Desastre... A Mediano Plazo (Libro 2)

Capítulo 16

—Te dije que estaba ocupado— dice Ricardo.

Estoy confundida, se supone que Ricardo se fue por un problema que surgió de repente, entonces ¿Era ella? Estuvo con ella todo este tiempo.

Me subo a la cama y me pego al cabezal envolviendo mis piernas de manera protectora. Rubí no ha dicho nada, solo lo observa a el y de vez en cuando a mi.

—Lo se, pero quería saludarla— voltea a verme y se acerca despacio y con cautela —Por la cara que tiene ha de pensar algo malo de los dos— Ricardo y ella me miran como tratando de descifrar mis pensamientos —La primera vez no nos presentamos de la manera correcta y supongo que te hiciste una idea de nosotros— dice señalándose a el y a ella.

Asiento sin decir palabra y sin entender el porque ella esta aquí.

—Bueno Nathaly soy Rubí Clint y pese a lo que sea que este pensando, la realidad es que soy prima de Ricardo y cabe resaltar que su mejor amiga— se sienta al borde de la cama y me sonríe.

Esperen un segundo —¿Prima dices? —

—Así es, creí que te lo había dicho. Hice bien en volverme a presentar— voltee a ver a Ricardo —¿Por qué no le dijiste? —

—Creí que lo sabía—

Rubí comienza a relatarme la historia de su familia. Al parecer es hija ilegitima del tío de Ricardo. Es decir el hermano de su padre tuvo una relación con otra mujer de la cual nació Rubí. Su padre la reconoció y le dio su apellido además del lugar que le correspondía.

Vaya si que es una historia para contarse. Ahora entiendo el porque siempre van juntos. Ya que cuando se conocieron se hicieron muy buenos amigos, después apareció Maximiliano y se unió a ellos.

El celular de Rubí comienza a sonar, así que se aleja un poco para contestar. Ricardo respira profundo y se sienta a mi lado, me abraza y me da pequeños besitos en los labios y en la nariz.

—¿Por qué no me lo dijiste? — pregunto con calma.

—Creí que lo sabias, jamás pensé que estarías celosa— y dice esta ultima parte con una enorme sonrisa en los labios.

—No estoy celosa, no confundas las cosas— espero que mi tono de voz lo convenza pero por la brillante y enorme sonrisa que tiene lo dudo.

—Escucha Nathaly, muchas familias tienen secretos y te aseguro que la mía tiene y muchos— quiero preguntarle del porque dice eso, pero Rubí regresa y la conversación cambia.

Platicamos por una hora, hasta que Ricardo la corre literalmente.

—Al fin solos y no me respondiste ¿Tienes cólicos? —

—No— digo en un susurro.

—Excelente— dice mientras se va quitando la ropa — desnúdate, esta noche quiero hacerte el amor hasta el amanecer, quiero que sientas una de las ventajas de tener la regla—

Hay Dios mío con palabras como esas, como le digo que no.