Capítulo 15

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Estamos en una habitación de hotel. Bastante amplia y muy cálida.

Estoy pegada a la puerta, mis labios están siendo devorados por Ricardo mientras que sus manos me recorren el cuerpo entero.

—Tenia tantas ganas de estar contigo, a solas— dice entre jadeos mientras sus manos recorren mi cintura y cadera.

—Tengo que decirte algo— digo sin aliento, pero el me ignora y sigue su trabajo.

Doy un pequeño grito cuando me sujeta por las piernas y me carga. Mi escote queda al nivel de su boca y comienza a mordisquearlo y a besarme.

Somos interrumpidos por su celular que comienza a sonar, pero el lo ignora y no para de acariciarme. El aparato deja de sonar y al minuto siguiente salta la canción de nuevo. Así esta varias veces hasta que lo insto a que conteste ya que puede ser una emergencia.

—Bueno— contesta de mala gana —¿Estas loca? — Se pasa la mano por el pelo lleno de frustración —¿Y tu donde estas? En serio me estas pidiendo que vaya ahorita, lo podemos hablar mañana— lo veo poner los ojos en blanco y eso me hace reír —Escúchame bien, estoy con Nathaly y quiero pasar esta noche con ella, no puedes hacerme eso—  y después de unos minutos cuelga.

Se agarra la cabeza con ambas manos y respira profundamente.

—Lo siento nena, ha surgido algo y tengo que salir— lo dice mientras se arregla la corbata y el saco —No era lo que tenia en mente para esta noche, pero tengo que ir— me acerco despacio y me coloco frente a el y le acomodo la corbata.

—No te preocupes, yo lo entiendo. Tú ve a tu reunión y yo…—

—Te quedaras aquí— me interrumpe —escúchame nena,  hare lo imposible por terminar rápido para volver contigo, así que quédate. Quiero verte aquí cuando regrese— yo sonrío ante su petición y asiento.

—Me muero de ganas de hacerte el amor en esa cama, lo he deseado desde que llegue aquí— ups, ve mi cara —¿Qué pasa? —

—Bueno es que tengo la regla y pues, no podre tener sexo en los próximos días— No se que fue lo que dije, no se si hice algún movimiento pero la respuesta de Ricardo fue un enorme y pasional beso que me dejo sin aliento.

 —Dime algo ¿Te duele, tienes cólicos? — pregunta con los labios hinchados del beso. Niego con la cabeza ya que me he quedado muda —Perfecto, escúchame bien, no porque tengas tu menstruación no voy a hacerte mía. Así que cuando regrese te hare el amor como lo tenia planeado— y vuelve a besarme.

Después de dos o tres o mas besos deja la habitación. Levanto mi mochila que había tirado al piso y camino hasta la recamara. Quedo impresionada de lo que mis ojos ven. Es una habitación blanca con un gran ventanal con vista al mal, la cama Queen Size esta al centro cubierta por sabanas y un edredón blanco, con varios motivos florales.

La alfombra es beige, no hay televisión pero si un pequeño escritorio con una carpeta del hotel sobre el. Dejo la mochila en la silla y me aviento a la cama. Es tan cómoda que me podría quedar dormida ahora mismo y sin proponérmelo me quedo dormida.

Me despierto por mi urgencia de ir al baño. Después de salir miro el reloj y son las 2 am. Ricardo aun no ha vuelto.

Decido cambiarme para dormir cuando oigo que un mensaje ha llegado a mi celular.

                        Nena subiere en 15 mins, espero que aun estés despierta.

¿Es una broma? Me siento en la cama, meditando que hacer. No puedo tener relaciones con el ya que tengo mi regla y pensándolo bien seria muy incomodo decírselo en persona, así que mejor le mando un mensaje.

Para ser honesta me dormí. Por cierto no puedo acostarme contigo ya tengo mi periodo.

Después de unos minutos no recibo respuesta, así que saco de la mochila mi pijama y comienzo a vestirme.

Han pasado unos 25 minutos desde que me envío el mensaje, cuando oigo que la puerta se abre. Aparece con una mirada tan intensa que si pudiera me quemaría.

—Hola— digo un poco tímida.

—Hola— me responde con una voz tan ronca que no se si es de deseo o de algo mas.

—Y que tal la reunión, espero que haya ido bien— lo veo dar dos pasos hacia mi, aflojándose la corbata.

—Dime ¿Tienes cólicos? — su pregunta me hace abrir mucho los ojos de la sorpresa y algo me dice que aun así no dormiré. Se acerca con cautela y se sube sobre mi cuando llega a la cama.

Tiene sus piernas a cada lado de mis caderas y se apoya en sus manos. Dios es tan sexy, endemoniadamente sexy. Me encanta que sus ojos se vuelvan de un verde oscuro cuando tiene ganas.

Lo veo bajar lentamente hasta mis labios y comienza a darme pequeños besitos desde mi boca hasta el cuello y viceversa.

Ni siquiera le he respondido y el ataca mi cuello a besos. Cuando voy a abrir la boca para invitarlo a besarme, tocan a la puerta. El detiene su ataque y nos quedamos en silencio viéndonos de manera interrogante.

Ricardo se baja y camina malhumorado hasta la puerta. Me siento en la cama de manera que mis pies tocan la alfombra y en la habitación aparece quien menos pensé. Trae un vestido corto azul marino de manga larga bastante entallado, unas botas negras, y el cabello recogido en alto.

—Rubí— murmuro.

—Hola— dice ella, volteando a ver a Ricardo con una sonrisa que me hace dudar y preguntarme ¿Qué pasa aquí?

Desastre... A Mediano Plazo (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora