Este capítulo está dedicado a Morula Vamol Zaura. Gracias por tu apoyo y cariño a la historia. 🥰🥰😘😘
El suceso de aquella noche se ha repetido, ya ha pasado una semana y en más de una ocasión he podido observar al misterioso elfo desde el balcón. Se queda mirándome, como si me invitara a ir a su encuentro, pero yo no me atrevo a bajar, los nervios no me dejan, a pesar de que una parte de mí está deseosa de saciar aunque sea un poco de mi curiosidad. Cuando pasan unos instantes termina por irse, así ha sucedido algunas noches, y otras, como esta, me quedo esperando con esperanzas de que aparezca, pero no sucede así.
Desilucionada dejo el balcón y me retiro a descansar. Estoy llegando a mi habitación cuando noto a una figura sentada junto a la puerta. Es Miguel, está sentado en el suelo con las piernas encogidas frente a su cuerpo, en las rodillas apoya los brazos cruzados y su frente descansa sobre ellos. Cuando nota mi presencia se levanta y camina hacia mí.
—Elena —dice mientras se abraza a mi cintura.
—Cariño, ¿que pasa? —le pregunto preocupada—. ¿Qué hacías ahí? Pensé que ya estabas durmiendo.
—Tuve una pesadilla. No quería despertar a mi hermano, su día fue bastante pesado y se acostó temprano. Entonces vine a aquí, pero no estabas.
—Mi hermoso niño. —Acaricio su cabello para reconfortarlo. Él continúa con su rostro escondido en mi estómago—. ¿Te gustaría dormir conmigo?
Despega la cara de mí y me mira con ojos ilusionados.
—¿Puedo? —pregunta.
—Claro que sí, vamos —digo mientras lo llevo conmigo dentro de mi cuarto.
Me acerco a la cama y aparto la manta que la cubre, invitándolo a subir, lo cual hace. Yo también me meto a la cama y en cuanto me acomodo Miguel se apega a mí abrazándome, le abrazo de vuelta.
—¿Sueles tener malos sueños? —interrogo.
—Desde la muerte de mamá y papá —responde haciendo que mi corazón duela.
Según lo que me contó, sus padres murieron en un ataque del reino enemigo.
—Ahora estás conmigo —digo para después dejar un beso en su cabeza.
—Gracias por permitirme dormir aquí. Me siento mucho más tranquilo. Eres lo mejor que nos a pasado a mi hermano y a mí. —Sus palabras calientan mi pecho.
Lo estrecho un poco más. A los pocos minutos puedo notar su respiración pausada y tranquila, entonces me separo para ver su cara descubriendo que se ha quedado dormido. Una sonrisa se me escapa mientras lo observo dormir tan apacible. Me vuelvo a acomodar cuando siento mis ojos pesados.
•••
Eric
~*~Unas manos acarician mis hombros, bajan hasta mi pecho en su recorrido. Otra, con delicadeza, lleva un trozo de fruta a mi boca que acepto y devoro. Un cuerpo baila con sensualidad frente a mí. Todo lo que desee el heredero al trono a su disposición, con solo decirlo me consederían lo que pida, y todo me sabe vacío, insípido...
Estoy de nuevo en el salón de las concubinas, se me ha vuelto costumbre venir aquí buscando diversión y entretenimiento para mi mente, cosa que últimamente se me ha vuelto bien difícil.
Me esfuerzo por convencerme a mí mismo de que estoy disfrutando mucho del momento y de la compañía, siempre lo había hecho... Hasta que llegó ella, todo lo ha cambiado, todo lo ha puesto de cabeza; Elena. Llega a mi mente y siento mi corazón agitarse, siento con solo pensarla la emoción que no han logrado provocarme estas mujeres acariciándome. Las tengo junto a mí y no siento nada con ellas porque las manos que deseo que me toquen son las de ella, los labios que quiero sentir son los suyos, los ojos que quiero mirar y perderme en ellos son solo los suyos.
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El Reino de los Elfos
RomanceA veces lo que en un lugar es ordinario, en otro es peculiar. Elena una joven de 18 años, que en su localidad es alguien que no goza de gran belleza, que está dentro de la media, que es opacada por la belleza de sus hermanos. Pero la vida la lleva a...