Thomas Beneditt
Llevaba casi toda la noche sin poder dormir. Sentía como si tuviera atragantado un hormigueo, una pequeña fuente de energía en mi cuerpo que me iba a matar. ¡Sí! Matar, porque me daba ideas locas como si fuera capaz de hacer un triatlón. Quizás sea oportuno que ahora me ponga a averiguar sobre academias de boxeo, pensé.
Daba vuelvas y vuelvas en la cama pensando en por qué cojones no podía cerrar los ojos y todo lo que hacía era ver su rostro. Aquellos ojos grandes color miel que tiene, sus labios rosa carnosos que apetecía volver a besar y aquella piel suave que recordé tocar debajo de la bata blanca que llevaba puesta en el hotel de San Juan donde pasamos la noche. Donde casi no pude frenar el impulso de querer tenerla toda para mí. Eso nunca me había pasado antes.
Quizás solo estaba emocionado, porque Megan siempre me hacía participar en cada una de sus ocurrencias sin invitación y ahora que la tenía, mis expectativas sobre lo que sería mi futuro con ella era grande. ¿Futuro eh? Y cuando pensé en eso, me pregunté hasta cuándo podría durar aquella mentira, aquella aventura. Sacudí mi cabeza como para sacarme aquellas inquietudes que amenazaban instalarse en mi mente. Sin embargo, me inundó el recuerdo de una conversación que tuve con Olivia donde ella me preguntó cómo me veía en el futuro y yo solo la miré pensando que nunca me había hecho esa pregunta, porque no me importaba y por que no me veía ahí.
Antes de que sigan invadiéndome más recuerdos, cojo el móvil y marco el número de Bastián.
- ¡Aló!... ¿Thomas? - se escucha desde el otro extremo, parece como si lo hubiera recién despertado
- Hay algo que debo confesar - aclaro mi garganta y hago una pausa
- Espero que sea importante para llamarme a las 5 am - dice bostezando
- Estoy saliendo con Megan - le suelto sin más
-...
- ¿Bastián...? ¿Te volviste a dormir? - pregunto al no oír ninguna respuesta suya. Estaba esperando algo como un "te lo dije, tío" muy propio de él.
- No... lo siento... te escucho - dijo casi tartamudeando. Creo que de verdad lo he despertado muy temprano.
- Ayer en la noche Meg y yo hemos quedado en empezar a salir - solté por fin. Creo que solo quería alardear de ello, porque ya me sentía más tranquilo.
- ¡Enhorabuena, Thomas! - responde Bastián sereno - ¿entonces si era especial...?
- No dudo que sea una chica especial, porque cada día me sorprende... pero eso no significa que sienta algo por ella. No lo sé, Bastián. Creo que solo quiero intentarlo ¿sabes?... el sentir.
- Está bien... está bien... paso a paso... ahora sí ¿me dejas dormir? - se oye enfadado
- ¡Dale! Sí... creo que yo también voy a dormir...
Me recosté en mi cama nuevamente y antes de volver a intentar dormir, me pasé el resto de la madrugada buscando desde mi celular blogs sobre citas, parejas, madres solteras, todos los temas habidos y por haber sobre una relación, porque no tenía ni la más mínima idea de cómo debía ser todo de ahora en adelante.

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No te pertenezco
ChickLitMeg está dispuesta a huir a toda costa de su pasado y su ex, sin saber que en realidad quiere huir de ella misma. En el camino se tropieza con un chico que nada entienden de relaciones, una gimnasta obsesionada con encontrar a su hombre perfecto, un...