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Antonia

Angie: ¿No olvidas nada, cariño?
Antonia: Creo que no.
Ricky: ¿Traes el cargador?
Antonia: Te dije que no volvería a pasar.
Angie: ¿Pañales?
Antonia: ya dije que no volvería a pasar, era un error de mamá primeriza.

Ambos ríen y se alejan de nosotras, decido hacerle un pequeño cambio a Cons, para evitar que tenga frío, ví como Lascuráin se acercaba a Angie, mientras me miraba. Seguramente diciéndole lo mucho que me odia, pero es mutuo.

Angie: dice que llegando tienes que irte directamente a la locación.
Antonia: Sí, está bien.

Me siento mirándolos a los tres, hablaban entre ellos seguramente pactando los últimos detalles para cuando lleguemos a Madrid. El vuelo salía en diez minutos y tan solo nos quedaba esperar.

Antonia: Espero que nos vaya bien, panquecito.

“panquecito”, si, Juan Pablo y yo no somos los mejores en los apodos para nuestros hijos, pero ambos coincidimos en que las mejillas de los mellizos son tan redonditas y suavecitas como unos panqués. Por la bocina informaban acerca de nuestro vuelo, dejo un beso en la mejilla de Cons y me levanto.

Ricky: Tony. –me volteo rápidamente.– ¿A dónde vas?
Antonia: Al baño.
Ricky: Oh, está bien, ¿te ayudo con Cons?
Antonia: No, gracias. Aprovecharé a revisar su pañal. –sonrío.– Te veo luego.

Tomo mi bolsa, a Cons y mi valentía para subir a un avión rumbo a Miami a la boda de una de mis personas favoritas... Y Gabriela... Broma. Estaba por subir cuando escucho a Ricky y Angie pelear con Lascuráin.

Lascuráin: Si subes a ese avión, quedas libre totalmente de tu contrato.

Bajo la mirada, meditandolo unos segundos, nuevamente lo miro.

Antonia: Mejores propuestas he tenido. –entrego mi boleto.– Y déjame decirlo una vez mas... Ningún hombre, nunca, va a condicionarme... Que me quites el trabajo no me quita el sueño, al contrario, tú deberías estar preocupado por perderme.

Me alejo de ahí, con mi hija en brazos y un enorme orgullo por mí misma.
Estando ya en el avión, el piloto nos informa que estaríamos una hora retrasados, lo cual me mueve absolutamente todos los planes. Tendría que vestir a Constanza en el avión, y tendría que empezar a arreglarme aquí. Pues llegaría exactamente para el inicio de la ceremonía. Nathalia tendría mi vestido, ella es la única que sabe que voy.

Antonia: Bien, ,Consie. Llegaremos, estaremos ahí y estará todo bien.

Tres horas y yo, Constanza y yo estábamos sanas y salvas en Miami, tomamos un taxi al hotel, dónde mis amigos se hospedaban, ahí dejé mis cosas, las de Cons y me puse el vestido, el cual Nath se había encargado de tomar cuando estaba con ella en su casa, ayudándola.

Antonia: Bien, Cons, vamos casi cuarenta minutos tarde, si no nos vamos ahora, no llegaremos nunca

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Antonia: Bien, Cons, vamos casi cuarenta minutos tarde, si no nos vamos ahora, no llegaremos nunca.

Otro taxi fue el que nos llevó a nuestro destino, cuando llegamos, pude observar que aún no empezaba la ceremonia, lo cual me hizo soltar un suspiro de alivio.

De Cero. -Juan Pablo Villamil.- LDA #4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora