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Abrió los ojos y bostezó. Revolvió su cabello levemente y buscó el cuerpo de Han con su mano. Al no encontrarlo se levantó de la cama con rapidez.

"Hannie."

Lo llamó sin moverse, tan solo mirando uno de sus tenis en espera de la voz del contrario.

"Estoy en la cocina."

Llevó su mano a su pecho y sonrió aliviado.

"No huyó."

"Son las 3 de la tarde, ven para que comas algo."

Su sonrisa se ensanchó y sus ojos se cerraron nuevamente. Se levantó con pesadez y salió de la habitación a la par que bostezaba, logrando que pequeñas lágrimas se acumularan en sus ojos.

"Ya desperté."

Volvió a revolver su cabello y sus ojos se cerraron. Sus brazos se recargaron en la isla de la cocina y uno de sus ojos se abrió para poder mirar el cuerpo de Han, caminando de un lado a otro en el reducido espacio.

"Hannie."

Dejó que su rostro reposara en sus manos, con una sonrisa boba en él.

"¿Qué pasa?"

Lo miró justo después de llevar comida a su boca. El mayor no dijo nada, pero sus labios se abultaron, haciendo que sonriera.

"Estoy comiendo."

"Cómeme a mí."

Miró a la persona que se encontraba de pie en la sala de estar con una sonrisa avergonzada y se acercó a Minho, dejando un corto beso en sus labios.

"Yo de verdad no necesitaba ver a Minho en esta faceta."

Las cejas del mayor de encontraron en el centro de su frente y un gruñido salió de sus labios.

"Cierra la boca, Jeongin."

Sus ojos se abrieron rápidamente, enfocando la figura que ahora se encontraba a su lado.

"Jeongin."

"Me alegra saber que ya se arreglaron."

"Entre nosotros no pasó nada."

Han cruzó sus brazos y lo miró con una ceja alzada.

"Claro."

Jeongin se acercó a él sonriendo.

"Hannie, yo también quiero un beso."

Los menores se acercaron, y las manos de Minho se apresuraron a cubrir sus labios, a la par que sonidos de negación salían de sus labios.

Su cuerpo estaba completamente estirado para poder llegar al cuerpo de Han, y su ceño estaba fruncido.

"Oye niño, aléjate de él, es mío."

Jeongin lo miró sonriendo y los ojos de Han lo miraron brillando.

"Bien, yo solo venía a informar de la fiesta, piénsenlo."

Jeongin se alejó de su cuerpo y caminó hasta estar junto a Minho.

"Bienvenido al otro bando."

Su tono fue burlón, y el mayor lo fulminó con la mirada.

"Me iré ahora."

Dejó una palmada en su hombro, tomó su chamarra y salió del departamento.

"Así que..."

Las manos de Minho se alejaron de su rostro y él tomó comida nuevamente, llevándola a su boca.

"¿Soy tuyo?"

Sonrió, y las mejillas de Minho se sonrojaron, de no ser por la vergüenza que sentía muy probablemente habría contestado con un chiste al respecto.

"Tal vez."

Tomó el plato con comida que reposaba junto a su cuerpo y caminó hasta la mesa del comedor, sentándose y comenzando a comer en silencio.

"No huyas de mí."

Lo miró desde la isla de la cocina, ladeando su cabeza con ternura.

"Minho."

Dijo de forma tierna, haciendo que el mayor lo mirara con una mueca de disgusto.

"Honnie."

Hizo un puchero y Minho se limitó a seguir comiendo, con el rostro caliente y su corazón latiendo con fuerza.

Camino hasta estar a su lado, tomando su brazo para poder sacudirlo levemente.

"Oye, no me ignores."

Minho dejó los cubiertos en la mesa, recorrió su silla y lo miró.

"Ven aquí."

Sus mejillas se sonrojaron levemente, pero terminó por pasar una de sus piernas al lado contrario para poder sentarse sobre su regazo, mirando sus labios.

"¿Soy tuyo?"

Minho golpeó su frente con uno de sus dedos y lo beso con ternura.

"No lo eres."

Sus manos sobaron su frente con una sonrisa en el rostro.

"Oye."

"Porque no eres un objeto."

El rostro de Han se relajó y una tímida sonrisa se alojó en sus labios. Abrazó a Minho por los hombros y escondió su rostro en la curvatura de su cuello.

El mayor de ambos sonrió y rodeó su cuerpo con uno de sus brazos, mientras su mano libre tomaba los cubiertos nuevamente.

"Aunque no me molestaría que le dijeras a tu amigo de ayer que eres mío."

Dijo llevando comida a su boca.

"Todo era demasiado bueno para ser verdad."

"Yo siempre soy demasiado bueno para ser verdad."

Acercó la mesa, haciendo que el cuerpo de Han quedara atrapado entre su cuerpo y él mueble.

"Déjame ir."

Comenzó a moverse una vez que el mayor reforzó su agarre.

"Sigue moviéndote así y tendrás que hacerte cargo de lo que causes."

"Eres un pervertido."

"Solo quédate quieto."

"Tengo calor, déjame ir."

"Harás que despierte."

"Eso es asqueroso. "

Minho comenzó a reír y Han comenzó a dejar golpes en su espalda y hombros.

Hannie!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora