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— ¡Oh! No, no, no

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— ¡Oh! No, no, no.

— Vamos, Jungwon. Será divertido...

Definitivamente para Jungwon no era nada divertido sentarse a la orilla del puente más alto de Seúl, si hacía algún mal movimiento, caería al agua y se ahogaría.

— ¿Y si caigo?

— No caerás, sólo sostente de los tubos y relájate.— dijo Jay mientras tomaba asiento en el concreto, dejando colgar sus pies y sostenía sus brazos en la seguridad de metal que había en el puente.

El pelinegro lo veía un par de pasos alejados, dándose una cachetada mental al permitir que Park lo llevara a divertirse. Entonces, se dio cuenta de que las expresiones de el mayor eran una pequeña sonrisa acompañada de ojos asombrados viendo el paisaje que se reflejaba en la cristalina agua. Kilómetros y kilómetros de agua pura. Aunque no lo quisiera aceptar, eso lo relajó un poco.

Entonces se acercó al contrario a pasos lentos y se sentó a su lado. Sus piernas temblaban, su labio inferior se separó un poco del superior y se dedicó a disfrutar. El sonido de el agua chapotear, las aves cantando, un par de árboles a la orilla y el sol comenzando a desaparecer realmente lo tenian fascinado.

— ¿Quieres?— Jay le ofreció un par de caramelos sabor café con mantequilla.

— Está bien.— agradeció y tomó uno.

Jay suspiró una vez que puso el dulce en su boca. — Hace mucho que no veía un lindo paisaje, libre de smog, libre de mierda...

Jungwon asintió lentamente.

— La última vez que vi uno, fue en las vacaciones familiares. Papá nos llevó a mamá y a mí a una playa en México. Fue lindo.

— ¿Te gustan las playas?— cuestionó el de pelo rubio.

— Sí. ¿A ti?

La mirada de Jay se oscureció un poco, eso asustó a Jungwon. Su semblante se volvió serio y palideció, como si...

— Papá...— empezó a hablar el mayor.— Sólo una vez he ido a la playa y papá se encargó de crearme un trauma— suspiró pesadamente, pero siguió hablando—. Estábamos en una especie de paseo y me lanzó de una roca alta hacia el mar... Casi muero.

Jungwon sintió un nudo en la garganta al escuchar lo débiles y tortuosamente lentas que salían las palabras que salían de los labios de Jay.

— Supongo que fue un accidente. ¿No?

— Tenía sólo 6 años...

Algo no andaba bien y eso claro estaba, así que Yang decidió levantarse. — Creo que deberíamos irnos. Vamos a casa, mis padres no están.

Jay levantó su mirada a el contrario y asintió, guardó la envoltura de el caramelo en su chaqueta para no contaminar botándola en cualquier lugar y siguió al menor por el camino que atravesaron para llegar.

Pasaron por un pequeño tramo sin establecimientos, después una heladería, una tienda de materiales escolares, una licorería, un restaurante, la tienda de conveniencia y finalmente llegaron al barrio donde vivía el menor.

— ¿Qué hora es?

— Las... 8:34 p.m.

— Es temprano. ¿A dónde vamos?

— A mi casa, te dije que mis padres no estaban.

Jay rió. -¿Te das cuenta que estás dándole entrada libre a un desconocido a tu casa? Puedo ser un secuestrador o un ladrón.

Jungwon también rió. — Sé que no lo eres, sólo cállate y entra— dijo abriendo la puerta del hogar con su juego de llaves adornado con un dije de gatito.

El mayor se encogió de hombros y comenzó a recorrer con su mirada la propiedad de los Yang. Muros blancos, muebles de madera, algunas pinturas-de probablemente un costo alto-colgadas por los alrededores y un peculiar olor a café.

Su mano fue tomada por la ajena y después de dedicarse una sonrisa, Jungwon dirigió a ambos a su habitación subiendo por las escaleras y caminando por aquel pasillo donde su madre lo advertía de que podría caer. Una vez en la habitación cuya puerta remarcaba "Y.JW" en letras negras, se soltaron de las manos y el menor se tumbó en la cama.

Nuevamente, Jay se dedicó a observar todo en silencio, caminando de un lado a otro con sus manos tras su espalda: habia una computadora con un par de pequeñas -que también lucian costosas-bocinas, un armario, un escritorio donde había por lo menos cinco envases de leche de fresa vacíos; sonrió ante ese detalle.

Por último, se dirigió al otro lado de la habitación y observó lo que más llamaba la atención; era un enorme librero, con libros de todos tipos, tamaños, colores y títulos.

— Te gusta leer. ¿No es así?

— Es algo muy entretenido, ha decir verdad— murmuró Jungwon adormilado desde su cama, a su vez trataba de fingir un acento educado y grave.

Jay asintió mientras tomaba un libro de la repisa: — "Edipo Rey".

— Es mi libro favorito— sonrió el menor.

— ¿De qué trata?— preguntó el de pelo rubio dándole una hojeada rápida.

El menor se incorporó en la cama ya que comenzaba a quedarse dormido y se dirigió a el rubio para tomar de sus manos el libro, sentarse de nuevo en el colchón y palmear su costado, indicándole a el mayor que se sentara a su lado. Jay obedeció.

— Edipo fue un hijo de reyes en una ciudad de la antigua Grecia. Para informarse un poco sobre cómo sería el futuro de la familia, los reyes acudieron a algo llamada "el Oráculo de Delfos", ahí se reflejó una especie de profecia sobre que el hijo, o sea Edipo, mataría a su padre, o sea el rey, y se casaría con su madre, o sea la reina. Entonces, los padres entre el miedo y la desesperación, mandan a su hijo a manos de un sirviente a un río en otra ciudad, atándolo de pies y manos con la esperanza de que muriera y librarse del destino. Sin embargo, fue rescatado por un pastor, que a su vez lo llevó con los reyes de esa otra ciudad... ¿Me estás prestando atención?

Jungwon se dio cuenta de que en realidad el mayor estaba haciendo de todo, menos escuchándolo. Los ojos de Jay recorrían sin pena cada facción, cada lunar, cada poro de Jungwon. Al escuchar la voz ajena, salió de su trance.

— Sinceramente no.

Jungwon sonrió dejando el libro de lado y recostándose nuevamente. — ¿Enserio?

— Acabo de aprender tres cosas— dijo Jay correspondiéndole la sonrisa al menor, situándose a su lado y viendolo.

— ¿Cuáles?

— Que, aunque deteste a las personas que hablan mucho, a ti te podría escuchar por horas. Que, te gusta mucho la leche de fresa, y, que no eres tan tonto como pensaba.

 Que, te gusta mucho la leche de fresa, y, que no eres tan tonto como pensaba

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recuerden que todos los errores serán corregidos al final de la historia ^^

espero se encuentren bien ^^

atte; a l e xx

𝗦𝗧𝗥𝗔𝗪𝗕𝗘𝗥𝗥𝗜𝗘𝗦 𝗔𝗡𝗗 𝗖𝗜𝗚𝗔𝗥𝗘𝗧𝗧𝗘𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora