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Antonia

Habían pasado ya algunos días, y los mellizos y yo por fin podríamos volver a casa, lo cual ya ansiaba, me hacía falta mi cama, mi casa y mi novio.

Villamil: Tengo una sorpresa para ti. -dice abriendo la puerta-

Al encender las luces lo primero que veo es a mi familia, junto a mis amigos con un gran cartel de "bienvenidos". Sonrío con emoción al verlos. Mi mamá se lanza a abrazame, y Nath, Vanessa y Gisselle a tomar a los bebés.

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Habían traído algunos regalos para los mellizos, es decir, siempre habían regalos para ellos, no sé dónde metería tantas cosas. Martín me había traído de nuevo a la sala mientras los demás continuaban en el patio.

Martín: Esta vez yo traje algo mucho mejor que los demás... Más personal, podría decirse. -extiende una caja.- Espero que te guste.

Abro la caja, y mis ojos se iluminan al ver unos conjuntos de ropa para los mellizos, sabía a lo que se refería por personal.

Antonia: ¿Acaso tú...?
Martín: ¿Los diseñé? -asiento ante su pregunta- Sí, son mis diseños, especialmente creados para mis dos nuevos dolores de cabeza.
Antonia: Gracias, están increíbles, me encantan. -digo abrazándolo con una gran sonrisa- Te amo, pochoclo.
Martín: Yo también te amo, pochoclo.

Abrazados salimos nuevamente al patio. Dónde escuchaba aquella anécdota que a Nath y a mi nos pasó.

Nath: Así que todos ahí piensan que somos hermanas...
Gisselle: ahora que lo dices, si se parecen.

Nath y yo nos miramos analizandonos un poco. Tal vez nos dábamos un aire, pero no eramos completamente parecidas o algo.

Nath: Deberías ser peliroja.
Antonia: puedo serlo. -murmuro pensando.- Pero en unos meses más, por que me toca volver a ser pelinegra.
Gisselle: ¡Yo también quiero ser peliroja!

Y es así, como las turbo amigas ahora seríamos pelirojas. Toca convencer a Vanessa.

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Antonia: Te toca. -murmuro dándome vuelta.-

Al no recibir respuesta, bufo sin abrir los ojos y comienzo a moverlo con mi mano.

Villamil: Si apagué la luz del baño. -lo escucho susurrar.-

Abro los ojos confundida, miro hacia la puerta del baño, y volteo los ojos al ver la luz prendida. Por supuesto que no la apagó.

Antonia: Obvio que no apagaste la maldita luz del baño, Juan Pablo, nunca lo haces... Pero ese no es el punto, están llorando, te toca ir, fuí hace dos horas, te amo, gracias. -me tapo nuevamente para seguir en mi sueño.- Y apaga la luz del baño, por favor.

Lo último que sentí, fue el movimiento en la cama de que se había parado, ahí supe que podía seguir durmiendo. Lo cual hice, obviamente.

Noviembre 23, 2021

Villamil: ¿Tienes todo listo? -lo escucho detrás de mi.-
Antonia: eso creo. -miro la maleta detenidamente.- Solo faltas tú. -hago un puchero abrazándolo.-
Villamil: Voy a estar ahí tantas veces que se aburrirán de mi... Voy a extrañarte. -deja un beso sobre mis labios.-
Antonia: también te extrañaré, pasé cinco meses completos a tu lado, separarme no será tan fácil. -acaricio su cabello.- Pero te llamaremos todas las noches... Si no tengo llamado, obvio. Además, irás con nosotros dos días, no hay que despedirnos aún.

Sonríe juntando sus labios con los míos. Hasta que el llanto de alguien nos hizo separarnos, miro hacia la cuna dónde estaban los mellizos y sonrío negando. Era Constanza.

De Cero. -Juan Pablo Villamil.- LDA #4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora