Capítulo 19.

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Cósima.

Un incesante dolor de cabeza es lo que logra despertarme, intento reincorporarme, pero solo consigo sumarle un gran mareo a mi cabeza. Hay poca luz no puedo distinguir bien las figuras a mi alrededor, intento prender una lampara o algo que me diera luz para saber en dónde estoy. No recuerdo haber llegado a casa de Karen y mucho menos en que momento perdí el conocimiento para terminar en una habitación tan oscura. Comencé a tantear buscando una lampara de mesa o un interruptor, tirando a mi paso lo que parece ser un reloj de escritorio. En ese instante una lampara se encendió, levante la vista para ver a la persona en el cuarto conmigo.

-¿Por qué haces tanto ruido? ¿Todo bien? – pregunto esa voz masculina tan familiar.

-¿Alnair? – pregunte.

-Sí, responde – contesto levantándose de la cama.

-Sí creo estar bien, ¿Por qué estoy aquí?, ¿Qué hora es? – pregunte inquieta.

-¿No recuerdas nada? – cuestiono.

-Tengo pequeñas lagunas, dime la hora – conteste.

-Son las seis y media de la mañana – respondió acercándose a mi.

-¿¡QUE?!- grite.

-Cállate, no hace falta gritar – comento Alnair.

Carajo es muy tarde, me tengo que irme. No llegaré a tiempo ni siquiera corriendo en auto.

-¿Todavía hay coches en el club? – pregunte.

Comencé a tomar mis cosas apresuradamente, ¡Mierda! esta vez si me había excedido.

-No, sabes que a esta hora ya estamos cerrados, ¿A dónde vas? – pregunto.

-No importa, tomare un taxi – comente.

-Todavía está oscuro, yo te llevo – ofreció Alnair.

-No gracias, yo puedo sola – comente.

No puedo dejar que Alnair me lleve, no quiero involucrarlo en mis asuntos personales si la memoria no me falla empezará a hacer preguntas al respecto y es lo que menos necesito.

-No te estaba preguntando, vámonos me indicas la dirección estando en el coche -afirmo Alnair antes de salir del cuarto.

Una vez adentro del coche le indique la dirección de la casa de Karen, su coche es muy bonito y se luce costoso. Totalmente impecable junto con el aroma amaderado que tanto le gusta, durante el trayecto nos limitamos a guardar silencio. No me había percatado que venia vestido de una manera muy casual, sudadera gris, pans y tenis negros, no se en que momento perdí el conocimiento. Descanso mi cabeza en el vidrio del coche cerrando mis ojos, la cabeza parece quererme estallar.

-En la guantera hay una botella de agua y aspirinas, tómalas necesitas recuperar fuerzas – comento Alnair cortando el silencio.

Las tome porque efectivamente, necesitaba lucir lo mejor posible, no tendré tiempo de dormir nada, llegaría a arreglarme y a reprocharme mentalmente por no poderme controlar con el alcohol ayer, sin embargo, no logro recordar como llegue a su oficina y sobre todo si paso algo entre él y yo.

 -Da vuelta a la derecha y para en la segunda casa – le indique a Alnair – Te agradezco el viaje – comente lista para bajar del coche.

-No paso nada – menciono Alnair - Puedes estar tranquila – termino de decir.

Asentí con la cabeza y baje del auto, esperaba que Alnair emprendiera camino de vuelta al momento de bajarme de su auto, pero no fue así, se quedó esperando como queriendo confirmar el verme entrar a casa de Karen y para mi sorpresa la puerta esta cerrada. Intente llamar a Karen, pero Oh sorpresa mi teléfono esta muerto. Me asomo por la ventana de la cocina para darme cuenta de que esta activado el sistema de seguridad "Online" que solo lo activaban cuando salían de casa. Algo no cuadra a esta hora la familia de Karen apenas se va levantando.

MI OASIS CÓSMICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora