¿Qué es el tiempo para los magos? Insignificantes número que avanzan sin cesar en un bucle infinito carente de interés.
Y aún así es capaz de atormentarte, apareciendo en tus sueños recordandote el pasado y la llegada de un futuro ya fijado.
Todo...
Llegas a casa con la mente en otra parte, intentando buscar soluciones al problema que te asfixia, pero no encuentras una salida valida, solo ideas absurdas sin sentido o fundamento.
Metes las llaves en la cerradura y te encuentras a Douxie en la mesa del salón sacando la cena de una bolsa de un restaurante, mientras tiene al teléfono a su jefe, lo más seguro es que estén organizando el horario de esa semana.
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Se le nota irritado, pero tan rápido como cuelga y alza la mirada hacia a ti su rostro malhumorado se torna lleno de amor, sientes como su sonrisa es capaz de derretirte, entonces todos tus pensamientos se deshacen y lo tienes claro, hasta ese momento habías sido egoísta, tomando tus propias decisiones en base a lo que querías, lo que necesitabas para respirar, creyendo que todo lo hacías por él, cuando en realidad era parte del papel que te tocaba interpretar, que el destino y personas ajenas a tu vida habían decidido escribir.
Avanzas hasta él y tiras de su camisa rota atrayéndolo hacia ti para inundar su rostro de besos antes de tirar tu bolso al suelo como si ya fuera nada, un simple trasto que no encaja en la ecuación.
Tu atrevimiento le pilla desprevenido, pero enseguida corresponde tu aprecio y rodea tu cintura con sus manos.
Notas el calor de su piel y como calienta la tuya, la cual parecía no poder volver a albergar calor y solo se congelaba, pero cuando Douxie te tocaba todos tus muros se derribaban y podías volver a ver el bosque, el lago, sentir la brisa helada y el tacto de sus manos sobre tu piel congelada, como la primera vez que os encontrasteis.
Cada recuerdo y cada segundo de ese instante eran atesorados en tu corazón, nunca habías pedido ni deseado nada, ni siquiera cuando eras reina de la villa, pues por ese entonces te considerabas una cascara vacía y ahora tu único anhelo se encontraba frente a ti correspondiéndote, por eso no podías ser egoísta y por primera vez pensaste en lo mejor para el mago que te había acompañado desde hace siglos y no en defenderlo en base a tus deseos controlados por la ira.
- Vaya. – suspira cuando os separáis por falta de aire – ¿Y ese beso? – te pregunta con una gran sonrisa complacida –
- Te necesito. – Susurras – ¿quieres? – preguntas presionando tu cuerpo contra el suyo –
Tu novio traga saliva y por unos segundos parece nervioso, pero esa inseguridad se desvanece tan rápido como tus manos se hunden en su cabello.
Te había anhelado siglos, aguantando incesantes noches de sueños sucios y ropa interior mojada, pero ahora no solo correspondías sus sentimientos, sino que también podía notar que lo deseabas tanto como él a ti.
Su respuesta no tarda en llegar en un ardiente beso. Su lengua se abre paso hasta tu boca para jugar con la tuya, mientras aprieta tus caderas.
Una de sus manos desciende hasta tu trasero, el cual aprieta con gusto, mientras que la otra viaja hasta tu pelo, del cual tira para poder morder tu cuello.
