Hannie!!

27

"¿Interrumpo algo?"

Han miró a su madre entrar al departamento, y no esperó a que dejara sus cosas en el sillón cuando comenzó a fingir que lloraba.

"¿Mi pequeño Jisung está contento de verme?"

"Así parece."

Minho sonrió al ver como la madre de Han se acercaba para abrazarlo.

"¿Has cuidado bien de Minho? "

"Claro que sí."

Se quejó y apuntó al mayor.

"Míralo, está completo."

Su madre de giró y lo miró, aun llevaba la pijama puesta, sus labios estaban pálidos y su piel tenía un tono amarillo. Aún con ello le sonrió con dulzura.

"Pues porque lo puedo ver es por lo que pregunto, mira que enfermo se ve."

"Hannie a cuidado bastante de mí."

"Mi pequeño Minho."

La mujer se acercó y tocó su rostro.

"Deberías estar recostado."

Lo tomó del brazo.

"Jisung, ¿Cuál es la habitación de Minho?"

Comenzó a caminar sin soltarlo, haciendo que el cuerpo de Minho se moviera con pesadez.

"Estoy bien. "

Dijo riendo.

"Estás hirviendo."

Han rodó los ojos.

"Mamá, ya te dije que lo cuido bien."

"No."

El mayor fue literalmente arrastrado hasta la primera puerta del pasillo, y eso hubiera estado bien, de no ser por qué en realidad solo había una habitación en la que ambos dormían y eso la madre de Han no lo sabía.
Minho miró a Han con preocupación.

"Mamá."

"Hannie siempre presume su comida. ¿Podría cocinar algo para mí? "

La mujer se detuvo de inmediato, una sonrisa se formó en su rostro y su mano dejó libre a Minho.

"Pero claro, verás que te hará sentir mucho mejor."

Apretó las mejillas de Minho.

"Pero ve a recostarte, yo te llamaré cuando esté listo."

Asintió en silencio y sonrió.

"Anda, Yo le ayudaré a acomodarse."

Han se acercó a ellos y masajeo los hombros de su madre.

"Bien, pero no tardes, tú me ayudaras."

"Si, Si, tú ve anda. Ahora voy. "

Después de largos minutos la madre de Han caminó hasta la cocina y ambos chicos se miraron con incomodidad.

"Eso estuvo cerca."

Entraron a la habitación, de todo el departamento la única habitación que no habían limpiado había sido esa, había ropa de ambos regada por la habitación, la cama estaba desordenada y su ropa interior estaba tirada junto a la misma. Eso era algo que no quería mostrar a su progenitora.

"¿Crees que es momento de decirle a tu madre? "

Minho caminó hasta la cama y se dejó caer en esta.

"No creo que sea el momento."

Comenzó a recoger la ropa del piso.

"Han, ha pasado casi medio año, creo que es un buen momento."

"No lo es, Minho."

Su tono había sido cortante, Minho lo miró sorprendido.

"Yo solo... "

"¿Tu madre sabe que eres gay?"

El menor lo miró desde el extremo de la habitación.

"Sabes que solo hablo con mis padres por los bebés."

"Entonces no puedes reclamarme por pensar que no es el momento. "

Minho comenzaba a molestarse, en ningún momento había reclamado nada, ni siquiera lo había dicho de una forma grosera. ¿Por qué Han reaccionaba de esa forma?

"No me hables de esa forma. Solo era un comentario. "

"No es el momento, es todo."

Y salió de la habitación sin decir nada más, dejando a un molesto y bastante confundido Minho.

"¿Qué le pasa?"

Caminó hasta la cocina y abrazó a su madre por la espalda.

"Mi pequeño Jisung. "

Si madre acarició su cabello con una de sus manos.

"¿Papá vendrá por nosotros?"

Si madre cortó algunas verduras, y Han se colocó a su lado para poder ayudarla.

"Tu tía lo hará, tú padre sé fue hoy por la mañana junto con tu hermano."

Le quitó el cuchillo de las manos. Para poder ayudarle con las cebollas.

"Debiste haber ido con ellos, Minho puede llevarme."

"Han, Minho de verdad luce cansado, no podía dejar que manejara hasta el pueblo de tu abuela. Suficiente tiene el pobre con cuidar de ti todos los días."

Hizo un puchero y miró a su madre.

"No puedes mirarme así, me llama cada semana para preguntar qué cosas puede cocinar para subirte el ánimo."

Sus mejillas se sonrojaron, y sus manos terminaron de cortar todo el silencio.

"A veces me pongo a pensar que pasará el día que tenga una novia. A veces su vida parece girar en torno a ti."

Su madre lo miró al notar su silencio, sus ojos estaban rojos, al igual que su nariz.

"Jisung, Si la cebolla te hace llorar deja de cortarla."

"Si lloro mientras corto la cebolla tendré una buena excusa para llorar."

Su madre golpeó su nuca, haciendo que la mirara sorprendido.

"Deja de decir tonterías, no hay razones para que llores."

Tomó todo y lo puso en una olla.

"Ahora ve a comprar lo que está escrito en esa hoja."

Apuntó la isla de la cocina.

"Y date prisa, no falta mucho para que todo esté listo."

"Lo haré."

Lavó sus manos y limpió su rostro con agua fría.

"No tardaré."

Tomó la lista y salió del departamento.