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Flashback Layla
No ha dejado de reírse, aun cree que es una broma pero si lo fuera tal vez le seguiría la corriente, le golpearía el hombro y le diría que es un idiota.
En realidad es un completo idiota porque acaba de arruinarme, pero yo también lo soy porque insistí, se lo permití y aquí estamos.
—Ya dime ¿para que querías verme Layla?
—Ya te lo dije, estoy embarazada y es tuyo.
Rápidamente alza las manos en modo de defensa.
Me mantengo seria y finjo que no me molesta su indiferencia.
—Layla no digas estupideces como esa —sus dedos tamborilean sobre la mesa y luego se rasca la cabeza —. Además solo fue una vez... no puedes... no puedes quedar embarazada la primera vez.
—Pues adivina que, ¡es mentira! —suelto.
—Baja la voz quieres.
Se acomoda frente a mi apoyando ambos codos sobre la mesa. Los cabellos se le pegan en la frente a causa del sudor. Esta nervioso, lo sé y yo también. Mentiría si dijera lo contrario.
—¿Qué vamos a hacer?.
—No lo sé, déjame pensar...
—No le he dicho a mi mamá aún.
—Yo no se lo puedo decir a Jan... le rompería el corazón.
—No puedo creer que todavía te importe después de lo que hicimos, se que no soy una santa pero al menos admito que me equivoqué... —me levantó de mi lugar y veo que no se molesta en decir nada para detenerme —. No debí decirte nada, me las arreglaré yo sola.
Su boca se abre pero no dice nada, no hace nada.
No se mueve ni siquiera cuando yo he abandonado la cafetería en donde quedamos de vernos y lo veo a través del cristal llevarse una mano a la cabeza.
¿Qué voy a hacer Dios mío?
Cuando mis papás se enteren me van a colgar...
Quiero llorar, voy a llorar...
—¿Layla?
Esa es la voz de Thomas, me limpio la cara con el dorso de la mano antes de voltear y contestar:
—¡Hola Tommy!
—Hola.
—¿No me escuchaste? —preguntó y negué rápidamente.
Ahorita lo unico que escucho son mis pensamientos negativos.
—Te pregunté si este billete es tuyo —enseña y bajo la cabeza hasta la cartera para revisar si es cierto.
