Capítulo 2.

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5 DE AGOSTO DE 2021.

Cósima.

Me veo en el espejo, dándome un ultimo retoque antes de bajar, me encanta lo bella que soy, mi cabello azul oscuro con destellos morados, ojos grises, nariz respingada, tes clara, labios ligeramente carnosos, no soy muy alta, pero siempre he sido más del estilo Glamur que Cute. 

Bajo las escaleras para reunirme con mi madre, hermana y abuelita. Tomo mis cosas a mi Abuelita y salimos disparadas al centro, en donde se estrena la feria internacional contemporánea. He estado ahorrando durante meses para este evento y no puedo esperar un minutos mas.

-No abuelita, está muy caro- le respondí -Veremos en el siguiente puesto, gracias- la tome de la mano avanzando al siguiente puesto.

Me gusta mucho pasear con mi abuela materna, son pocas las ocasiones que salimos solo ella y yo, eso hace que aprecie más estos escasos días con ella. Ya necesitaba salir sin mi madre, que no para de recordarme los deberes con los que tengo que cumplir sin excepción y el poder salir con mi abuelita me da la oportunidad de hablar con alguien de mi familia, sin tener que hablar sobre la "Perfección" que mi madre tanto anhela que obtenga.

- ¿Qué te parece unas flores rojas? - me consulto ella.

-Me encantarían, pero sabes que a mi mamá no le parece mucho que compré en ese color- respondí.

-Si te las llevas adentro de esta caja, no se dará cuenta- me ofreció mi abuelita.

Me mostro una caja pequeña de color negro, en donde cabían siete flores y tenia espacio para guardar algo mas. Era muy linda y siempre me han encantado las rosas, así que acepte. Disfruto mucho el poder mencionar cualquier tema de conversación con ella, ocasionalmente le hablo sobre las veces que decido ser una "chica mala", sin temor a ser juzgada. Me aconseja sobre como hacerlo sin ser descubierta, pues ella era la única en mi familia que no pertenece a la religión.

Después de comprar las flores, seguimos caminando sobre la acera hacia el siguiente puesto, pero a mitad del camino me encontré con un pasillo oscuro, largo y mas ancho de lo normal. Me asome por curiosidad, ya que a mitad del pasillo hay una cálida luz que apenas alumbra a las personas paradas ahí. 

Una mujer joven aproximadamente de 24 años, de tes morena, esbelta figura, con porte y elegancia, cabello castaño claro perfectamente peinado con una coleta lacia alta, no es muy alta, pero eso no es impedimento para imponer su presencia. Detrás de ella hay un grupo de mujeres jóvenes, al parecer sus seguidoras, permanecen con la mirada en alto y fija en la persona enfrente a ellas.

Esa persona es un hombre, que me toma dos segundos reconocerlo Alnair. Ha madurado mucho desde la ultima vez que lo vi, pero eso solo lo hizo más atractivo, permanece parado frente la chica morena, sosteniéndole la mirada. Al igual tiene detrás de él hombres, tal vez seguidores o guardaespaldas, no sabría decirlo siempre fue de tener hombres siguiéndolo. Todos iban vestidos de trajes negros elegantes, lo poco que puedo observar de perfil es su cabello castaño claro, su tes blanca y su altura, es muy alto casi alcanzando el metro con ochenta.

Quedo atónita ante el fugas reencuentro de Alnair, han pasado tres años desde la ultima vez que lo vi. Me mantengo en la orilla esperando poder ser discreta para lograr escuchar lo que habla con aquella mujer. Pero un pequeño resbalón es mi error, haciendo demasiado ruido, voltee a ver si se percataron de mi intromisión.

Simule espantar a un gato- Shu, shu- dije.

Levante ligeramente la vista para verlos y al hacerlo la tipa comenzó a hacer lo mismo, pero hacia mi. Me siento ridícula, será mejor que me vaya, di media vuelta regresando con mi abuela quien no parece haberse percatado de mi curiosidad y torpeza. Pasamos el resto de la tarde en una banca enfrente del pasillo misterioso donde vi a Alnair, platicando con mi abuelita, observando quien entra o sale de ese lugar.

Después de unas horas regresamos a casa, le contamos a mamá sobre el gran día que tuvimos y desafortunadamente llego el momento de despedir a mi abuelita. Ella prometió venir a visitarme dentro de poco, me aconsejo ir con pie de plomo en mi nuevo interés por ese peculiar lugar, pues ella sabe perfectamente que uno de mis talentos es la investigación y los negocios.

Subí a mi habitación para acomodar mis cosas y darme una ducha, después de treinta minutos entre el baño y la organización de las cosas, me recosté en mi cama mirando las estrellas que tengo pegadas arriba de mi en el techo, recordando el extraño encuentro que tuve con Alnair. 

No puedo sacármelo de la cabeza, fueron pocas las veces que entablamos una conversación formal, sin embargo los acontecimientos que trascendieron de esas pocas conversaciones, algunas dejaron cicatrices interiores, volviéndose parte de mi y al mismo tiempo un recuerdo lejano al "avanzar".

Antes de siquiera saber de nuestra existencia, todo eran rumores y cosas que escuchaba por boca de sus "amigos" o "admiradores" por decirlo así. Intento dormir pero no puedo pegar ojo, tomo mi teléfono, decidida a hacer una lista sobre lo que puedo investigar de Alnair, para poder ir ordenando y atando cabos, pues ahora que lo he vuelto a encontrar quiero salir de dudas sobre los rumores y dudas que nunca pude resolver. Así puedo sentirme lo suficientemente tranquila al respecto para poder dormir por ahora.


MI OASIS CÓSMICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora