O17

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no sé quién había sido la persona a la que le había prometido actualización, pero si tú, personita, ves esto, todavía me quiero casar contigo 💔💔

no sé quién había sido la persona a la que le había prometido actualización, pero si tú, personita, ves esto, todavía me quiero casar contigo 💔💔

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Apreté mis puños ante la impresión. Mamá nunca estaba despierta en la noche, regularmente se iba a la cama temprano estuviera yo o no en casa. La miré. Cruzaba sus piernas y tomaba un vaso de whisky en esos vasos especiales, le daba vuelta con la mano haciendo sonar los hielos al chocar levemente entre ellos. Me miraba expectante de lo que hiciera con esos ojos indiferentes que mostraba cuando algo no le agradaba. Pasó su mano por su cabello arrastrando un mechón hasta hacerlo quedar tras su oreja.
Apenas pude tragar saliva cuando me adentré a la casa y cerré la puerta detrás mío. Me puse nervioso, lo acepto.

— ¿Sabes que te ausentaste casi un dia completo? ¿Qué hacías, eh?

Su voz me intimidaba, aunque era dulce y de volumen normal, se sentia como un golpe.

Me miró de nuevo a los ojos, dejó el vaso de whisky en la mesa arriba de el portavasos y se levantó haciendo sonar sus tacones mientras se acercaba a mí. No sabía qué decir, sólo me quedé callado.

— ¿Estuviste tomando?

Asentí. Sinceramente no estaba en posición de negar algo así haya pasado ayer, ella de daria cuenta.

Acomodó mi chaqueta negra y volvió al sillón mediante pasos lentos.

— ¿Por qué me has mentido durante semanas?

Mierda.

SungHoon me lo dijo, me dijo que su madre sospechaba pero no hice nada respecto a la mía. Tragué saliva nuevamente.

— Ma-

— No hables.

Bajé la cabeza. No podía estar pasando esto, suficiente tenía con la culpa que sentia al escaparme de casa. Me sentia indefenso, estúpido.

— La señora Park encontró a su hijo con otro chico que claramente no eras tú. ¿Dónde te has estado metiendo todo este tiempo?

No puedo, no diré nada. Me quedaré callado si es necesario.

— Llamó esta tarde muy molesta explicándome todo. ¿Enserio creyeron tú y SungHoon que lograrian engañarnos?

Silencio...

— Mañana a primera hora irás a su casa a pedir perdón por los inconvenientes sin quejarte.

Bien, eso no era malo sinceramente, era tan sólo pedir perdón aunque no lo sintiera, era algo común.

Había algo que lograba inquietarme en demasía, tenía un cigarro entre sus dedos. Sacó un encendedor y tras prenderlo lo llevó a sus labios. Mamá no fumaba. El ruido que hacía con su zapato era estresante. No entendía nada, la confusión me comía por completo, sin embargo, no dije nada. Tan sólo esperaba el sermón de mi comportamiento, que no es el correcto para un chico de mi clase social, que sería castigado por veinte años.

Nada.

No dijo nada.

Levanté la mirada tras uno o dos minutos. El silencio de su parte me estaba matando. Para ser sincero, comenzaba a tenerle miedo a mamá

— Lo lamento...— fue lo único que logre articular.

No lo lamentaba. No lamentaba mentir a mis padres, ni saltar por la ventana para salir corriendo con Jay. No lamentaba no amar a SungHoon, él tampoco me amaba a mí. Pero... Tal vez si me disculpaba las cosas se harían más fáciles.

— ¿Con quién pasas el tiempo? ¿Con ese chico de cabello rubio?

Casi me caigo de rodillas tras lo que dijo... ¿Lo ha visto?

Sentí mi mundo reducirse considerablemente. Mis piernas se debilitaban y en cualquier punto mis ojos se enrojecerían, sabía de lo que ella era capaz. Podrian hacerle algo a Jay, alejarlo, no sé. Algo.

La miré fijamente y ella sólo sonrió cínicamente.

A mi mente vino aquella plática que tuvimos Jay y yo, esa donde me contó que le tenía miedo a los ruidos fuertes. Recuerdo haberle dicho que...

“— Creo que no tengo uno, o al menos no lo he descubierto aún.”

Y era cierto, no había encontrado algo a lo que temerle, nada me causaba ese sentimiento de querer salir corriendo hasta alejarme, ni llorar.

Sin embargo, justo ahora, a la luz de la lujosa y tenue lámpara que iluminaba parte de la sala, los ojos de mi madre sobre mi mientras expulsaba humo por sus labios, me di cuenta fugazmente de que, probablemente mi mayor miedo era...

Perder a Jay.

No sé cómo me he aferrado tanto a él. Ni siquiera sé si él sienta lo mismo que yo. Puede ser que sólo sea un enamoramiento pasajero o que en verdad le guste, si fuera así, sería algo muy decepcionante, pero no, Jay no era así. Jay si gustaba de mi y yo de él.

— Tu silencio me hace las cosas tan fáciles, hijo— mencionó acomodando un fino anillo que se encontraba en su dedo anular, su estúpida sonrisa no se iba—. Me parece interesante el hecho de que hayas osado mentirnos, no sólo a tu padre ni a mí, sino que hasta a la señora Park aún sabiendo los negocios que tenemos con su familia. Vaya, y pensé que SungHoon era un buen chico.

¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Por qué no me largaba de una buena vez? ¿Por qué a los padres les gusta obligar a las personas a hacer cosas que no les gustan?

Me estaba consumiendo a mi mismo.

Apagó su cigarrillo y dejó el vaso con la mitad del licor en él, se levantó y acomodó su vestimenta.

— Escúchame bien, Jungwon— espetó ella, se acercaba y casi podía sentir su mano estampándose en mi mejilla, pero no, dejo un suave beso en ella, como cuando era pequeño y me iba a dormir—. No esperes ser reconocido como mi hijo, nunca más.

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𝗦𝗧𝗥𝗔𝗪𝗕𝗘𝗥𝗥𝗜𝗘𝗦 𝗔𝗡𝗗 𝗖𝗜𝗚𝗔𝗥𝗘𝗧𝗧𝗘𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora