16: Plato de Segunda Mesa.

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Los brazos de Luke lo rodeaban y sus labios dejaban uno que otro beso en el pecho blanco y desnudo.

Era totalmente extraño tener la oportunidad de estar de aquella manera con Hemmings.  En aquella habitación había silencio total, el cual era únicamente perturbado por la calmada respiración de ambos muchachos.

“No puedo seguir de esta manera Luke...” Calum habló con lentitud y voz baja alejándose por completo del agarre del rubio.

El chico de ojos azules suspiró y lo miró con dolor apoyando su espalda en el espaldar de la cama mientras intentaba acomodar la sabana sobre el resto de su desnudo cuerpo.

Al no recibir respuesta, Calum se levantó y comenzó a vestirse en total silencio.

“No voy a decirte que te quedes si no quieres hacerlo.” Hemmings se esforzó por no parecer desesperado al decir esto. “Pero deberías quedarte... Digo, no… No hay razones para que te vayas… Digo, no es que quiero que volvamos a hacerlo… Ya lo hemos hecho mucho hoy... Pero… umm… Ya sabes… Siempre podemos ir al cine, o a comer algo.”

Hood se puso las medias, zapatos y ató los cordones de sus botas. “Oh, ya sabes, no creo que sea buena idea, podrían vernos juntos.”

“Pero... Podríamos salir como amigos… Eso no estaría mal, no especularían nada...” El dolor en sus palabras se hacía presente de manera lenta, haciéndose presente de manera progresiva en cada palabra.

“Eso es verdad, lo importante es siempre que ellos no sospechen, que ellos no sepan y que piensen que todo está bien... ¿No es así?” Un tono molesto estaba empezando a notarse en la voz del moreno, que hacia grandes intentos de no decir nada hiriente, siendo consciente de que estaba fracasando.

“Cal, por favor… Tú ya sabes lo difícil que es esto.”

“Lo sé Luke, pero es que simplemente, todo es difícil… Yo también siento.”

El rubio se sentó al otro lado de la cama mientras se ponía toda su ropa, menos la camiseta “No sé qué decirte.”

Calum se levantó lentamente del costado de la cama en el cual estaba y tomó aire “No tienes nada que decir, solo quiero que tengas en cuenta que yo no voy a seguir siendo tu segundo plato.”

“¿Perdón?” Estaba incrédulo al haber escuchado aquellas palabras de la boca de Calum.

“Lo que escuchaste.” La voz de Hood se estaba volviendo pequeña y algo tímida, mientras seguía tomando pequeñas bocanadas de aire.

“No puedo creer que digas eso.” Luke se levantó de la cama y se volteó, teniendo ante sus ojos la espalda del moreno. “No eres el segundo plato de nadie, y menos eres el mío, nunca has sido eso.”

El chico de ojos café sentía la mirada del otro muchacho taladrando su espalda, pero se negó a girarse al imaginarse la manera en la que su cara debía de verse en esos precisos instantes: una máscara de dolor, celos y rabia. “¿Hablas enserio?”

“Claro que lo hago, nunca te trataría como algo así, sabes que no…”

“No puedo creer que enserio estés hablando enserio.” El sarcasmo en aquella frase dejó congelado al rubio en su lugar con algún tipo de estado de shock momentáneo.

“¿De qué hablas?”

“¿Qué de qué hablo, Luke?” Se giró con brusquedad y miró al rubio “De que soy tu amante Luke, de eso estoy hablando. De que sí, soy tu plato de segunda mesa, de que si lo soy y siempre lo he sido, ponle el nombre que quieras, pero lo soy.”

El silencio se volvió total e incómodo. Ninguno de los dos desvió la mirada, aun cuando pequeñas lágrimas empezaban a salir de los ojos de Luke el cual las retiraba de su rostro de manera brusca. Pasaron algunos segundos, los cuales parecieron horas, hasta que Calum se dio la vuelta y empezó a caminar a la puerta de salida: Hemmings se alarmó empezando a caminar a gran paso hacia Hood mientras lo tomaba del brazo y lo giraba hacia su cuerpo. “No vas a irte, no puedes irte así.” El rubio estaba mordiendo su labio inferior mientras intentaba que las lágrimas no salieran de sus ojos.  “Por favor… Yo sé que es difícil-“

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