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Sonrió con ternura al ver a Han secando su cabello.

"¿De qué te ríes?"

El menor lo miró de reojo y Minho se recargó en el marco de la puerta para mirarlo atentamente.

"De verdad te extrañé."

Sus mejillas se sonrojaron, haciendo que la sonrisa del mayor se ensanchara.

"Minho."

Dejó lo que estaba haciendo y se giró para poder mirarlo fijamente.

"Hannie."

"También te extrañé."

El corazón de Minho se aceleró, y sus orejas se calentaron ante la sonrisa de su novio, sin duda alguna era la más hermosa que había visto nunca. Sin dejar de sonreír se acercó al menor, metiendo sus brazos por debajo de los contrarios para poder acercarlo a su cuerpo.

"Veamos una película."

Sus labios dejaron un beso en la cien de Han.

"No sé si tengo ganas."

Su novio hizo un puchero, pasando sus brazos por el cuello del mayor.

"Solo quiero una excusa para abrazarte."

"No necesitas una excusa para eso."

Sonrió recargando su mentón en el hombro ajeno.

"Adoro cuando me abrazas."

"Entonces ¿Qué estamos esperando?"

Las manos de Minho comenzaron a jugar con la espalda baja de Han, dejando leves golpes para crear cualquier ritmo.

"Quiero mostrarte lo que compuse estando en casa de Nana."

Sonrió incluso si el contrario no podía verlo.

"Solo deja que termine con mi cabello e iré a la habitación con mi laptop."

"Bien, bien."

Se alejó levemente, haciendo que el menor lo imitara.

"Pero quiero un beso antes."

Minho se acercó a su rostro con los ojos cerrados, formando una trompita con sus labios, a lo que el menor rio enternecido.

"No siento tus labios."

"Honnie."

"Tus labios."

Se acercó más, Han llevó sus manos hasta las mejillas del mayor y dejó un corto beso en sus labios.

"Esperaré por la continuación a ese beso justo por allá."

Dijo abriendo los ojos a la par que apuntaba la puerta de su habitación. Sin decir más el mayor salió del baño y caminó hasta su habitación dispuesto a tirarse en la cama.

"¿Ustedes que hacen aquí?"

Miro a los tres felinos que descansaban sobre su manta.

"La puerta está abierta y sus camas están en el estudio de Hannie, son libres."

Pero los animales ni siquiera se molestaron en mirarlo.

"Vamos, bajen."

Apuntó el piso con sus manos y los felinos lo miraron con desinterés. Sus hombros cayeron al notar que no tenían intenciones de bajar.

"Increíble, mis propios hijos me ignoran."

Suspiró.

"Por favor."

Hannie!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora