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Antonia

Antonia: ¿En qué estabas pensando, maldito idiota? –lanzo las llaves a la mesa de la entrada– ¡No puedes llegar a mi lugar de trabajo y golpear a mi asistente!
Villamil: ¡Es tu culpa!, te dije que ese imbécil estaba enamorado de ti y decidiste ignorarlo y seguir trabajando con el.
Antonia: ¡No puedo hacer todo lo que tú quieras! –me giro a verlo– ¡Maldita sea entiéndelo!, amaría poder complacerte en absolutamente todo, pero no puedo, si por mi fuera, lo despediría solo para que no te molestes mas, pero no puedo. Solo necesito que confíes en mí.
Villamil: Confío en tí, no en el –toma mi mano– El es el problema.
Antonia: No –susurro bajando la mirada– El problema no soy yo, ni es Ricky. El verdadero problema eres tú. –me suelto de su agarre– Tú eres el problema, y hasta que no te arregles tu y yo no podemos estar juntos.
Villamil: ¿De verdad vas a terminar conmigo?
Antonia: Lo único que te pedí es que algo como esto no pasara. –lo miro nuevamente– Te advertí que no te pasaría cosas como estas, y lo ignoraste por completo.
Villamil: Lo siento, perdí el control, está bien, no debió haber pasado, es solo que, me molestó tanto enterarme de todo por otra persona, Antonia. –se cruza de brazos– ¿Tengo siempre que enterarme de las cosas por alguien más?
Antonia: ¡Iba a decírtelo!, no iba a irme así como así, iba a hablarlo contigo.
Villamil: ¿Ibas a tomar en cuenta mi opinión? –pregunta irónicamente– Por supuesto que no, no ibas a hacerlo.
Antonia: Sabía que dirías que no fuera, pero sorpresa Juan Pablo, eres mi novio, no puedes prohibirme nada y si quiero voy.
Villamil: No tiene sentido hablar contigo.

Bajo la mirada, tal vez tenía razón, ¿y si estoy exagerando?... No idiota, no es tu culpa, no estás exagerando.

Antonia: ¡Deja de hacer eso conmigo! –exclamo frustrada– ¡Siempre consigues como jugar conmigo!, y tal vez no lo haces a propósito, pero estoy harta, de verdad ya no quiero esto.
Villamil: ¡Ya te pedí perdón!, ¿que más quieres?
Antonia: ¡Que reacciones!, no puedes seguir haciendo esto, maldita sea. ¡Necesito que entiendas, no que te disculpes cada que la cagas!, las malditas disculpas terminarán extinguiendose.
Villamil: ¡Ya entendí que estuve mal!, ya entendí que la cago muy seguido, no tienes que recordarmelo siempre.
Antonia: Creo que lo mejor para ambos es estar separados un tiempo.
Villamil: Esto es absurdo, Antonia.
Antonia: No, no lo es. De hecho creo que lo absurdo es haber vuelto a estar juntos sabiendo que no sabemos estar juntos. –suspiro– Y tal vez, estando separados podamos entenderlo.

El estaba furioso, podía verlo en la manera en la que estaba mirándome, pero lo único que hizo fue darse la vuelta y salir de aquí. Llevándose consigo mismo, mi corazón.

Día siguiente.

Antonia: Ush lo mucho que te extrañé. –murmuro abrazando a Christopher– ¿Dónde está Gabriela?
Christopher: en el baño retocando su labial. –voltea los ojos riendo– Ahí viene.

No me dió tiempo de girarme pues unos brazos ya me abrazaban fuertemente.

Gabriela: te extrañé tanto, boba. –dice al separarse–
Antonia: y yo a ti. –sonrío al separarme– Y ellos también, a ambos, ¡Ya se mueven!
Christopher: ¿De verdad? –pregunta con emoción posando su mano en mi vientre–

Asiento, Christopher después de miles de intentos, lo logró, es como si los bebés hubieran entendido lo que quería, y dieron algunas pataditas.

Gabriela: Aww, te ves como un ridículo. –suelta con ternura– ¡Tengamos un bebé!
Christopher: Primero dejemos a Antonia en el hotel, y luego hablamos.
Antonia: Gracias, por qué no quería escuchar. –sonrío sarcásticamente–
Gabriela: ¡Amor, lleva las maletas de Tony! –me jala del brazo– Ahora dime que pasa.
Antonia: ¿De que hablas?
Gabriela: te ves feliz y todo, pero tus ojitos están apagados –se detiene– ¿Que pasa?
Antonia: Termine con Villamil. –murmuro– Y no sé, siento que hice lo correcto pero una parte de mi me dice que fue algo muy precipitado.
Gabriela: ¿Pero por qué lo hiciste?
Antonia: No sé quien, pero alguien le dijo que me escucharon hablando con Joel acerca de venir aquí, entonces el se volvió loco y me reclamó, fue todo aún más intenso que antes, el punto es que Ricky interfirio por qué Juan Pablo no me soltaba, y entre ellos terminaron peleando. –suspiro– En conclusión, Ricky terminó con un ojo morado y Juan Pablo con el pómulo rojo.
Gabriela: ¿Entonces, luego discutieron y terminaron?
Antonia: creo que dije cosas que sentía hace mucho, y tal vez no debí haberlo hecho, ¿y si estoy exagerando?
Gabriela: ¿Te sientes bien con esto? –yo niego– ¿No quieres que el crea que puede hacer ese tipo de cosas y seguir como si nada? –asiento– Entonces tomaste una excelente decisión, el debe darse cuenta de que puede perderte si sigue con esa actitud. Además, prácticamente tienes un enorme diamante sobre el dedo, ustedes dos, estoy segura de que se casarán y vivirán felices junto a sus hijos. Ahora, estás aquí conmigo, y disfrutarás de esta semana, sin el, solas tu y yo. –muchas voces acercándose llaman nuestra atención– Agh y ellos.

Ahora tenía a cuatro hombres encima mío abrazándome. Ya decía yo que era raro que solo estuvieran Chris y Gabriela.

Erick: ¿Sabes que hizo Gabriela? –niego– ¿Tuviste el descaro de no decirle? –gabriela se encoge de hombros– ¡Apagó nuestras alarmas!
Zabdiel: ¡Dijo que tú avión llegaba a las once y treinta!
Richard: ¡Y luego ella tomó a Christopher, la camioneta y nos dejó!
Joel: Pudo solo llevarse la camioneta, ¡Pero se llevó a Christopher! –se cruza de brazos– ¡Tenemos más derecho sobre Christopher!
Gabriela: ¡Oye ricitos!, Christopher es mío, tengo más derecho sobre el. –entonces los cinco comenzaron a discutir–

Camino a Christopher y entrelazo mi brazo con el suyo.

Antonia: ¿A dónde iremos a comer?
Christopher: te llevaré al mejor lugar, ya verás.

Más tarde.

Habíamos comido todos juntos en aquel buen lugar de comida mexicana. Ahora mismo, caminábamos por la bonita playa, bueno, Joel y yo caminábamos, los demás iban detrás de Gabriela, quien les había lanzado arena a la cara.

Joel: Gabriela me contó todo. Lamento haberte causado problemas.

Detengo mi paso y lo miro unos segundos. Gabriela pasaba mucho tiempo con Christopher, dejaba de ser bueno para mí.

Antonia: No es tu culpa. –niego me acerco a la orilla– Creo que, era su molestia contenida la que salió, y aprovechó el momento.
Joel: Sé que el me odia, siempre lo hizo. Y estoy seguro de que no estaría contento de saber que justo en este momento estás conmigo. –dice con obviedad–
Antonia: No te odia. –murmuro– Supongo que le molesta todo lo que llegué a sentir por ti, lo cual es normal, quiero decir, te quise mucho.
Joel: Yo también. –murmura. Lo miro confundida– Yo también te quise mucho es por eso que me arrepentí a la semana de que terminamos.
Antonia: ¿Por qué no me dijiste nada? –regreso la mirada a la arena–
Joel: creí que no querías saber nada de mi.
Antonia: Moría por volver contigo. –me cruzo de brazos– Pero fue lo mejor.
Joel: Lo mismo pensé. No quería volver a lastimarte, quería tenerte conmigo, pero no lastimandote.
Antonia: Está bien, Joey. –sonrío.– Me tienes, somos amigos y siempre contarás conmigo... Por más idiota que pudieras llegar a ser.
Joel: Gracias. –toma mi mano.– Gracias por haberme ayudado siempre, y por todo lo que aprendí contigo siendo mi novia.
Antonia: Aww, a qué soy tu ex novia favorita. –digo juguetonamente codeandolo
Joel: Eres la única, así que si.
Antonia: Oh, mejor aún, siempre seré tu ex novia favorita entonces.

Nos quedamos un rato más en un cómodo silencio mirando el mar.

Joel: creo que lo mejor que puedes hacer es hablar con el.
Antonia: Hablar ya no funciona. –niego suspirando– No sé que hacer, estoy cansada.
Joel: Las diferencias se encuentran hablando. –dice mientras se gira hacia mi– Si tú no le dices tranquilamente lo que sientes, es muy probable que nunca lo comprenda. Lo mejor que puedes hacer es hablarle, y darle la confianza que necesita, empieza por la parte que sientas necesaria.
Antonia: El quiere que despida a Ricky, el sobrino de Angie. Ricky suele ser un idiota, y si, sé que tiene un crush en mi, pero no es algo que yo pueda cambiar, le he dejado claro lo muy enamorada que estoy de Juan Pablo.
Joel: Bien, entonces dale un ultimátum a Ricky. Bien sabes que en ese lugar se hace lo que tu digas, Antonia.
Antonia: Pero, es familia de Angie...
Joel: Y para Angie tu eres parte de su familia. Habla con ella. Y si te funciona mejor, tal vez deberías aferrarte a el, ya sabes, ser tú quien tome la iniciativa para hacer las cosas esta vez.

Bajo la mirada, era realmente una muy buena idea, Joel tenía un gran punto a su favor.

Antonia: ¿Cuando te volviste un hombre tan sabio, Joel Pimentel?
Joel: Cuando te conocí hace tres años.–sonríe–

Dejo salir una risa y continuamos con la caminata, más bien, a buscar a los demás, rezando de no encontrar a Gabriela enterrada en la arena.

//Uno más por qué no soy tan mala para dejarlas así, lo bueno es que habrán actualizaciones seguidas, solo espero les vaya gustando la historia, yo estoy muy contenta con el resultado.
A veces me gustaría quedarme hablando acá con ustedes, pero entonces las notas serían larguísimas, JAJAJA.
Espero tengan un increíble inicio de semana. 💜

De Cero. -Juan Pablo Villamil.- LDA #4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora