Es sábado, y es demasiado tranquilo. Medio día en el que solo estoy yo. Podría ir a cualquier lugar pero solo quiero quedarme en casa sin hacer nada. No puedo hacerlo porque aún es sábado y tengo que abrir medio día la veterinaria. Gabriela no viene hoy, ni Fabien a menos que le llame o que tenga alguna emergencia. Por eso me sorprende verlo aquí, deteniendo su auto justo en frente, con la música a todo volumen saliendo del descapotable.
— ¿Qué haces aquí?
— ¿No puedo venir? Pensé que te alegrarías de verme.
— Es solo... no, yo...— él se ríe, y arrastra una silla para sentarse frente a mí.
— Me quede solo en casa y estaba aburriéndome. Di una vuelta y recordé que habías tenido un día movido ayer—Me quedo en blanco ¿Qué le tengo que decir? no puede saber de Rowan, ni de lo que paso en la noche— ¿el oso? ¿Cómo fue?
— Ah, eso...— Fabien alza una ceja— es que también tuve que atender aves. Y me hicieron revisar algunos reptiles. Tienen una colección interesante de tarántulas. Las aves estaban algo graves, diagnosticaron mal, pero espero que el tratamiento correcto haga efecto pronto y no sea tarde para muchas.
— Suena serio— me siento más relajado ahora y agradezco mucho la distracción que representa tener a Fabien aquí. Inicio una larga explicación de lo que hice en el zoológico desde que llegué. Fabien también es veterinario y a veces me olvido de que tiene los mismos intereses por algunos animales. Hablamos hasta que es la hora de comer, la hora que cierro los sábados. Ha sido un día lento en cuestión de emergencias, pero he estado vendiendo accesorios y alimentos. Le cuento también de la chica y la perra en parto, titubeo cuando le cuento las partes donde Rowan me ayudo, esperando que Fabien este demasiado distraído para notarlo.
— ¿Por qué no vamos a comer?
— Es una buena idea— los restaurants que me gustan no están tan cerca de mi clínica, sé que a Fabien le encanta conducir así que es un acuerdo silencioso usar su auto para ir— ¿Al restaurant vegetariano o al de carnes?
— Algo más balanceado.
—Hecho— No frecuentamos tantos lugares, y en esa cuestión dejo todo a manos de Fabien— entonces ¿Qué hay sobre las salidas?
— ¿Qué salidas?— ¿de qué está hablando?
— Después de la salida que tuviste creí que por fin te atreverías a salir otra vez— ah, eso. Me relajo en el asiento— Sé que te gusta mucho lo que haces, pero también deberías considerar hacer algo de vida social.
— Si sabes que si no trabajo, no como. Y no te preocupes, solo es un mal momento para hacer vida social, no puedes iniciar un negocio y dejarlo botado.
— Me siento un poco mal por eso.
— No es culpa tuya.
— Pero apenas salimos desde que me case.
— No estoy culpándote por nada. Y hemos tenido mucho trabajo, nadie puede culparte por ser feliz, y si no he salido es porque no quiero. Si te hace sentir mejor, me dijiste que saldríamos la próxima vez.
— Vayamos esta noche.
— No, esta noche no puedo— Fabien se detiene un poco, buscando un lugar para estacionar.
— ¿Por qué? No tenías trabajo pendiente ¿volvieron a llamar del zoológico? Los cachorros se pueden ir hoy, también la mamá.
— Puedes parar allí— señalo un lugar que justo acaba de quedar libre. El restaurant solo nos queda a una cuadra— y si, voy a dejar que se los lleven hoy, se recupera bien aunque tendrán que tener cuidado con ellos— bajo del auto primero y espero a que Fabien termine de ponerle el techo al auto.
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Lunas de enero (Lunas y lobos I)
Manusia SerigalaBienvenidos a la clínica veterinaria de Eddie, especialista en aves, reptiles y animales exóticos, como hombres lobo... Me encantaría decir que eso ultimo no es verdad, pero desde que tres desconocidos entraron a mi clínica cargando a un lobo herido...