Mis ojos se llenan de lágrimas. Si duele que alguien dude de tí siendo inocente, que la persona que amas lo haga multiplica por diez ese dolor.
—¿Que qué escondo? —Hablo mientras lágrimas se deslizan por mis mejillas— ¿Que qué escondo? —repito incrédula. No sé si mis lágrimas son de tristeza o de rabia, supongo que es una mezcla de ambas cosas—. Sí, Eric, escondo muchas cosas. ¿Sabes qué escondo? —Lo miro directo a sus ojos—. Escondo cada noche el dolor en mi pecho por lo mucho que extraño a mis padres. Escondo el miedo que me sobrecoge por encontrarme tan lejos de mi hogar, en un lugar donde todo me es desconocido. Escondo lo difícil que aún me es acostumbrarme a que mi vida de un momento para otro haya cambiado totalmente, sin ni siquiera tener tiempo de procesarlo. Escondo cada humillación, cada mirada de desprecio, cada palabra diciéndome que no soy suficiente para tí, recordándome cuan inferior soy para tu raza, pero no le doy importancia, para mí es más importante estar contigo. Porque lo que más me aterra y con más interés escondo, es cuan enamorada estoy de tí, ese es mi mayor secreto, trato de escondérmelo a mí misma. Ya que sé que un día ese amor me va a destrozar, un día me vas a herir profundamente y no sé si esa herida podrá cicatrizar. Y al parecer ese día estaba más cerca de lo que pensé.
Me dirijo hacia la puerta a toda prisa, el nudo en mi garganta es muy grande y no quiero seguir llorando delante de él. Pero antes de llegar a salir toma mi mano deteniéndome. No lo miro y en su lugar aprieto fuerte mis ojos. Él se acerca a mí, rodea mi cintura y me apega a su cuerpo con fuerza, siento su pecho en mi espalda, entierra su rostro en mi cuello y aspira.
—Toda la evidencia apunta a eso, entiéndeme —me susurra—. Me volví loco cuando me entregaron esa nota, me volví loco imaginando que acostumbras a encontrarte con él a escondidas para ... —Siento que se tensa.
—Nunca ha ocurrido nada Eric. No sé que sienta él, pero para mí, no hay otro que no seas tú. —Hago una pausa—. Esto no va a parar, alguien quiere destruirme, separarnos y cada vez está más cerca de lograrlo.
Eric me gira para que quede de frente a él.
—Te creo. No sé si por eso sea un idiota pero lo hago. Si alguien está detrás de esto, lo descubriré y se va a arrepentir de haber nacido.
Con sus dedos detalla mi rostro y acercándose a mí me besa con desesperación, como si temiera perderme y yo le respondo igual, afectada por la idea de que lo nuestro se acabara. Por un momento llegué a pensar que lo había perdido. Empuja mi cuerpo contra la pared más cercana y sigue devorando mi boca, una de sus manos se encuentra en mi nuca mientras la otra va subiendo mi vestido. Separo mi boca de la suya con mi respiración muy agitada.
—Detente —le pido sin aliento—. Estoy llena de sangre después de haber ayudado con los heridos. Necesito un baño.
—Estás loca si crees que te dejaré salir de aquí. —Vuelve a por mis labios.
—Eric de verdad, soy un asco.
Se detiene resignado.
—Está bien. Pero báñate aquí. Te ayudaré a hacerlo.
Lo miro sorprendida.
—¿Es que nunca pierdes?
—¿Por qué hacerlo, si podemos ganar los dos? —Me da una sonrisa torcida—. Ordenaré que preparen el baño.
Todos mis músculos se relajan gracias al agua tibia que cubre mi cuerpo, paso el paño por mi piel eliminando cada rastro de suciedad, recuesto mi espalda a la orilla de la bañera y cierro mis ojos. El delicioso aroma de la loción que han agregado al preparar el baño trae a mi mente un nombre: Eric.
Siento unos pasos acercarse y a continuación las yemas de unos dedos deslizarse desde mi cuello, a mi hombro y seguir en dirección a mis pechos. Su cálido aliento choca en mi oído, giro mi rostro hacia un lado y observo a Eric de rodillas a mi espalda, su torso está desnudo. Se levanta y camina quedando delante de mí, entonces me doy cuenta de que lo único desnudo no es su torso, todo él lo está. No deja de impresionarme a pesar de ya no ser la primera vez que lo veo así. Lentamente se introduce también al agua.
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El Reino de los Elfos
RomanceA veces lo que en un lugar es ordinario, en otro es peculiar. Elena una joven de 18 años, que en su localidad es alguien que no goza de gran belleza, que está dentro de la media, que es opacada por la belleza de sus hermanos. Pero la vida la lleva a...