"Compartidos"

Parte 10: Rechazo

10-Rechazo

**Sajin**

Sujeto la pequeña mandíbula de uno de los pequeños de Jugram haciendo que saque la lengua para ver su garganta con la boca abierta y le suelto al terminar la revisión anotando en mi cuaderno la fecha y los síntomas observados. Escucho los sonidos de la bebé rubia más pequeña que ayudé a traer al mundo viendo cómo se abraza a su madre riendo.

-Komamura ¿todo está bien? - alzo mi mirada fijándome en los intensos ojos verdes de Jugram que me mira preocupado. –Mis hijos...-

-Todo bien, no debes preocuparte están muy sanos- Jugram suspira aliviado levantándose para dejar a la pequeña en la cuna y acompañarme a otras estancias para seguir la revisión de los niños, especialmente del niño que tuvo hace poco el segundo esposo de Yhwach, Soya y al que reviso mientras su madre descansa en la cama intentando no molestarle.

- ¿Tengo que revisar a alguien más? - Jugram tuerce el gesto señalándome a una estancia donde hay un muchacho de cabello castaño y ojos celestes leyendo un libro. Recuerdo haberle revisado cuando era más niño, es el bastardo oficial de Yhwach, un hijo que tuvo con uno de los donceles del pueblo al poco después de que Jugram tuviera a Mugetsu y a Ulquiorra. Jugram no le ha aceptado nunca como su hijo, pero debe aceptar la decisión de su marido de tenerle como hijo igualmente.

-Parece que mi esposo no tiene suerte últimamente con la naturaleza de sus hijos- miro a Jugram el cual se aparta receloso para que entre en el cuarto a revisar al muchacho. Coyote Tensa se descubre el torso mirándonos con el ceño fruncido y el rostro sonrojado por la vergüenza cuando le ausculto con el fonendoscopio. El muchacho no dice nada al tener a Jugram delante mirándonos y me incorporo suspirando.

-Está sano. No veo nada raro en especial-

-Le oímos gemir por la noche. Seguramente sea por su primer calor- veo que el chico se muerde el labio inferior con rabia y yo saco de mi maletín unas hierbas ofreciéndoselas antes de ir hacia la puerta de salida con Jugram custodiándome.

-Mugetsu está bien ¿verdad? - abro los ojos de par en par cuando me detiene diciéndome eso y aprieto los labios asintiendo falsamente.

-Me gustaría ir a visitarle, pero no creo que le agrade mi presencia. - trago saliva sin saber qué contestarle y él añade. –Por favor...al menos querría saber cuándo sepáis que...-

-Te lo haré saber. Cuídate, Jugram- me aparto de él sin soportar continuar la conversación por terror a que delate en mis ojos mi pecado hacia su hijo. Dioses... ¿Cómo voy a decirle que seguramente Mugetsu ya esté embarazado? Aunque nos está evadiendo en la casa y se pasa la mayor parte del tiempo encerrado en su habitación, es más que obvio que esté en cinta. Le he oído vomitar varias noches, pero no se deja tocar y con las ropas que lleva tampoco consigo vislumbrar nada....

-Oh doctor, por fin regresa...- me encuentro a uno de mis vecinos de camino a casa que viene corriendo con cara de preocupación que me hace acelerar el paso viendo como otros vecinos están abanicando a Mugetsu en el jardín tirado en el suelo inconsciente.

- ¡Mugetsu! - me echo de rodillas sobre la hierba para comprobar su pulso y veo su sudor frío recorriendo su pálido rostro contraído en una mueca de dolor.

-Su joven esposo se desmayó hace unos minutos doctor, no sabíamos que hacer...-

-Yo me encargo, gracias por acudir en su ayuda- levanto en brazos el cuerpo de Mugetsu para meterle dentro viendo que obviamente Hyorinmaru ha debido salir a comprar por eso no ha podido ayudarle. Le dejo sobre su cama escuchando su gruñido pese a no despertarse y no puedo evitar levantarle el camisón para asegurarme de algo que me hace abrir los ojos de par en par antes de cerrarlos resoplando.