Capítulo 5

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Me siento muy cansada, realmente cansada; con dificultad abro los ojos y veo por la ventana que aun es de noche, la luna alumbra la ciudad en medio de varias nubes que anuncian lluvia. Me estiro un poco y noto mis músculos muy adoloridos, gracias a Dios que estoy en mi cama calientita y creo que Zea prendió la calefacción porque esta realmente calientito, aun tengo sueño así que de nuevo viajo al mundo de Morfeo.

...

Siento que algo recorre mi espalda y hace que regrese al mundo real, despacio abro los ojos y batallo un poco para que mi cerebro reaccione. Al ver las cosas reconozco que estoy en mi habitación, al parecer el sol hoy no se digno a salir y lo se porque a pesar de que las cortinas están cerradas la luz que se filtra es muy poca.

Me muevo un poco, pero siento mi cuerpo muy pesado y cansado, ni siquiera recuerdo como llegue aquí ¿Me habrá traído Zea? Para ser honesta no recuerdo mucho de anoche, solo espero no haber hecho una tontería.

Juntando todas las fuerzas que tengo logro salir de la cama, cuando me levanto noto mis piernas como gelatina, siento como si hubiera corrido un maratón. Con dificultad camino al baño, abro la llave y espero un poco para que salga el agua caliente. Al entrar y colocarme debajo del agua, siento que mi cuerpo me agradece sentirla.

Tomo el jabón liquido para el cuerpo y pongo unas cuantas gotas en una esponja para comenzar a tallarme, cuando llego a mi vientre noto un ligero dolor en mi vagina

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Tomo el jabón liquido para el cuerpo y pongo unas cuantas gotas en una esponja para comenzar a tallarme, cuando llego a mi vientre noto un ligero dolor en mi vagina. Es extraño porque no recuerdo haber tenido sexo, aunque no recuerdo mucho de la noche anterior.

Pero si me hubiera acostado con alguien habría amanecido en su cama no en la mía. Ningún hombre había dormido en mi cama o bajo mi techo, quería que el hombre que lo hiciera fuera alguien especial, no uno con el que pasaría solo una noche.

Al salir del baño me seque y me vestí con un pantalón de franela y una playera de la universidad, usaba ese conjunto cuando quería sentirme cómoda. Salí de mi cuarto para ir al de Zea pero ella no estaba, si yo no recordaba lo que paso anoche seguramente ella si, hasta era probable que lo hubiera grabado.

Me dirigí a la cocina y afortunadamente la encontré ahí. Ella sonrió al verme y cuando digo que sonrió lo hacia como el gato sherezada del País de las Maravillas.

—Buenos días— dijo con voz cantarina, mientras se servía un vaso de licuado —Al fin decidiste unirte al mundo de los vivos eh— dijo mientras levantaba las cejas de manera juguetona —Estas bien— esta segura de que no era una pregunta.

—No lo se— tome el vaso de la licuadora para vaciar su contenido en otro vaso para mi. Zea me miro con atención y al ver que estaba tan callada comenzó a hablar.

—¿Quieres hablar de ello? — alce la vista del vaso mientras bebía el licuado de plátano con fresas que había preparado — Creí que cuando te levantaras estarías brincando y cantando de gusto, pero solo estas ahí parada sin decir nada—

—¿De que hablas? — al ver que mi tono de voz era serio, ella se levanto del taburete, rodeo la isla hasta quedar frente a mi. Me observo con mucha atención, tomo mi mano y nos encamino hasta la sala. Me senté en el sillón individual y ella en la mesita de café.

—Amiga— dijo un poco ¿Preocupada? —Dime, ¿Sabes que paso anoche? — no respondí pero negué con la cabeza — ¿No recuerdas nada? —

—Son vagos los recuerdos que tengo, la verdad no les encuentro conexión... creo que soñé una parte, no estoy segura— la vi dar una gran respiración y frotarse la cara.

—Nathaly has un esfuerzo por recordar que paso anoche, es muy importante— se sentó a mi lado sin decir nada mas, solo observándome —¿Cuánto alcohol bebiste? —

—Lo mismo que tu— respondí mientras dejaba del vaso en la mesa —Recuerdo que bebimos cuatro cervezas hasta que me levante para ir al baño— vi que asintió para que continuara —Mmm recuerdo ir al baño y... al salir había un hombre... un borracho—

Me levante del sillón y camine hasta la ventana, a veces cuando veía a través del vidrio mi mente se aclaraba y las ideas surgían mas fáciles. Escuche pasos, pero estos eran diferentes a los de Zea que aun se encontraba sentada. Me enderece pero sin voltearme, sabia que allí había alguien, mi cuerpo lo sentía y me recorría un delicioso calor desde la punta de mi cabello hasta el dedo pequeño de mi pie.

—Así que no fue un sueño— digo en alto, viendo mi reflejo en la ventana. Me doy la vuelta despacio hasta verlo a él, a Ricardo que esta de pie a unos cuantos pasos de mi. Lo observo con detenimiento, tiene barba de un día, el cabello un poco revuelto y las mejillas sonrojadas, supongo que por el frío que hace afuera, viste un impecable traje negro con una camisa celeste y corbata a juego ademas de que en su mano trae una taza de café—No, no fue un sueño— digo, mas para mí que para los demás.

 Lo observo con detenimiento, tiene barba de un día, el cabello un poco revuelto y las mejillas sonrojadas, supongo que por el frío que hace afuera, viste un impecable traje negro con una camisa celeste y corbata a juego ademas de que en su mano t...

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Desastre... A Mediano Plazo (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora