Capítulo 29.

68 33 24
                                    

Cósima.

El resto de la semana transcurre de lo más "normal" que se puede decir, la rubia no volvió al club, como Alnair menciono que ya no trabajaría con nosotros. Altair se desapareció como por arte de magia y yo pude finalizar con éxito los cambios de las chicas. Una vez terminado mi trabajo en este club, nuestra o en este caso mi siguiente parada seria Miami Florida, no estoy segura si Alnair me acompañase esta vez. 

Tengo que aclarar el punto de si Alnair me acompañara, así que dejando a un lado mi orgullo, voy a su habitación. Toco unas cuantas veces, puedo percibir un ligero sonido de una voz, así que abro ligeramente la puerta.

-Alnair ¿Puedo pasar? – consulto sin mirar adentro de su habitación.

-Pasa, ¿Qué se te ofrece? – respondió.

Lo escucho más relajado que la última semana, así que termino de entrar en su habitación.

¡Carajo!

Acababa de salir de la ducha, solo lleva puesto una toalla alrededor de su cadera, su cabello castaño claro revuelto con ligeras gotas mojando su piel haciendo contraste con su abdomen y sus ojos a contraluz lucen más oscuros.

No me percato de lo embobada que estoy hasta que Alnair se aclara la garganta sacándome de mi admiración por su cuerpo. Alnair es un hombre muy guapo nunca lo he negado y por ende muchas mujeres babean por él, incluyéndome. Pero quien podría culparnos.

-Eh, quería saber si ¿Me vas a acompañar al próximo viaje? – conteste.

Trato de enfocar mi vista solamente en sus los ojos o en algún otro lado que no sea su cuerpo. No quiero que se note el rubor en mis mejillas, que reluce al ponerme nerviosa, aun que no se porque me estoy poniendo tan nerviosa.

-¿Por qué no habría de acompañarte? – cuestiono sentándose en la cama.

-No lose, esta semana te he visto con mucho trabajo y no quiero que sientas que estas obligado a acompañarme – conteste tratando de sonar casual.

-Cósima, yo sé cuáles son mis responsabilidades contigo, sería una falta de respeto si no te acompaño y presento como es debido. Ah si lo dices por los acontecimientos de la semana pasada, puedes estar tranquila – comento muy tranquilo.

-Okey, te dejo para que puedas vestirte. Nos vemos más tarde – respondí tratando de sonar tranquila.

Pero el hecho de verlo así hace que lamiera mis labios, antes de darme cuenta de que lo hago enfrente de él aparto la vista, debo salir de ahí lo más rápido posible.

 Alnair soltó una risa coqueta -¿Te gusta la vista? – pregunto.

-¿Qué? – conteste haciéndome la loca.

-Puedes ver, pero tocar te va a costar – comento.

¿Por que rayos sigo aquí?

Lo veo levantarse, empezando a sacar ropa del closet. Quiero salir de la habitación en verdad, pero mis piernas parecen estar ancladas ahí, de un segundo a otro se empezó a quitar la toalla.

-¿Qué haces? – le grite.

Me tapo los ojos con las manos, aparentemente es lo único que puedo manejar.

-Por favor, no es algo que no hayas visto – comento divertido.

Acaso esto es ¿Una prueba?, ¿Lo disfruta?

 Claro que sí. 

¿Qué rayos le paso al frio Alnair de la semana pasada?

¿Es algún tipo de venganza o burla?

Y lo más importante, ¿Qué carajos hago yo aquí todavía?

Escucho sus pasos por la habitación, creo que esta vistiéndose así que después de unos momentos por fin las piernas parecen responderme. Empiezo a caminar en lo que según yo es el camino a la puerta, con las manos todavía tapándome la cara.

Lose que infantil.

Estoy segura que tocaré la puerta, hasta que sus manos tocan las mías quitándolas de mi cara, aun así, mantengo cerrados los ojos. La carne es débil y no quiero correr riesgos, aun.

-¿Se puede saber que estás haciendo Cósima? – cuestiono divertido.

Puedo sentir su calor corporal y su colonia tropical refrescante. Normalmente usa ese tipo de colonias cuando no tenia eventos importantes.

¿Por que tengo que fijarme en estos detalles?.

-¿Yo?, más bien ¿Qué estás haciendo tu?, déjame salir para terminar con la incomodidad de ambos ¿sí? – conteste.

Estoy nerviosa y por mas que quiera ocultarlo, creo que seria inútil pues Alnair seguramente ya lo dedujo. No puedo creer que justo hoy mis nervios estén a flor de piel.

-¿Quién dijo que estoy incomodo? – cuestiono sin preocupación.

-Pues, yo sí, déjame salir – respondí.

Intento soltar sus manos de las mías, para poder salir.

-Puedes abrir los ojos y salir tu sola, pequeña asustadiza – contesto con tono burlón.

Y eso fue lo que necesite para olvidarme de porque tenía los ojos cerrados y cual era mi incomodidad en este momento.

-¿Pequeña asustadiza? – exclame molesta abriendo los ojos.

Al abrir los ojos, me doy cuenta de que estoy lejos de la puerta. No veo a Alnair por ningún lado supongo que se ha ido al baño, porque no se escuchó que abriera la puerta, así que emprendo camino a la puerta. Estoy por salir, cuando siento las manos de Alnair rodear mi cintura impidiendo salir, levantándome como un trapo y aventándome a la cama. Pude percibir una gran sonrisa de su parte, luce muy contento, me bajo de la cama y como niños chiquitos empieza a obstruirme el paso.

-Alnair ¿Qué haces? – cuestione confusa.

-¿Qué?, solo estoy siendo espontaneo– respondió sin preocupación.

-¿Estas ebrio? o ¿Drogado? – volví a cuestionar.

-No – respondió.

-¿Cuántos dedos ves? – pregunte enseñándole el dedo corazón.

-Uno ¿En serio ese dedo?, bueno tal vez lo merezco – respondió.

-¿Por qué respondes todo con preguntas? – interrogue.

-No lo sé, ¿Por qué eres tan preguntona? – respondió.

Comenzó a acercarse invadiendo mi espacio personal siendo muy coqueto. Al estar tan cerca debo levantar mi cabeza para verlo directo a los ojos.

-¿Quién eres tú y que le hiciste a Alnair Edevane? – pregunte.

-Soy el mismo, solo quería relajar las cosas entre nosotros, había pensado invitarte a cenar, pero creo que esto fue mejor – respondió.

Lo menciona tan casual que sus respuestas solo me dejan más confusa que en un inicio, ante todo el relajo no me he percatado de que Alnair solo lleva puesto un pans holgado, dejando su torso aun expuesto, su cabello húmedo haciendo contraste con él. 

¡NO!

¿Por qué precisamente hoy no puedo quitarle los ojos de encima?

-Okey, fue divertido, pero será mejor que me vaya. Tengo que terminar de empacar, nos vemos mas tarde – anuncie.

No espere a que contestara o hiciera algo más, salí lo mas rápido que pude de la habitación, por suerte no me siguió. Ya en mi habitación y con la puerta asegurada, me recargo en ella analizando los acontecimientos. 

 ¿Por qué había decidido ser tan? 

¿Tan qué? ¿Espontaneo?, ¿Abierto?, ¿Tierno?

Entre más lo pienso se pone cada vez más raro, los Edevane y sus locuras. Necesito terminar de empacar en unas horas saldríamos y tengo que estar lista así que dejo por ahora de pensar en ello. 

¿Qué pretendes Alnair?

¿Qué es lo que provocas en mi?

MI OASIS CÓSMICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora