"Compartidos"

Parte 8: Enajenación

8-Enajenación

**Mugetsu**

Me veo obligado a estar callado como un perro mientras observo la tensa conversación entre mi padre y mi esposo, el médico Komamura el cual no puede reprimir el tic nervioso en su prominente mandíbula apretada. Sabía que tarde o temprano mi padre haría acto de presencia en la casa para saber cómo van las cosas y aunque tampoco llevo mucho tiempo aquí, es el suficiente para que Komamura y yo ya hubiéramos cumplido nuestra labor reproductiva y fructífera para la comunidad.

-Komamura me decepcionas amigo, pensé que la presencia de mi hijo en tu hogar te honraría, pero la única honra que veo intacta aún es la de Mugetsu precisamente- aprieto los dientes fulminando con una mirada a mi viejo y Komamura suspira serio desviando su mirada sin querer encarar a mi padre.

-Lo que yo haga con mi esposo es de mi incumbencia, Yhwach. Tu papel como padre dominante aquí no tiene ninguna validez-

-Lo tiene cuando te tengo agarrado por los huevos y, aun así, tocas los míos para cabrearme- Komamura traga saliva, pero no pierde esa pose altiva pese a estar sentado en la butaca frente a mi padre. - ¿Acaso quieres que toda la comunidad se entere del secreto que celosamente los Coyote os estamos guardando? - el médico me mira algo nervioso cuando mi padre dice eso y yo chasqueo la lengua enfadado. Que iluso ¿De verdad piensa que no les he oído follar en su dormitorio las semanas que llevo aquí? Prácticamente me han estado ignorando, Komamura se ha pasado gran parte del tiempo fuera de casa con tal de no cruzarse conmigo y su querido ayudante-amante también ha salido con él con la excusa de ayudarle en el trabajo. Malditos...en el fondo me tienen pánico por si abro la boca, pero mi padre ya está para adelantarse...

-Como esposo de mi hijo más te vale cumplir con tus obligaciones y tratarle como un doncel de categoría o te juro que tu "ayudante" será el que sufra las consecuencias-

- ¿Me estás amenazando, Yhwach? - mi padre sonríe malignamente igual que siempre que sabe que tiene las de ganar y eso hace estremecer el enorme cuerpo del médico.

-No solo te amenazo yo, Komamura, si Yamamoto, el abuelo materno de Mugetsu, se enterara de esto también, tendrías más de un enemigo...y te aseguro que él no será tan benevolente como yo. Viste lo que le hizo a su propio hijo por fugarse ¿no? pues imagina lo que le hará a tu amante visto como un demonio que te ha corrompido-

-Vete de mi casa Yhwach ¡¡ahora!!- me sorprende el grito de Komamura cuando se pone en pie y mi padre ladea la cabeza mirándole fríamente antes de incorporarse y acercarse a mí para acariciar mi cabello lo cual le rehúso gruñéndole. Él abre los ojos al notar el rubor de mis mejillas que no puedo contener desde anoche. Mierda...puedo notar ese repugnante calor recorriéndome el cuerpo y sé que mi padre se ha dado cuenta...

-La próxima vez que venga a esta casa espero que sea para darme la buena nueva, hijo mío- noto como la ira me come por dentro cuando mi padre me susurra eso antes de irse y en cuanto me quedo frente a Komamura, él me fulmina con sus ojos dorados haciéndome estremecer brevemente por lo que impone con su estatura.

-Yo no le he ido con el cuento, él ya lo sabía, por eso me casó contigo ¿no es cierto? Soy tu puta tapadera-

-Estás en la misma situación delicada que yo, chico. Si a mí me pasa algo, tu padre no tardará en buscarte otro esposo que no será tan permisivo como yo, te lo aseguro- eso me hace gruñir al saber que es verdad y resoplo cruzándome de brazos mirándole.

-Sé que no quieres follarme y yo no quiero que me folles. Si me dejas en paz, haré la vista gorda y puedes seguir revolcándote con tu querido amante-

-¿Qué beneficio sacas tú de ello? No me fío de ningún Coyote y me guste o no, tu padre no se cansará hasta verte en cinta por desgracia-

-Ni se te ocurra acercarte ¡¡no me acostaré contigo!! –