Capítulo 14

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Estamos en la mesa los cuatro, sentados hablando de todo y nada a la vez. Mientras ellos platican yo estoy sumida en mis pensamientos, mas que nada abrumada de lo que tengo ante mis ojos.

Me disculpo por un momento y me dirijo hacia mi cuarto, para ir a encerrarme al baño.

 —Pero ¿Qué demonios hace aquí? — le pregunto a mi reflejo, que me mira con extrañeza y sin decirme nada.

Me recargo en la puerta para poder digerir un poco todo lo acontecido. Creí que seria una cena familiar de lo mas aburría y tradicional y ahora tengo ante mi a mis padres compartiendo mesa con Ricardo, el hombre con quien me acuesto ¿Acaso podría ser peor?

Alguien abre la puerta y me hace irme hacia a delante. Cuando volteo lo tengo frente a mi con su enigmática sonrisa perfecta.

—¿Vas a quedarte aquí toda la noche? No viaje tan lejos para que te encerraras nena— cierra la puerta con seguro y se recarga en ella. Trago saliva no se que decir — Veo que no me vas a responder— vuelve a sonreír y se acerca a mi.

Me besa pero esta vez de manera posesiva y feroz, siento su deseo mientras sus manos recorren mi cuerpo a través de la tela que ahora pienso es un gran estorbo. Se aparta y me da la vuelta para quedar de espaldas a el.

Volteo cuando se pone de rodillas y me toma de los tobillos para separarme las piernas, lentamente va subiendo sus manos, acariciando mi piel, haciendo que me estremezca y me excite ante lo inesperado.

Cuando se vuelve a levantar me toma las manos y me hace colocarlas en el respaldo del inodoro, me sube la falda del vestido y juro que lo oigo gruñir cuando ve mi ropa interior.

—Son hermosas, tan delicadas y sexys a la vez— grito ante la sorpresa de la mordida que me da en una nalga.

Siento como me baja el panty y coloca su pene en mi entrada.

—No grites, no olvides que estas en la casa de tus padres y tienes que respetarla— me penetra duro y me afirmo mas al inodoro.

—Eres tu quien no respeta la casa de mis padres— me aparta el cabello de los hombros, haciéndolo a un lado, y me muerde con fuerza, me lame en el lugar y me vuelve a morder.

Veo estrellas, planetas y la galaxia entera, estoy tan excitada que si estuviéramos en otro lugar, no pararía de gritar.

—Nena, no me pude aguantar. Tenía que hacerte mía otra vez. Llevo semanas queriéndolo hacer— me agarra con mas fuerza por las caderas y entra mucho mas fuerte en mi —No siento lo que estoy haciendo aquí—

Después de los mmm 5 o 6 o tal vez 7 o mas orgasmos baja primero al salón, no sin antes darme un enorme y delicioso beso. Dejo pasar varios minutos y bajo yo.

Cuando llego al comedor están los tres riendo, como si el no se hubiera ausentado. Tomo asiento a su lado y minutos después la cena comienza.

Son las 12:30 de la mañana y ahora estamos en la sala principal, aun platicando de varias anécdotas, por desgracia todas son de mí, patrocinadas por mi madre.

—Bueno— dice Ricardo dejando su copa sobre la mesita —Les agradezco mucho el que me hayan recibido en esta noche que es tan especial, señor Miller la cena estuvo deliciosa — mi madre se sonroja ante su comentario —señor Miller, muchas gracias y espero no haber sido una molestia—

—Eres bienvenido cuando quieras hijo, aquí siempre tendrás tu casa— dice mi padre.

—Estoy de acuerdo con mi marido, puedes venir cuando quieras y por cierto llámame Karla— mi madre suspira de manera muy sospechosa —espero que la próxima cena que tengamos nos anuncien que se casaran—

—¡Mama! — le grito ¿Cómo es posible que diga eso? Que vergüenza.

—¿Qué? No tiene nada de malo, piénsalo hija mientras mas pronto se casen mas pronto se pondrán a hacer bebes, ¿Verdad Ricardo? —

—Esa es mi meta Karla— dice con una sonrisa que hace a mi madre suspirar y a mi padre carcajearse.

¿Qué demonios está pasando aquí? Acaso fui succionada por un hoyo negro y caí en una dimensión desconocida.

Más tranquilos Ricardo se levanta y se acerca al árbol de Navidad que tenemos en la sala.

—Bueno oficialmente es Navidad así que les he traído unos presentes, en agradecimiento por su apoyo y su recibimiento— carga dos cajas de buen tamaño y se los entrega a mi madre primero y después a mi padre.

Hay Dios que les habrá comprado. Mi madre abre el suyo con desesperación y da un pequeño grito cuando lo ve.

—Dios santo, es una bolsa Louis Vuitton— para que mi madre se sorprenda debe de ser una magnifica bolsa —muchas gracias Ricardo, no debiste molestarte. La bolsa esta preciosa—

 Mi padre, a diferencia de mi madre, abre su regalo con mas calma, pienso yo que se ha de imaginar lo que hay en la caja.

Con una sonrisa saca una botella que al parecer es vino.

—Vaya— dice mi padre, pensativo mientras lee la etiqueta —Es un Dow Vintage Port del 2011. Esta considerado el mejor vino de este año. Gracias Ricardo, es un maravilloso regalo—

—Me alegro mucho de que les haya gustado— de regreso en su asiento, se coloca de manera que pueda mirarme sin obstáculos —Tu regalo es especial, así que tendrás que acompañarme para dártelo—

¿Qué? Esta bromeando. Como se le ocurre decirme eso frente a mis padres. Ricardo se vuelve a poner de pie y se dirige a hablarles a mis padres.

—Señores Miller, les pido permiso para llevar a su hija a tomar una copa y para intercambiar nuestros regalos— mi madre esta mas que feliz dando pequeños aplausos en su asiento y mi padre sonríe y asiente.

—Pueden irse hijo. Pero te la encargo muchísimo— lo veo voltearse a mi y ponerse en una rodilla para susurrarme —Ve por tus cosas, te quedaras conmigo esta noche. Trae un cambio— y se levanta.

Estando en mi cuarto, agarro una mochila y meto mi pijama, unas calcetas y ropa interior limpia. Pero para el día siguiente tardo en decidirme. Mientras pienso me lavo los dientes y verifico que este presentable.

Pero oh, oh.  Algo anda mal. Siento algo extraño, me bajo el panti y oh sorpresa me ha bajado.

—Bonito día para que llegaras— murmuro para mi. Sin más que hacer me cambio de panti por unas negras lisas sin chiste y me coloco una toalla. Me hago un recado mental que tendré que comprar tampones.

Sin tardarme mas meto lo necesario en la mochila y antes de salir decido abrir el regalo que Zea me dio antes de irse.

Esta envuelto en un bellísimo papel rojo brillante, hasta siento pena de romperlo. Lo abro con cuidado, dentro hay un papel de china que al parecer contiene una tela. Al subirlo con mis manos, el papel cae en la cama y aparece ante mí un babydoll.

—Tiene que estar bromeando— observo junto al papel una nota.

“Espero que tengas una bellísima Navidad y que te den una buena noche”

Observo el conjunto, es de color morado. Trae el broche en el centro del pecho y queda abierto hacia los lados, esta decorado con un pequeño holán rosa que abarca toda la orilla de la tela, es transparente y esta hermoso.

Mi amiga tiene muy buen gusto para la ropa pero al menos hubiera tenido la decencia de avisarme. 

Lo doblo y lo meto en la mochila, quien sabe tal vez lo ocupe.

Desastre... A Mediano Plazo (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora