Capítulo 25

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Algo huele bien, algo dulce me trae de regreso al mundo de los vivos.

-Hola nena, buenos días dormilona- me estiro en la cama y mis músculos se quejan. Anoche si que estuvo movida -Señora MacCaa el desayuno esta listo-

Eso me hace despertarme por completo y me siento de golpe en la cama, lo que me ocasiona un leve mareo, sonrío ante la comida que tengo frente a mi, pero sobre todo al ver al bombón que me acompaña.

Trae un pantalón blanco, bastante cómodo, una camisa tipo polo en color blanco también, va descalzo y su cabello esta alborotado, este hombre es sexy en todas las formas posibles.

Me sonríe cuando mis ojos se encuentran en su cara.

-Se ve que te gusta lo que ves-

-Por supuesto que me gusta lo que veo- él niega con la cabeza y vuelve a reír.

-Nena puedes comer lo que quieras, ahora regreso necesito hacer una llamada, no tardo- me da un beso en la cabeza y sale por la puerta.

Me acomodo en la cama y me preparo para atacar lo que tengo en frente, es que todo se ve tan delicioso y huele de maravilla que no le puedo decir que no a la comida.

Cuando creo que voy a reventar, me levanto y camino al baño, necesito tomar una ducha y hacer mis necesidades.

Estando ya fresca, me visto con un vestido blanco veraniego, trae tirantes y en el borde de la falda trae un listón beige que termina en un moño. Me pongo unas sandalias y salgo de nuevo a la habitación.

Ricardo esta de pie ante la mesa en donde quedan los platos vacios. Mira a la mesa y de nuevo a mí.

-Nena, no te ofendas pero ¿Te quedaste con hambre? - ¿Qué? Eso me sorprende, me acerco a el y miro la mesa, ahora entiendo el porque de la pregunta. Cuento al menos 10 platos que están vacios.

-Dios, no sabia que había comido tanto- lo oigo reír, me volteo y el no puede evitar contener la risa -¿Qué te causa tanta gracia? - me cruzo de brazos y me pongo seria, muy seria.

-Nena, es solo que, jamás creí que nuestros encuentros te harían comer de esa manera, te entiendo anoche prácticamente no dormimos, créeme puedes comer lo que quieras pero que quede claro que no te estoy ofendiendo-

-¿Cómo se supone que eso no me puede ofender? - él no me responde, ya que a dejado entrar a una de las azafatas y comienza a recoger los platos. Ricardo le pide que haga la habitación, así que nos dirigimos a la pequeña sala de estar.

Lo veo sentarse frente a un pequeño escritorio lleno de papeles, una laptop y un celular. Me pregunto si estará tan ocupado como para poder disfrutar de nuestra "Honey Moon".

-Cariño ¿Quieres que te ayude en tu trabajo? - el niega con la cabeza, lo veo inclinarse para alcanzar su maletín y de este saca una caja y me la entrega -¿Qué es esto? -

-Ábrela y lo sabrás- así lo hago y saco un IPad Air 2.5. Es tan ligera que pienso que se puede romper -Es para ti, puedes jugar o checar tus redes sociales o leer, has con ella lo que quieras, nos faltan al menos 6 horas para llegar a nuestro destino-

Asiento y le agradezco con un enorme beso. De vuelta en mi asiento y después de configurar la tablet, comienzo a navegar por la Internet. Inicio en mi Facebook, vaya tengo mas de 40 notificaciones, pero antes decido cambiar mi estatus de soltera a casada y ahora mi nombre es Nathaly Miller de MacCaa, se ve tan hermoso.

Después reviso mis otras cuentas, además de los mails y de más tonterías. Estoy aburrida, para ser honesta no soy mucho de andar pegada al celular o a las tablets, esto es nuevo para mí.

Desastre... A Mediano Plazo (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora