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Miró su reflejo por cuarta vez en los últimos 10 minutos. Si no conseguía la aprobación de su consciencia pronto, terminaría por volverse loco.

-No es demasiado ¿Cierto?-

Se giró para poder mirar a su progenitora, que lo miraba desde el marco de la puerta con una sonrisa enorme en el rostro.

-Jisung, cariño. Nunca me cansaré de decirte lo guapo que eres.-

-Pero tú eres mi mamá. Así no cuenta.-

Dijo bajito, siguiendo los pasos de la mujer y agachando la cabeza levemente cuando la misma dejó una caricia en su cabello.

-Esa chica debe gustarte demasiado si te hace querer vestirte bien para impresionarla.-

Jisung la miró con un puchero en los labios. "Si supieras que esa chica es el idiota que viene a casa cada dos días desde hace 6 años no dirías lo mismo." Pensó.

-Luces bien, y baja ya. Minho está esperando desde hace 20 minutos.-

-Minho... -

Dijo con algo de molestia. Si su mejor amigo fuera un poco menos atractivo probablemente ni siquiera se esforzaría en lucir bien para él.

-Si, Minho.-

Su madre lo miró una última vez, analizándolo detenidamente.

-El pobre ha estado esperando demasiado tiempo.-

-No le afectará esperar un poco más.-

Subió los hombros restándole importancia y se giró para poder mirar su reflejo con una mueca de disgusto. La mujer detrás suyo lo miró con los labios en línea recta y fingida molestia, solo para proceder a jalar su oreja con fuerza.

-Agradece que te espera, de ser alguien más ya sé habría marchado.-

Han llevó una de sus manos a su oreja y miró a su madre con un puchero en los labios.

-Que linda... Dile que ahora bajo.-

La mujer sonrió, para acto seguido salir de la habitación. Una vez que su madre había desaparecido suspiro y volvió a mirarse en el espejo.

-No puedo creer que me vista para el idiota de Minho.-

Tomó su chaqueta con un puchero en los labios, y suspiró una vez más a la par que acomodaba sus anteojos en el arco de su nariz.

-Es hora.-

Se dio ánimos mentalmente, bajando las escaleras con pereza. Sus cejas se encontraron en el centro de su frente y su rostro se llenó de disgusto absoluto "¿Por qué luces tan bien con cualquier cosa? Maldita sea." Miró a su mejor amigo, ni siquiera había despegado la vista de su celular y aun así el corazón de Han ya estaba acelerado.

-Al fin te dignas en bajar, Jisung .-

Regañó su madre al verlo parado en el penúltimo escalón. Con una mueca en el rostro y las manos en los bolsillos del pantalón.

Minho lo miró sonriendo con simpleza, como cada que se encontraban. "Demonios, Minho. Deja de ser tan lindo."

-¿Es la camisa que te regalé? Sabía que luciría mejor en ti que en mí.-

El mayor sonrió de lado y Jisung se sintió molesto ante lo lindo que lucía en sus ojos.

-Como sea, sólo vamos.-

Suspiró y terminó de bajar las escaleras, tan solo mirando el piso de su hogar en el proceso.

-Al menos despídete de tu madre.-

Hannie!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora