Capítulo 18

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Han pasado varios días desde ese maravilloso inicio de año nuevo. Ricardo tuvo que regresar a Londres para atender sus negocios, pero todos los días hablamos por teléfono.

Voy camino al trabajo en mi coche, voy a muy buen tiempo. El día esta precioso, completamente soleado y la temperatura es muy agradable.

Cuando doy vuelta en la calle de la florería detengo el coche abruptamente, dos coches de bomberos están frente a la florería tratando de apagarla.

—No es posible…— murmuro.

Como puedo estaciono el coche y salgo disparada a la escena que tengo frente a mí. Un policía me detiene y me hace retroceder.

—Lo siento señorita pero no puede pasar— dice el policía con voz firme.

—Usted no entiende, yo trabajo ahí— digo con voz entrecortada.

—Lo siento, pero no puede pasar, el fuego aun no ha sido controlado y es muy peligroso que se acerque, la estructura esta muy dañada y podría venirse abajo— asiento ante lo que ha dicho y el policía regresa junto a los bomberos.

Estoy muy confundida ¿Cómo demonios ocurrió el incendio? Noto que un hombre se acerca a mí con una libreta en las manos.

—Me comenta el oficial de policía que usted trabaja ahí— dice señalando el edificio que es consumido por el fuego.

—Si— respiro hondo y vuelvo a decir —Si, yo trabajo ahí… o bueno trabajaba ahí ¿Quién es usted? —

—Soy el comandante Guillermo Malone y quiero hacerle unas preguntas— conteste a todas y cada una de ellas. Espero que al menos le haya servido de algo la información que le proporcione —Por cierto, le comento que la señorita…—se detiene mientras revisa sus notas — Freesia Bou fue llevada al hospit…—

—¡¿Qué?! — Pregunto alarmada —¿Qué fue lo que dijo? —

—La señorita Bou se encontraba en el edificio cuando comenzó el incendio, fue ella quien se comunico con la policía, fue llevada al hospital Sant Tomas—

—Oh Freesia— me llevo las manos a la boca, no se que pensar. Así que después de agradecerle al comandante por la información, corro a mi coche y salgo hacia la avenida para ir al hospital que afortunadamente no queda muy lejos de aquí.

Lo malo de los hospitales es que es un verdadero martirio encontrar un lugar para poder aparcar. Después de dar varias vueltas encuentro uno y me dirijo a toda velocidad a la recepción para buscar a mi amiga.

Al bajar del elevador veo que la recepción esta más adelante así que comienzo a caminar, con paso lento pero seguro. Mi celular comienza a sonar y veo que es Zea.

—¡Amiga! ¿Estas bien? Dime por favor que estas bien— oigo el tono de preocupación en su voz —Acabo de ver el noticiero y pasaron el incendio de la florería ¿Dónde estas? ¿Estas herida? —

—Tranquila Zea yo estoy bien, el incendio comenzó antes de que yo llegara al lugar. La que esta mal es Freesia, la trajeron al hospital—

—Gracias a Dios que estas bien. ¿Sabes como esta Freesia? —

—Aun no, estoy en el hospital ahora mismo voy a preguntar por ella—

—De acuerdo, llámame cuando tengas noticias— hizo una pausa en la que estoy segura que intentaba contener el llanto —Amiga espero que Freesia este bien. Me da gusto saber que te encuentras bien—.

Después de colgar me dirijo a la recepción.

—Buenas tardes, bienvenida al Sant Tomas hospital ¿En que le puedo ayudar? —

—Gracias, estoy buscando a Freesia Bou, la trajeron hoy mas temprano ¿Podría decirme cual es su habitación? — la mujer asiente y comienza a teclear, buscando en la computadora a la paciente.

—Efectivamente la señorita Bou se encuentra en este hospital, pero esta en cuidados intensivos, por lo tanto no tiene permitido las visitas— siento un gran dolor en mi corazón al escuchar esto.

—Por favor, dígame si ella esta bien—

—Lo lamento, señorita pero su diagnostico es reservado, tendrá que hablar con el doctor que esta a cargo, pero tendrá que ser hasta el turno de la tarde— después de pedir mas información salgo al estacionamiento para dirigirme a mi casa.

A las 6 de la tarde llego al hospital y pregunto por el doctor De Rivas, es el encargado del área de cuidados intensivos y es el único que puede darme información sobre Freesia.

Cuando pregunto por el en la recepción una enfermera me acompaña hasta su despacho. Este se encuentra en el quinto piso, al llegar es la enfermera la que toca la puerta y me anuncia con el doctor.

Espero afuera, impaciente. Solo deseo que no se demore más. La enfermera sale y me indica que puedo pasar.

—Adelante señorita, tome asiento por favor— me indica una silla frente a su escritorio y yo asiento, pero me detengo en el acto al ver al hombre sentado en la otra silla —¿Señorita? — dice el doctor pero lo ignoro.

—¿Qué haces aquí? — estoy tan sorprendida de verlo aquí, sentado frente al doctor. Se levanta tan elegante como siempre y su rostro refleja sorpresa y ¿molestia?

—No es el lugar para hablar Nathaly— dice en tono firme.

No puedo creer lo que mis oídos están escuchando ¿Qué no es el lugar para hablar? ¿Qué demonios hace aquí?

—Bueno veo que conoce al señor Ricardo MacCaa— dice el doctor intentando quitar la tensión del momento —Por favor tomen asiento—

Ricardo señala la silla junto a la de el y me indica que me siente. Lo hago de mala gana y lanzándole una mirada de “quiero una explicación”. El doctor busca sobre las carpetas lo que creo la que es de Freesia.

Ricardo se acerca a mí y me susurra —Hablaremos, te lo prometo— 

Desastre... A Mediano Plazo (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora