Capítulo 19

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El doctor De Rivas nos explica el estado en el que se encuentra Freesia Bou. Tiene leves quemaduras en las manos y en los brazos, además de que se intoxico con el humo que respiro en el incendio.

Nos indica que ya la traspasaron a una habitación normal y que ya podrá recibir visitas. Después de unas explicaciones, Ricardo y yo salimos al pasillo en un completo y confuso silencio.

 —Vamos Nathaly, vayamos a ver a Freesia— solo lo miro sin decirle nada — Te explicare todo, vamos—

Me toma de la mano, entrelaza sus dedos con los míos y lo sigo por el pasillo hasta llegar al elevador.

Nos detenemos frente a la puerta marcada con el numero 245. Ricardo toca y se oye un pase desde adentro.

— Oh Ricardo— la oigo decir y cuando me reconoce se pone blanca como el papel — Nathaly—  susurra.

— Ven nena, siéntate— dice Ricardo mientras coloca una silla a los pies de la cama, mientras el se sienta junto a la cabecera.

El silencio reina la estancia, miro a Ricardo y después de Freesia. Ninguno dice nada, solo se oye los diversos ruidos de las maquinas y nuestras respiraciones, este silencio se vuelve muy incomodo y desesperante, así que decido ser yo la que hable. 

—Bueno, estoy esperando una explicación ¿Quién será quien me la de? — Ricardo y Freesia se miran, ella asiente y entiendo que es él quien hablara.

—Por donde empezar— dice con un gran suspiro.

—Por el inicio— digo en tono neutro.

—Verás, hubo una época en la que el matrimonio de mis padres, bueno no andaba muy bien que digamos— Hace una pausa y me observa yo asiento y lo insto a que continué.

—Después de que nació Chad, el matrimonio pasó por muchos problemas, a los tres meses de que nació, mi padre decidió irse de la casa y bueno…—

Lo vi tragar saliva, su respiración se intensifico y juro que vi pequeñas gotas de sudor aparecer en su frente.

—¿Y? ¿Qué mas paso? Eso no me aclara del porque estas aquí— Freesia era mi amiga y mi jefa, pero no puedo dejar de sentir estos estúpidos celos.

— Bueno mi padre tuvo una relación con una mujer, con su secretaria y de esa relación surgió un bebe—

— ¡Oh por dios! — Me levanto y me apoyo en el respaldo de la silla, miro a Ricardo y a Freesia. Pensándolo bien ahora que los veo con mayor detenimiento tienen algún parecido.

— Si Nathaly, Freesia es mi hermana, por eso estoy aquí. Mi padre me lo dijo antes de morir, él quería que se le diera un lugar a su hija, ya que también es de su sangre, pero Bruce no le pareció la idea, hizo una gran rabieta cuando se entero de que teníamos una hermana— 

—Espera un segundo, me acabas de decir que tu padre te lo dijo a ti pero ¿Por qué se lo dijiste a tu hermano? ¿Chad lo sabe? ¿Y tú mama? —

—Yo no se lo dije a Bruce, el lo averiguo, Chad lo sabe y al igual que yo la acepta y en cuanto a mi madre ella apoyara a Bruce hasta el final—

Me dejo caer en la silla, toda esta información de golpe… quien lo iba a decir.

—Perdóname Nathaly, debí decírtelo pero Ricardo y yo acordamos que lo mantendríamos en secreto hasta arreglar el testamento y demás tramites— veo en su cara el reflejo de la mortificación.

—Esta bien. Es solo que toda esta información… —me detengo un segundo a pensar y caigo en la cuenta de algo — ¡Como no lo vi antes! — Digo y los dos me miran con sorpresa — El nombre de tu negocio es MaCnolias con las letras M y C en mayúsculas como el apellido de Ricardo—

—Te dije que era inteligente— dice él mirando a su hermana.

Después de esta información, pasamos un rato agradable con Freesia, esta más tranquila con respecto al “secreto” pero esta un poco atemorizada con lo del incendio.

Nos conto que se encontraba en el local, revisando el pedido que se entregaría mas tarde. Estaba sola y la puerta principal esta cerrada al público, todo iba bien hasta que escucho un fuerte estruendo y cuando fue a ver vio en el suelo una botella de vidrio con fuego.

Corrió hacia la puerta, pero estaba atrancada desde afuera. No podía salir ya que la maya metálica de la bodega estaba cerrada y no alcanzaba las ventanas. Decidió llamar a la policía y ellos dieron parte a los bomberos.

— Ya pusimos una demanda para que se inicie la investigación. Encontraremos al culpable sea quien sea— dijo Ricardo.

Algo me dice que intentaba decir algo más en esa información que nos dio, pero no quise preguntarle para no mortificar más a Freesia.

Después de un rato entro una enfermera a revisarla y a decirnos que era hora de retirarnos, teníamos que dejarla descansar, pero prometí regresar mañana para verla.

Nos despedimos con un abrazo y salimos del hospital.

Ricardo y yo nos fuimos a una cafetería, al parecer tenia algo más que decirme. Lo seguí en mi coche ya que por nada del mundo lo iba a dejar aquí. En el trayecto Zea me marco y con el manos libres le conteste.

—Dime ¿Cómo esta Freesia? —

—El doctor dice que esta estable, las quemaduras no fueron graves pero se intoxico por el humo, así que quiere tenerla en observación por un par de días. Hoy platique con ella y estaba bien, pero si la note un poco cansada— no quise decirle del “secreto” no es que no confíe en ella, sino que no me corresponde a mi decírselo a ella ni a nadie, así que solo le diré lo correspondiente a su salud.

—Me alegro mucho ¿Vas a la casa? —

—Aun no, tengo unos pendientes que hacer, te veo al rato— y nos despedimos.

Llegamos a una cafetería en el centro. Había pasado muchas veces por aquí pero es la primera vez que entraba. Ricardo me ayudo a bajar del coche y caminamos tomados de las manos hasta la mesa que nos dieron en el segundo piso junto a la ventana.

Por dentro la estructura era completamente de madera, era u lugar muy cálido y muy acogedor. Todo el lugar olía a café y a pan recién hecho “Delicioso” pensé.

Sentados uno frente al otro, esperamos a que una mesera, que por cierto no le quitaba los ojos de encima a Ricardo, nos tomara el pedido y cuando se retiro le dijo “si necesitas algo, llámame” quería quitarle esa sonrisa de sus labios pintarrajeados de colorete.

—Voy a ser directo Nathaly. Cuando se leyó el testamento de mi padre puso ciertas clausulas para poder cobrar nuestra herencia. El problema es que cada día que pasa estoy cada vez más lejos de tenerla—

Estoy confundida, no se que tiene que ver su herencia y las clausulas con que estemos aquí.

—No entiendo creí que…—

—Déjame terminar— me interrumpió, yo asentí —Veras para poder cobrar mi herencia tengo que… tengo que… casarme—

Hay dios santo, cuando termino de decir esas palabras un sudor frio recorrió mi espalda y mis pulmones dejaron de recibir oxigeno.

—¿Me entiendes? Tengo que casarme Nathaly—

Nota final:

A partir de aqui ya entramos en la recta final, asi que espero les este gustando la historia. saludos.

Desastre... A Mediano Plazo (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora