32: Christmas (Please Come Home)

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32: Navidad (Por favor ven a casa)

Sintió que sostenía el mundo entero cuando tuvo a Calum entre sus brazos. 

Cuando lo vio corriendo hacia él, solo pudo sonreír, porque sintió que el dolor tan grande que sentía en su pecho desde hace un año, por fin desaprecia del todo: Calum había regresado. Mientras se abrazaban, Luke solo podía pensar en el moreno: Su cabello era tan sedoso y desastroso como lo recordaba, su piel seguía siendo extrañamente tersa  y morena, hermosa mente morena, como su cara. Olía a él, a algo que solo podía resumir como Calum: Su Shampoo, su jabón, pasta dental, la horrible colonia que usaba, talcos, y él. Lo mejor de todo, es que mientras estaba en sus brazos, Hemmings sabía que ese era el lugar al cual pertenecía. No supo en qué momento comenzó a llorar, solo se percató cuando Hood tomó su cara entre sus manos y limpió las lagrimas con sus pulgares mientras le susurraba cosas cariñosas y unía sus frentes. Cuando se besaron, el moreno sintió que estaba a punto de derretirse: Durante doce meses había tenido la horrible necesidad de besarle y ahora que por fin lo hacía, se sentía tan débil ante todas las emociones que se arremolinaban en su interior. Cuando se separó de su novio para poder tomar aire y no ahogarse en sus silenciosas lágrimas, Luke sonreía mientras su llanto salía a cascadas de sus hermosos ojos azules, que, en ese momento, le parecieron el mismo océano a Hood. Sintió que se ahogaba en aquellos orbes pero no pudo importarle menos, porque si era junto a Luke, haría cualquier cosa. 

"Fue el mismo infierno no tenerte a mi lado, Cal" La voz del rubio se escuchaba tan pequeña entre los ruidos del aeropuerto: Maletas rodando en el suelo, gritos emocionados, vuelos siendo anunciados... Pero aquel sonido, solo pudo lograr que el pequeño corazón de Hood diera un violento vuelco. Y sí, aunque Hemmings se lo había dicho demasiadas veces en el transcurso de ese año, realmente, nunca se cansaba de escucharlo pues, si había algo que el moreno tenía más que seguro, era que necesitaba a Luke, necesitaba sus palabras, su cariño, su presencia, lo necesitaba tanto, porque la única esperanza, la única luz que alumbraba el camino de Calum Hood, era Luke. 

El moreno acariciaba su cabello, pasaba sus manos por la barba que empezaba a asomarse en su cara y Hemmings solo quería gritar, llorar y fundirse en aquellas manos que parecían ser lo único de lo que era consiente en aquel momento: Se sentía tan abrumado gracias a Calum y aunque durante meses enteros se sintió desolado por o haberlo tenido cerca, nunca logró entender en qué dimensión lo había extraño hasta aquel momento. Cuando escuchó lo que el moreno le decía, no supo si su corazón y había dejado de latir o se estaba desbocando: "Yo también Luke, te extrañé tanto. No sabes, no imaginas lo mucho que necesitaba abrazarte... Yo... Te amo ¿Sí?" El rubio solo pudo asentir y abrazar a Calum por la cintura. Se sintió tan estúpido por suspirar, pero aquello era la única acción que le parecía coherente. 

"Vamos a casa, Cal, nos están esperando" Dijo Hemmings después de algunos minutos de silencio: Era navidad y ambas familias estaban esperándolos en su casa. 

El moreno negó con la cabeza, sin dejar de mirar al rubio "Ya estoy en casa, Lukey. Donde estés tú, está mi hogar." 


Luke lo miraba desde el sillón, pues, desde que habían llegado a aquella reunión familiar navideña, nadie lo había dejado estar cerca de Calum: Ambas familias deseaban saber el balance del primer año de universidad del moreno. Hemmings tenía su vista sobre él, y sonreía cada vez que Hood reía, hacía un gesto gracioso, respondía alguna pregunta, o le devolvía las miradas. Sus mejillas dolían gracias a la sonrisa estúpida que no dejaba sus labios, su corazón se removía de manera maniática en su pecho gracias a el moreno y aquella sensación era perfecta, porque hace mucho no se sentía tan feliz. 

Cake One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora