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My Bride

Giselle se incorporó de la cama con rapidez, pero algo tiró de su cuello cuando intento levantarse. Observó detrás de ella que una larga cadena, clavada en el cabecero de su cama, se hallaba rodeando su cuello.

—Veo que ya te has despertado.

Giselle giró su cabeza con rapidez y se alejó lo máximo posible de la figura masculina que se alzaba en la puerta.

—Me duele que no me recuerdes, Greta. Solíamos pasar todas las tardes juntos. Tú espantando a mis lobos y yo intentando cazarte... —Habló el vampiro, acercándose a la chica.

—¿Quién eres? —Para la sorpresa de Giselle, sus pensamientos sonaron en voz alta. —¿Cómo es esto posible?

El vampiro soltó una carcajada.

—Me llamo Shin, Greta... y lo de tu voz... Dale a Nii-san las gracias. Fue su idea, después de todo, no toleraría que su querida y futura esposa sea muda.

Giselle casi se cae de la impresión, ganándose otro ahogo por parte de la cadena.

—¿Esposa?

—Sí, esposa. Deberías sentirte afortunada, ¿sabes? —Shin se acercó hacia en dónde estaba la chica y se sentó en el otro borde de la cama. —Nii-san es el vampiro más increíble que encontrarás, además de que somos fundadores. —Dijo lo último con un deje de orgullo.

Giselle hizo una mueca. No quería ser esposa de nadie, sobretodo de la persona que la raptó y le puso una cadena en el cuello.

—Oh, eso. —Señaló el vampiro, para luego sonreír, enseñando sus colmillos. —Es sólo por precaución. Cuando Nii-san esté seguro de que no escaparás y no eres una amenaza, te la quitará.

Giselle soltó un bufido, no muy contenta con la respuesta. ¿Y si tenía que ir al baño?

—Si te dan ganas, sólo debes tocar esa campanilla de tu mesilla de noche. —Respondió Shin, señalando dicha campana. —Vendremos a asistirte para cualquier necesidad.

Giselle se mordió el labio inferior. Esperaba poder irse de allí pronto.

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Carla levantó la mirada, para ver a su hermano menor con la cadena de Giselle en su mano y a la chica detrás de él.

Isklie, llegaste. Siéntate. —Ordenó, diciendo todas esas palabras sin ninguna pausa.

La nombrada fue empujada por un hombro para ser sentada al lado del mayor de la familia. Este la observó y con un chasquido de dedos, la comida apareció. Giselle notó una pequeña brisa a su lado. Sirvientes invisibles, lo que le faltaba.

—Come. —Volvió a ordenar el mayor.

—¿Y tú quién eres? —Se atrevió a pensar Giselle.

—Tsukinami Carla. Fundador que necesita a la persona adecuada para ocupar el trono junto a él.

Giselle se quedó con la boca abierta. Aquel vampiro no parecía el tipo de decir ese tipo de cosas tan fácilmente, pero quizás se había equivocado.

—Nii-san, ¿no podemos empezar ya?

—Aún no, Shin. Debe recuperar fuerzas, si no, no valdrá para nada.

Giselle observó a los dos hermanos comer en silencio. Era un ambiente tranquilo, no familiar como el de los Mukamis, ni sofocante como el de los Sakamakis, simplemente tranquilo.

Craving for Blood - Diabolik LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora