Capítulo 47.

21 4 1
                                    

Alnair.

Oscuridad, además de las cuatro paredes frente a mi, me rodea una completa oscuridad, de la cual percibo como un irónico y repugnante temor crece en mi ser.

-Perdiste pequeño insecto, sal no tiene caso que te escondas- vocifera por los pasillos un hombre - Fracasaste, no mereces portar tu apellido Edevane, acéptalo. Todo terminará mas pronto de lo que esperas- esa asquerosa voz hace eco por todo el lugar. 

Él tiene razón, no tengo apoyo, todo a mi alrededor se ha derrumbado en un instante sin previo aviso. Mis padres se han ido al igual que mi hermano, no pude protegerlos y ahora estoy completamente solo, abandonado a mi suerte. No tengo nada más porqué pelear, lo he perdido todo, soy una completa deshonra, una escoria. 

-¡Alnair!- 

Una voz femenina se anuncia, proviniendo del pasillo. Esa voz, la percibo familiar pero no logro reconocerla. Suena abrumada, pero a pesar de ello me causa calidez escucharla. 

¿Por qué alguien me llamaría?, nadie necesita de mi. 

-Oh ingenuo muchacho, ¿Recuerdas que todo acabará pronto?, pues esta chica que consideras  es tuya, será la cereza del pastel. Ella será quien termine por hundirte en la miseria y la agonía- enuncia el hombre.

¿Chica?

La única mujer que he considerado mía a sido Cósima. Espera, esa voz, no, no, ella no puede estar aquí él le hará daño.

¿Cómo es que esta aquí? ¿Cómo pude olvidarla?

-¡Alnair, despierta!- llama con angustia.

Abro mis ojos sobresaltado y desorientado, mi cuerpo tiembla instintivamente ante las sensaciones hace unos momentos, siento la diriges en mis brazos junto con el calor de unas manos envolviéndome. Busco de quien proviene ese tacto y me sorprende verla.

¿Todo fue un simple sueño?

 -¿Cósima?- cuestiono confundido.

Ella esta a mi lado, tomándome por el brazo con fuerza. Luce alarmada, su labio inferior tiembla notablemente, sus ojos reflejando agobio.

-Sí, soy yo- responde. Suelta un casi imprescindible suspiro, formándose un sus labios una ligera sonrisa.

-¿Qué paso?, ¿En donde estoy?- prosigo.

Todo esta muy oscuro, no logro ver con claridad. Intento incorporarme, pero un horrible dolor de cabeza se hace presente deteniéndome. Cierro mis ojos, ante el incesante dolor, parece que en cualquier momento podría estallarme la cabeza. 

-Tranquilo estas en tu habitación, no hay de que preocuparse- explica - Alnair necesitan revisarte, por favor has lo que se te indica, ¿De acuerdo?- demanda.

Su tono es autoritario y no serviría de nada oponerme en este momento, no tengo la fuerza. Además siento como si un camión me hubiera pasado por encima. Me vuelvo a recostar tratando de manejar el malestar y no desesperarme.

-Bien- accedo.

Siento como su agarre disminuye hasta soltarme completamente, dejando en mi piel el paso de su calidez, la cual siento como se desvanece poco a poco ante la falta de su tacto.

-¿Sigue despierto?- cuestiona una voz masculina.

Esa maldita voz, conozco perfectamente a su propietario. 

¡Mierda!

¿Por qué este idiota esta aquí y no su tío?

-Sí, solo esta recostado- responde Cósima.

MI OASIS CÓSMICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora