3 de Marzo.

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Martes.

- Celaena, si no te das prisa no voy. - Me grito Gemma desde la entrada.

- Ya casi, ya casi. - Me metí lo que quedaba de desayuno en la boca y avance masticandolo.- Ya estoy aquí. - Cerré la puerta detrás de mí, sin embargo, cuando iba caminar me di de lleno con Gemma que seguía sin quitarse. - Camina, Gemma. Me estabas apurando.

- No me muevo hasta que me des un beso. - Dijo cruzándose de brazos.

- Bueno, pues, no te muevas. - Trate de salir por un lado pero su brazo me bloqueo, anticipando mi siguiente movimiento también coloco el otro brazo al lado de mi cabeza. Me hinque y salí por en medio de sus piernas escuchando su risa. Amaba su risa. Amaba su voz. Y solo por eso me levante y la empuje contra la puerta, dándole el beso que se supone no le daría.

Ella tomo mi cintura y cambio lugares pegándome a la puerta. Puse mis manos en su cuello y acaricie su cabello que ya le llegaba a la clavículas. Subió sus manos hasta ponerlas en mis omóplatos y pegarme mas a ella. Baje las manos hasta la parte baja de su blusa. Me gustaba esta sensación, me gustaba sentirla tan cerca, sentir su cuerpo contra el mío, me gustaba ser tan diferentes la una de la otra y, sin embargo, aquí estábamos desafiando cualquier lógica. Me gustaba ella. Ella y todo lo que era.

Para lastima de ambas, necesitábamos aire, así que nos separamos respirando agitadamente. Sabia que si el beso continuaba seria mas que un beso. Así que la tome de la mano y comenzamos a caminar a la Universidad.

- Oh. - Hablo, parándose de repente.

- ¿Que?

- Nada, es que se me olvido algo en mi casa, ve a la escuela, te veo en la segunda hora, ¿esta bien?

- Si, no te preocupes. ¿No quieres que te acompañe? - pregunté, su cara tenia cierta inquietud.

- No, tu ve. Nos vemos luego. - Y salio corriendo.

- Te quiero, Celaena. Oh, yo también Gemma. - Comencé a hablar conmigo misma, pero el claxon de un auto me detuvo. Eran unos chicos de la Universidad. Me preguntaron si me llevaban y encantada acepte, todo con tal de no comerme el cerebro con estúpidos pensamientos. Todo esta bien. Gemma esta bien. Tú estas bien. La veras a la segunda hora, ¿de que te quejas? Se le debió quedar un libro y ya.

Pero bueno, mis pensamientos no eran mas que eso. Y lo que pasaba en verdad era mucho peor.

Diario de una Homosexual.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora