Capítulo 48.

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Alnair.

En cuanto al romance se trata, opino que cada persona tiene su propia manera de expresarlo. Pero la sociedad ha impuesto filtros o estigmatizado ese concepto a base de caballerosidad, flores o chocolates, cuando en realidad debe ser algo que nazca desde la conciencia de tu ser, tratando de expresar a través de hechos lo importante que es para ti esa persona. 

Así que si tuviera que determinar mi grado de cursilería, solamente una persona podría responderlo, Cósima. Toda mi atención se absorta en ella, su manera de ser, su sonrisa, el como resalta con un hermoso contraste junto la estrellada noche sobre nosotros.

-Gracias- musita, girando su rostro hacía mi.

-¿De que hablas?- pregunto, algo extrañado.

Hemos permanecido en silencio varios minutos, recostados disfrutando de la estrellada noche.

-Por todo. Tal vez te resulte algo extraño pero en este momento, siento que estoy en el lugar correcto, que una parte de mi encontró una pieza faltante- responde, con una sincera sonrisa.

-Podríamos nombrarlo "extraño", pero las estrellas se vuelven testigo de toda tu historia, por ende ellas pueden guiarnos a casa o ha reencontrar esa parte olvidada ¿Sabes?. Considero que probablemente esa sea la razón por la cual llevas contigo un pedacito del universo en las nebulosas de tu cabello, así cuando te sientas perdida solamente debes voltear al cielo y puedas reencontrarte con tu fuerza y resplandor- comento, pasando un mecho por detrás de su oído.

Cósima se acerca hasta unir nuestros labios en un lento beso, permitiéndome acariciar su tersa piel, me resulta una sensación tan placentera que logra anular todo a mi alrededor. 

-Me lastimas- se queja, separándose de mi.

-¿A que te refieres?- consulto, abriendo los ojos.

Pero la imagen frente a mi me deja estupefacto, Cósima tiene múltiples heridas en sus brazos al igual que su rostro. La sangre brota de ellas sin dificultad alguna, pero ella ni siquiera se inmuta solamente me observa sujetando mi mano con firmeza.

-Cósima, ¿Qué pasa?- cuestiono, aturdido.

-¿No lo sabes?, tu las causaste. Yo siempre he sido la consecuencia de tus actos- responde, tan gélidamente que la desconozco.

Esto, esto no puede ser verdad. Yo no le hice esto y mucho menos dejaría que ella asumiera la responsabilidad de mis decisiones. El color en ella se desvanece exponencialmente, sus labios se quiebran al igual que su mirar.

Me levanto de mi lugar alterado y desorientado, parpadeando en repetidas ocasiones, tratando de recobrar el sentido. Siento como la opresión en mi pecho crece asfixiándome, observo a mi alrededor percatándome que sigo en mi habitación junto a Cósima. 

¿Por qué carajos tuve que soñar eso? 

Vaya que cuando tu mente quiere torturarte o jugar contigo puede ingeniárselas muy bien, transformando un recuerdo especial y bello en uno totalmente angustiante y desagradable. Busco el reloj a un lado de mi cama, marca las siete y media de la mañana. Usando sus palabras, ya es una hora prudente. Me pongo de pie, pero al dar los primeros pasos un intenso cosquilleo se hace presente en la planta de mis pies, haciendo mis pasos mas lentos hasta llegar al baño.

Tome una ducha que me ayudo a desentumir el resto de mi cuerpo y aclarar mi mente, después de secarme envuelvo la toalla a mi cadera para salir y poder vestirme. Abro la puerta intentando no hacer ruido para no despertar a Cósima, apenas entre abro la puerta cuando escucho unos ligeros ronquidos, los cuales me indican que sigue profundamente dormida. 

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⏰ Última actualización: Apr 27, 2022 ⏰

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