11. Cuando pensé que nada más podría pasar

14 1 2
                                    

Thomas Beneditt

Despierto abrazado a la pequeña mujer de cabello marrón. Ella aún sigue durmiendo con su bata puesta descubriendo algo de piel. La miro avergonzado pensando que la noche anterior estaba por ocurrir algo que no me lo esperaba. Sobre todo porque creí que ninguna chica me podría hacer sentir... cómo decirlo... diferente.  

Con la mano que tenía libre traté de taparla. Si le contara sobre esto a Bastián se volvería loco, casi ni me lo creería. Pero por respeto a ella y porque sé que en nuestro pueblo las voces corren es que dejaré mejor este suceso como un secreto.

La vuelvo a mirar y contemplo su rostro adormecido. Me siento atrapado en ella y cuando digo atrapado me refiero a literalmente atrapado, ya que mi mano izquierda está sosteniendo su cabeza... tocando su nuca. En eso ella comienza a moverse y despierta totalmente asustada.

- ¡Mierda! ¿Qué hora es Thomas? - pregunta alterada

- Son las 9:00 am - contesto gritando porque ella ya se había parado para irse corriendo al baño

- ¡Ufff! Por un momento pensé que ya era súper tarde para ir a trabajar aún tengo unas dos horas para llegar - grita Megan desde el otro extremo. Se queda brevemente en silencio y sale del baño completamente vestida - ¡Ha sido una buena idea colocar la estufa cerca de la ducha para que secara nuestra ropa! - indica con una gran sonrisa - es tu turno ¡entra!

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*--*-*-*-*-*-*-*-*--*-*-*-*-*-*-*-*-*

Ya dentro del taxi completamente vestidos, veo de reojo a Megan pegada a la ventana mirando el exterior. No sé si preguntarle qué rayos pasó la noche anterior o pensar en ello como algo que nunca ocurrió. Decido hacer lo último con el propósito de que podamos volvernos... más cercanos, ya que tengo mucha curiosidad por ella.

- Tremendo color el que tiene tu ojo ¿eh? - Megan señala su ojo

Recuerdo en ese momento que ayer fue una noche de locos. Golpeado por el tío de una de mis amigas de promoción y si no hubiera sido por Bastián y ella no lo hubiera logrado. Toco mi ojo y reacciono al dolor.

- No tiene muy buena pinta, deberías ir de todas maneras a que un doctor te lo revise por si las dudas

- ¿Estas preocupada?

- ¡Claro que sí! ¿Qué van a decir tus padres?

- Pues nada, ya soy mayor

- Tienes 23 años, no eres aún mayor Thomas

Estaba por preguntarle ¿de verdad crees eso, cuando me asaltaste medio desnuda en la noche? pero me quedé callado y ella parece adivinar mi pensamiento, porque repentinamente vuelve a voltear su rostro hacia la ventana evitando la conversación. Sigo sin entenderla por completo. 

- Señor, por favor, déjenos unas cuadras antes del destino - señala Megan al conductor

- ¿Se te olvidó algo?

- Es para que no nos vean llegando juntos con la ropa de ayer. Tenemos que evitar cualquier malentendido.

- ¡Qué precavida! 

Meg infla el pecho orgullosa de sus protocolos post aventura de una noche. Me siento algo insatisfecho por no poder hablar sobre lo que pasó, pero supongo que en algún momento lo tocaremos quizás en alguna otra fiesta con tragos en mano y riéndonos de ello. 

A dos cuadras de nuestras casas, Meg se despide de mí con la mano agitando mientras corre veloz a su hogar. Yo camino lento y sereno tapando mi ojo por el tremendo golpe que recibí. Llego a casa y oh sorpresa no hay nadie ahí. Mis padres casi siempre están ausentes porque trabajan en el hospital. Subo a mi cuarto y me recuesto pensando que nada más podría ocurrir. 

Brrrrrr... Brrrr... Brrrr, suena el teléfono.

Lo cojo viendo antes la hora: 4:00 pm. ¡Joder! ¿Tanto he dormido? Ni si quiera he almorzado, reclamo mientras contesto la llamada.

- ¡Thomas! ¿Dónde carajos estás? - grita Bastián desde el auricular

- En casa, ¿qué pasa? 

- Tu chica está siendo acechada por Olivia y sus amigas

- ¿Mi chi...? - me quedo pensando hasta que reacciono - ¿Meg?

- ¡Supongo que sí! Olivia se ha enterado que te haz acostado con ella y ha venido con toda su artillería

Pero cómo carajos se ha enterado, pienso. Sino he dicho nada. A penas y acabamos de llegar. Solo he dormido y ya. No entiendo nada.

- ¿Dónde estas? 

- En el bar Ciudad sin nombre, donde trabaja ella

- Bastián... - iba a decirle que Megan y yo no tenemos nada, pero pienso que es mejor explicarle luego - ¡voy para allá! si hace falta intervén, por favor

- No pienso meterme en peleas de chicas, son más bravas. Ni hablar. Suficiente tuve con la bronca de anoche.

- Vale, vale. Joder. Entonces mantente vigilante y llámame si ocurre algo más.

Cuelgo y me apresuro rápido a cambiarme para ir por Megan.

No te pertenezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora