa naturalidad con la que esbozaba una sonrisa, marcando sus hoyuelos, y mostrando esa dentadura que había tenido que ayudar a sanar en innumerables ocasiones debido a sus peleas. Es increíble que con tanta putiza aún no perdiera un diente.

—Y bien, me veo en la obligación de preguntar. ¿Te gustó la peli?

—Me gustó más el chocolate.

NO RULES  © NUEVA VERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora