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Habla pasado al menos una semana desde la última vez que me quedé a dormir en casa de Jay. Todo lo que se podría decir que habíamos avanzado juntos, nuestro cambio de ánimo, nuestra felicidad presente en la rutina que llevábamos a cabo... Todo se iba derrumbando nuevamente.
El padre de Jay lo echo de casa.
No sabíamos que hacer, era casi como si nos hubiéramos quedado solos a excepción de nuestra mutua compañía. Tampoco me ha querido decir que pasó, simplemente se mantiene soltando lágrimas en mi hombro mientras acarició su espalda.
Jamás había visto a Jay llorar.
Habia sospechado sobre algo desde hacia unos dias, solo nos velamos en el trabajo y tras decir "adiós" sacaba un cigarrillo ansiosamente y se dirigia a algún lugar que yo desconocia plenamente.
No me besaba. No me abrazaba.
Pero hoy... Hoy me pidió que nos viéramos en el parque después del trabajo.
Lo miré disimuladamente. No podía mantenerme la mirada, de nuevo tenia marcas oscuras bajo sus ojos y ahora cargaba con un rasgullo en su mejilla que, según antiguas experiencias propias, parecia haber sangrado. Su presencia fría y deprimente lo rodeaba en tu totalidad, cosa que me ponía nervioso.
Honestamente tampoco me he sentido bien, no sé si sea por salud o algo asi pero... He sentido un pesar muy grande en mi pecho últimamente.
Vaya mierda, ¿no?
Y es que verlo ahí parado tras el mostrador soltando suspiros pesados me hacia recordar lo que éramos hacía tan solo un par de meses atrás. La historia se repetía.
Alguna vez entre copas, mi madre me contó que sostenía la teoría sobre que nosotros escogiamos nuestro estilo de vida, lo que quisiéramos experimentar, sentir, pero...
¿Por qué?
Soy alguien interesado en los sentimientos ajenos, me gusta ayudar a las personas, más si se trata de Jay, sin embargo creo que no puedo ni conmigo mismo.
Bostece un poco y volví mi vista a la señora que estaba comprando unos bolígrafos.
Sonreí débilmente. — Gracias por su compra, tenga un buen día.
Tras imitar mi acto se retiró y de nuevo estábamos solos.
¿Es que acaso era un tipo de hechizo la razón de que las dos nas deshacíamos al mismo tiempo?
Los dos nos derrumbamos y usualmente los dos nos levantábamos con ayuda mutua, pero esta vez... Era distinto.
De pronto lo veo salir por la puerta en silencio, ni siquiera de preocupo por ponerse una chaqueta aunque estuviera helando afuera. El ventanal de cristal me permitió verlo caminar de un lado a otro lentamente mientras sacaba un cigarillo y lo consumía como de costumbre.
No lo entendía. Él me habia dicho que lo dejaria, incluso cruzamos nuestros dedos melliques como dos infantes esperanzados de cumplir su eterna promesa, pero el solo la omitía.
Estuvo afuera durante diez minutos, y tras tres cigarros seguidos volvió adentro con un dulce de café en la boca. Sentía que mi palabra comenzaba a perder poder en su ser, si le pedía que por favor no lo hiciera, lo pasaría por alto.
¿Qué es esto, porque todo se desmorona?
Hoy era nuestra paga mensual entonces debíamos quedarnos al final del turno con el jefe y recibir nuestro sobre amarillo con unos cuantos wons dentro. Cuando salimos de ahí pude sentir a Jay jalándome un poco del brazo para encaminamos al parque. Veía hacia adelante y estaba unos pasos más adelante que yo notaba su... ¿Desesperación? Si, desesperación por ir. Mis nervios aumentaron aún más, pero no dije nada y lo seguí en silencio.
El ambiente era literalmente frío, tuve que ponerme dos suéteres para no sentir el frio atravesarme por completo. Una bufanda gris rodeaba mi cuello y un largo abrigo negro acompañaba mi conjunto. Soobin llevaba un lindo suéter color piel que alguna vez le regale ya que me quedaba enorme, él lo definia como su suéter favorito.
Una vez llegamos nos sentamos en los fríos columpios. Todo nuestro entorno eran colores daros, neblina, cielo grisáceo debido a las nubes y lluvia aproximándose, las hojas de los árboles revoloteaban y se desprendian de las ramas.
Saco hábilmente un cigarro y se lo puso entre los labios mientras yo lo veia con curiosidad. Tras encenderlo y dar una calada profunda me vió.
Y es aquí donde puedo argumentar y sostener mi pensamiento de que la historia se repite.
Pude notar parcialmente un sentimiento indescifrable, además, sus ojos volvian a perder brillo, regresandome mentalmente al día en que nos conocimos. Sus facciones serias, su pierna subiendo y bajando en un compás rápido golpeando el suelo con el talón de su pie y sus dedos siendo tronados a propósito mientras mantenia el cigarrillo en su boca.
¿Las personas pueden volver a destruirse de un momento a otro?
¿Nosotros somos los que nos destruimos o... Sólo alentamos nuestro fin?
Con la voz temblorosa entre frio y nerviosismo, decidi hablur primero.
— ¿Jay?
Levantó la mirada desde sus converse desgastados y me miró fijamente. Luego la devolvió a donde estaba.
El humo que salía de su boca al exhalar me estaba fastidiando, no por el simple hecho de estar ahí, sino porque parecia que Soobin le prestaba más atención mientras yo estaba su lado agonizando.
Entonces lo ví llorar.
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