2.-Un lobo solo no hace la manada

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Me duele el brazo. Es un dolor molesto, hormigueante, y no puedo moverme. Abro los ojos. Esta oscuro, pero me siento tan rápido que todo da vueltas. Tengo las manos atadas, el brazo entumecido y estoy en el suelo de algún lugar ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? Las náuseas me ganan, me inclino a un lado y vomito.

Ah, maldición... ¿estoy pensando coherente? Con el golpe que me di en la cabeza podría tener una contusión, vomitar no es una buena señal. Otra arcada y vomito otra vez, entre toses y más arcadas.

— mierda— ¿Qué hice para merecer esto? Está claro que es un maldito error, no he hecho nada que merezca esto ¿en dónde estoy? Es una habitación vacía, no hay nada, ni siquiera una ventana. Apenas puedo mover mis manos, aunque mis pies no están atados. Escucho unos pasos pesados y luego la puerta se abre. Es uno de los hombres motociclistas. Me quedo mirando cómo se acerca ¿Qué se supone que debe hacer uno en caso de secuestro? Se queda de pie, mirándome y con una mueca de asco.

— ¿Dónde está Rowan?

— Aah ¿otra vez con eso? no lo sé. Ni siquiera sé quién es Rowan.

— tu...

— no, escucha, no conozco a nadie con ese nombre, yo solo... tengo un trabajo normal. Hice mis compras... no estoy metido en nada ilegal, se equivocaron de hombre— dios, como me duele la cabeza. Tengo demasiado miedo de esto ¿podría morir?— no diré nada de esto, si me dejan ir.

— no estas mintiendo.

— no, no lo hago. Por favor, déjame ir... juro que no diré nada.

— maldita sea, en serio solo eres un humano.

— claro que...— él está hablando de nuevo no se en que idioma. Ni siquiera está mirándome. No puedo alejarme cuando se acerca y me levanta, no siento las piernas, tropiezo, y al final no puedo ponerme de pie y me lleva arrastrando fuera de la habitación. Me raspo las rodillas mientras intento caminar o ponerme más estable, lo que sea. Nunca he tenido clases de defensa personal, si salgo vivo de esta será la mejor inversión que pueda hacer. Terminamos de recorrer un pasillo largo y ancho, apenas miro alrededor, solo hasta que nos detenemos y por fin puedo pararme. Vuelvo a perder el equilibrio cuando me empujan otra vez para entrar por una puerta a lo que me parece un estacionamiento en el que no hay nada más que solo los que me trajeron aquí y tres personas más que no conozco.

— Así que Rowan está aquí ¿vas a seguir insistiendo que no lo conoces?— ¿Qué? ¿Quién?

— ¡Yo no conozco a ningún Rowan!— aunque al mismo tiempo que grito, reconozco el cabello de la chica. Es la misma chica que estuve en la veterinaria con el lobo, también están los dos chicos. Oh, mierda, sabía que estaban en algo malo pero esto es realmente peligroso.

— ¿así que no los conoces?— se burla el tipo rudo que me está sujetando.

— no los conozco, solo les vi una sola vez ¡Y fue solo por una emergencia! Yo no tengo nada que ver en lo que sea que sea esto— siento el pecho demasiado oprimido por el miedo.

— tiene razón, él no lo sabe nada, solo acudimos a él por un problema que tuvimos— ¡Al fin!— no tienen que involucrar a nadie más.

— no llegaríamos a esto si no te escondieras. Te niegas a hablar, Rowan.

— es que no tengo nada que decir— dice Rowan, el hombre de cabello negro. Parece bastante relajado para todo el asunto.

— ¿ya puedo irme? Por favor— no quiero estar aquí para cuando todo se ponga mal. Me gano algunas miradas de todos, de no ser porque me están sujetando creo que hubiera podido irme sin que me notaran. Nadie dice nada.

Lunas de enero (Lunas y lobos I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora