Su cabeza lo estaba torturando, exactamente como lo había hecho durante las últimas semanas cuando planeaba acostarse a dormir.
Se estaba convirtiendo en una horrible costumbre.
Maldijo por lo bajo apretando las sabanas en las que estaba acostado, pero ellas no tenían las culpa del mal momento del moreno, la culpa la tenía, nada mas y nada menos que Luke Hemmings.
Últimamente aquel muchacho parecía tener la misión de encargarse de arruinar su hora de dormir apareciéndose en su cabeza. Primero, había sido tres semanas atrás, cuando estaba borracho y se acostó a dormir con él (En la manera más pura de la palabra), una semana después hicieron lo mismo, pero, Luke estaba sobrio y ambos empezaron a marcarse el cuello, al siguiente día se besaron, dos días después estaban encerrados en un cubículo del baño de caballeros en la universidad besándose, intentado que nadie se diera cuenta de lo que estaban haciendo, tres días después Calum besó la comisura del labio del de ojos azules frente a sus amigos y Luke, muerto en dicha, le plantó un corto beso directo en los labios. Durante el resto de días cosas así fueron pasando, hasta hace tres días.
Al llegar a esa parte en su recorrido mental, suspiró haciendo que una gran y amplia sonrisa llena de suficiencia y pura alegría, apareciera en su cara, ¿La razón? Se había acostado con Hemmings.
Tenía que reconocer que esta noche, lleno de desesperación e irritación por su falta de sueño, rogaba a Dios que hubiera sido malo: Que no lo hubiera disfrutado tanto, que no hubiera sido tan jodidamente caliente, que no hubiera roto de manera tan descomunal sus expectativas, porque tan solo el efímero recuerdo estaba a punto de volverlo loco.
Unas semanas atrás había pensando que Luke era asexual o, en el mejor de los casos, pretendía llevar un voto de castidad por el resto de su vida, luego pensó que el muchacho era gay o bi y ahora, después de que él mismo le hubiera contado toda su vida sexual, se quedaba en un profundo y rotundo: Bisexual. Para el de ojos azules los hombres habían llegado uno o dos años atrás, mientras que para Calum, habían estado como una constante en su vida desde que tenía 15 años. Ambos eran igual de recorridos, ninguno era un santo y asegurar eso sería un error, pero Hood no asimilaba aquellos acontecimientos, parecía imposible todo lo que había hecho con Luke, todo lo que él le había hecho, todo lo que él le hizo y mentalmente agradeció a ese tal Ashton, del cual Hemmings le había hablado, ya que este le enseñó la mayoría de cosas que sabe sobre todo este asunto de los hombres y, tenia que admitirlo: Después de todo lo que había pasado con el de ojos azules, se evidenciaba que era un gran maestro.
Calum empezó a dar vueltas desesperadas en la cama, bufando y suspirando, pues, a su concepción, intentar dormir en esta cama en la cual había tenido a Luke a su disposición, gimiendo sin ninguna inhibición, atándose a su cuerpo y pidiendo más con aquella voz tortuosamente ronca, era un pleno acto del masoquismo más puro.
Luke no lo estaba llevando mejor. Estaba luchando con la segunda erección que se le formaba en la noche. Su mente se empezó a atestar con los recuerdos de las manos del moreno explorando su cuerpo, brazos fuertes y posesivos, sus gruñidos y gemidos, su aroma, su manera de hacerlo.. Aquellas imágenes mentales lo ayudaron enormemente a que la motivación para deshacer aquel bulto apareciera casi mágicamente, haciendo que en unos cuantos minutos ere se deshiciera sobre su puño.
Maldito Calum y la precocidad que le producía.
Ya bastante cansando de prestarle tanta atención al problema que estaba causando Hood en medio de sus pantalones, se organizó y caminó a su cuarto, botándose boca abajo en su cama, tratando de conciliar el sueño nuevamente, dándole la oportunidad a su cabeza de empezar a jugar con la poca cordura que le quedaba: Para el rubio, la única palabra que podía describir esa noche con Calum es: Épica. Y fue increíble, porque todos sabían que el moreno era abiertamente gay, pero Hemmings no creía que alguien supiera lo bueno que era en ese asunto. Como acto seguido sonrió con satisfacción: Por fin lo había logrado.
No quería mal-interpretaciones, su objetivo no era simplemente follar con Calum, su objetivo era tener los pantalones para poder hacer "cosas" con él: Su definición de "cosas" era, hacer todo eso que hacen las personas que son más que amigos, y eso era todo lo que había estado pasando estos días.
No podía sacar a Calum y todo lo que venía pasando entre ellos de su mente y sinceramente, tampoco es que Hemmings deseara hacerlo. Pero también deseaba volver a dormir sin despertarse cada hora mirando su celular para ver si había alguna notificación de Calum, cosa que nunca pasaba.
Hasta esa noche.
El celular de Luke sonó y vibró como lo hacía cuando alguna de sus redes sociales reportaba algún tipo de interacción y el lo sacó de debajo de su almohada sorprendido al ver en la barra notificaciones:
Calum Hood: Te necesito, Luke."
Sin pensarlo dos veces, saltó de su cama, se puso lo primero que encontró tirado en el piso de su habitación, su chaqueta de cuero y escribió la respuesta al moreno:
"Yo también. Ya voy para allá."
Guardo lo que le faltaba en sus bolsillos y salió cerrando la puerta de su apartamento detrás de él.
Sobra decir lo que pasó aquella noche en casa de Calum.
Editado: 17 de febrero, 2016.
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Cake One Shots
Rastgele"(...) Un robo de libertad, un forzar de voluntad donde no valen las razones; una sospecha celosa causada por el querer, una rabia deseosa que no sabe qué es la cosa que desea tanto ver." Esparsas diciendo qué cosa es amor, Jorge Manrique. _____ 201...